Solo tú

87. NamYoon

Entramos en el salón de juegos que hemos conseguido alquilar para estar más cómodos y que nadie nos interrumpa. Nos sentamos en los asientos de los juegos de coches para esperar a JoMin y su novia y miro las redes sociales. 

La noticia del plagio aún está en boca de todos y me preocupa. Debemos ganar ese juicio para que todo esto se acabe cuanto antes. Busco el número de nuestro mánager, abro el chat y mis dedos vuelan por encima de la pantalla mientras le escribo un mensaje: «¿Puedes darme el número de teléfono de la abogada asignada para la denuncia de plagio? Necesito hablar con ella».

No tarda ni un minuto cuando los números aparecen en la pantalla. La agrego a mis contactos y alzo la mirada cuando los demás saludan a los recién llegados. Veo que se quedan con los rostros sorprendidos y me levanto del asiento para observar lo que los ha asombrado tanto. 

Mis ojos se clavan en las cuatro personas que siguen a la pareja y los abro de par en par al darme cuenta de quienes son. 

—¡NamYoon! —grita WooJin soltando la mano de su madre para correr hacia mí. 

Me agacho con una sonrisa en los labios, abro los brazos para cobijar al pequeño en ellos y me levanto con él, pero sin dejar de mirar a su madre que nos alcanza pocos segundos después. 

—¡Qué sorpresa! —exclamo con emoción. 

—Los hemos encontrado a la salida del cine e invitado. No os importa, ¿verdad? —pregunta JoMin con una sonrisa y la mano entrelazada con la de su novia. 

—Por supuesto que no. Es un honor teneros aquí. Usted es el abuelo, ¿cierto? Lo llevó a la firma de libros —comenta HoYung saludando a los padres de la abogada con una enorme sonrisa en los labios y estrechando sus manos con amabilidad. 

—El mismo. Ella es mi esposa —responde el aludido sin poder parpadear.

—Bienvenidos. ¿Empezamos con la diversión? —inquiero con la mirada clavada en el rostro de la abogada, incapaz de poder apartarlos de ella. 

—¡Sí! —responden al unísono los demás. 

Siento que TaeJoon me quita al niño de los brazos y se aleja dando saltos con él hacia el primer juego. Doy un paso hacia la madre del pequeño cuando nos quedamos solos en la entrada del salón y mi boca se abre para decir:

—Estaba pensando en ti —veo cómo sus ojos se abren como platos, con el miedo reflejado en ellos, y explico—: Acabo de pedirle tu número de teléfono a nuestro mánager. Quería hablar contigo sobre la demanda. 

—Ah, claro. ¿Qué quieres decirme? —parece nerviosa, aunque también un poco decepcionada. ¿O es mi imaginación? 

—La noticia aún está en boca de todos y eso no me gusta. ¿Podrías hacer que todo sea más rápido y que se acabe cuanto antes? 

—Bueno, toda demanda lleva un procedimiento por parte de los juzgados. Yo no puedo hacer que vayan más rápidos en ese sentido —empezamos a caminar hacia el juego que han escogido para jugar primero y ella prosigue—: Intentaré llevarla a buen puerto lo antes posible. 

—Gracias.

***

La tarde está siendo espectacular, tanto por los juegos como por las personas que están presentes. No he podido dejar de sonreír con WooJin ni con su madre, sobre todo, con ella. 

Mi cerebro me dice que deje de mirarla con tanta fijeza, pero mis ojos no quieren acatar esa absurda orden. Se quedan clavados en su rostro, aún más en sus labios, y por más que lo intento, se me hace incontrolable el deseo de no tenerlos y no besarlos. 

Estamos haciendo un descanso para comer algo cuando YoonKi se dirige a la abogada y le pregunta:

—¿Cómo llevas nuestra demanda? 

La chica alza la mirada hacia mi compañero, con los ojos asustados por esa pregunta y suspira cuando WooJin se interesa:

—¿Qué demanda, mami? 

—Nos han demandado a NamYoon y a mí por plagio. Tu madre es nuestra abogada —contesta YoonKi antes de dar un sorbo a su refresco. 

El pequeño gira la cabeza hacia su madre con una mirada asesina y los labios apretados. 

—¿Estás trabajando para ellos? —quiere saber el niño en un susurro. 

—Me han asignado su caso en el bufete. No he tenido nada que ver en esa decisión. 

—¿Por qué no me lo has dicho cuando te enteraste? 

—Porque solo es trabajo. No tiene nada que ver contigo o nuestra vida privada. 

—Mami, estás trabajando con mi grupo favorito. Puedo estar con ellos más tiempo de lo que cualquier otro niño puede estar y tú no me lo dices. ¿Por qué? 

—Cielo, yo solo trabajo para ellos. En cuanto la demanda deje de estar activa en el juzgado nuestros caminos se separarán. ¿Cómo voy a llevarte a mi trabajo solo para que estés con ellos? —La abogada le está hablando con una voz tan suave que me está afectando incluso a mí. 

—¿Podría estar con vosotros cuando volváis a reuniros con mi mami? —nos pregunta el pequeño dejándonos atónitos y sin saber qué decir. 

Carraspeo para aclararme la voz y llamar la atención del niño. Cuando veo que está totalmente centrado en mí, me inclino en la mesa para poder estar más cerca de él y le digo:



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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