Solo tú

94. HaNeul

Durante el trayecto hacia la playa, las chicas han estado conversando durante todo el camino, contándonos a WooJin y a mí cómo conocieron a sus respectivos novios.

Los dos estamos asombrados por todos los acontecimientos que los llevaron a vivir juntos y cómo Mónica fue despedida por no querer dar la noticia del plagio en la emisora donde trabajaba.

—¿Y tú por qué no estás viviendo en la casa con YoonKi? —quiere saber mi hijo muy predispuesto en el cotilleo.

—Porque no tengo ningún acosador acechando en mi puerta —contesta la aludida guiñando un ojo con una sonrisa en los labios.

—Bueno, yo tampoco y estoy con JoMin en la casa —apunta EunSu para que no tenga esa excusa.

—¿YoonKi no te lo ha pedido? —se interesa mi pequeño inclinado en la silla para poder ver a la chica sentada a mi lado.

—Lo ha hecho, pero así estamos bien. Si lo hiciera tendría que estar escondida cada dos por tres para que los fotógrafos y reporteros de la puerta no me descubran —responde la locutora escribiendo un mensaje en su móvil.

—En eso lleva razón. Siempre tenemos que salir después de ellos, cuando ya se han marchado tras ellos o salir por la puerta trasera que nadie conoce —agrega Elenor mirando por el retrovisor durante unos segundos—. Quiero mucho a JK, sin embargo, llevo un poco mal eso de tener que estar escondiéndonos. Él no lo sabe, así que, vosotros no habéis escuchado nada.

Todas cerramos la boca con una cremallera imaginaria y la editora nos dedica una sonrisa divertida.

***

Llegamos a la localización que han escogido para grabar el videoclip y hacer algunas de las fotos del álbum, todos nos apeamos de los respectivos vehículos y las chicas se cuelgan unas tarjetas que las habilita como parte del equipo de grabación.

Una mujer se acerca a mí y me entrega una tarjeta igual a la de ellas para que nadie pueda confundirme con alguien ajeno a la producción.

—¿Para mí no hay? —pregunta WooJin con tristeza.

—No, pero te buscaré una, ¿vale? —le dice la mujer con un tono suave y amable.

—Gracias.

—Vamos, nos estarán esperando —Elenor me coge de la mano y la imito para agarrar a mi hijo y no perderlo—. Te harás pasar por la asistente de NamYoon. Puedes llevarle café, un ventilador, arreglarle el cabello,… En fin, todo lo que puede hacer una asistente personal. Si hay algún fotógrafo cerca, no podrá familiarizaros con él.

—De acuerdo. ¿Es normal que los empleados lleven a sus hijos al trabajo?

—Aquí sí. El coreógrafo lo trae cuando no puede dejarlo con nadie. La estilista también lo ha traído alguna vez, sobre todo, cuando se ha enfermado y no ha podido llevarlo al colegio. No te preocupes por eso.

—Está bien.

Caminamos hacia la carpa que han montado en la arena de la playa, un poco alejada del agua, y nos encontramos con los chicos que están agarrando la ropa que los estilistas les dan.

NamYoon nota mi presencia y me mira con una sonrisa mientras se encoge de hombros. Cuando el estilista termina de darle todas las prendas, se dirige hacia la caravana de vestuario y me hace una leve señal con los ojos para que le siga.

—¡WooJin, ven! Vamos a jugar con la pelota —lo llama TaeJoon desde la red de voleibol instalada en la arena, junto a Jan, HoYung y JoMin.

Mi hijo se deshace de mi agarre y corre hacia ellos sin dudarlo.

—¡No te alejes de ellos! —le grito dando un paso hacia atrás con disimulo para seguir al rapero hasta la caravana.

Me está esperando en la puerta del remolque, me da la ropa con cuidado para aparentar que soy su asistente y entra en la pequeña estancia.

—¿Te han comentado las chicas lo que deberías hacer? —me inquiere haciendo una señal con la mano para que entre yo también.

Subo los escalones asintiendo, cierra la puerta detrás de mí y me besa con tanta pasión que nuestras respiraciones se entrecortan y nuestros corazones se agitan.

—¿Crees que esto es seguro? Podrían vernos —le digo entre besos cuando nuestras manos vuelan por cada rincón de nuestros cuerpos buscando el contacto de la piel.

—Tienes razón —disminuye el ritmo de los besos, enmarca mi rostro para apoyar su frente en la mía y continúa—: ¿Me ayudas a vestirme?

—¿No eres mayorcito para que otros te vistan?

—Ahora eres mi asistente personal, ¿no deberías obedecer mi orden?

—¿Eso era una orden?

—¿No lo parecía? —niego con la cabeza y él reformula la orden—. Te ordeno que me ayudes a vestirme.

—Eso sí es una orden. Como quiera, señor Kim —le dedico una sonrisa y le hago una leve reverencia como si fuera un príncipe.

—Muy graciosa. ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Supongo que sí —agarro la camiseta que me entrega cuando se deshace de ella y mi boca se hace agua al ver su perfecto torso.

—¿Cuándo vas a contarle a WooJin que estamos juntos?



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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