Solo tú

99. NamYoon

La grabación ya ha comenzado y HaNeul aún no ha llegado con WooJin. ¿Dónde estarán? ¿Habrá pasado algo?

El episodio de esta vez trata sobre juegos juveniles que todos jugábamos cuando éramos más jóvenes y, de alguna manera, me gustaría que WooJin nos viera jugar a ellos.

Ya hemos hecho caramelos de diferentes formas, desde corazones hasta círculos y estrellas. El segundo juego son las piedras preciosas.

El director del programa nos deja unos minutos de descanso y yo aprovecho para coger mi móvil y llamar a la abogada. Espero a que me conteste con impaciencia y mis nervios se acentúan cuando me corta la llamada. ¿Qué estará pasando?

Regreso al set de grabación, me descalzo para sentarme en el suelo y YoonKi se me queda mirando con extrañeza.

—¿Qué te ocurre? —me pregunta en un murmullo.

—HaNeul aún no ha llegado con WooJin. Estoy preocupado.

—¿La has llamado?

—Acabo de hacerlo y me ha colgado.

—Seguro que hay una buena razón para ello.

—Eso espero —suspiro intentando concentrarme en la grabación.

El tercer juego está empezando cuando la joven y el niño entran corriendo. Me saludan con la mano y se sientan detrás de los monitores con las demás chicas.

***

Después del quinto juego, el director nos da otro descanso de la grabación y corro hacia la chica para dejarle un beso en la frente y un abrazo al niño. WooJin se aleja hasta TaeJoon que le enseña los trompos que hemos construido en el último juego y yo me siento al lado de su madre.

—¿Qué ha ocurrido? —quiero saber, preocupado por la tardanza de ellos.

—Nada importante. He llevado a mis ex suegros al aeropuerto.

—Me has asustado cuando te he llamado y me has colgado.

—Lo siento, estaba esperando a que despegara el avión para quedarme más tranquila de que se iban de verdad —se disculpa cogiendo mi mano para acariciarla con la punta de sus dedos mientras con la otra mano la entrelaza a la mía.

—La próxima vez que llegues tarde, por favor, mándame un mensaje para no preocuparme.

—Te lo prometo. Os veis como niños grandes jugando.

—Lo estamos disfrutando, sobre todo, las golosinas que nos dan cuando ganamos las monedas. Hacía mucho que no nos divertíamos de esta manera.

—Me alegro que seas feliz.

—Después tenemos que hablar —le advierto dejando otro beso en su frente.

—¿De qué? Ahora eres tú el que me asustas.

—Quiero saber lo que pasó en tu casa cuando llegaron tus ex suegros. No entendí nada porque hablabais en español, pero no parecía una conversación muy amistosa.

—No te preocupes por eso. Ya lo arreglé esa misma noche y no hay nada que temer. No harán nada mientras mi cuñada nos apoye —contesta al abrazarme con fuerza.

Veo que baja su mascarilla, mira a su alrededor para ver si alguien nos observa y me deja un beso en los labios con una leve sonrisa en su boca.

—¿Estás segura de que está todo arreglado?

—Muy segura. Si necesitara tu ayuda te aseguro que te la pediría, pero no es necesario. Puedes seguir trabajando con tranquilidad.

—De acuerdo.

***

En cuanto la grabación acaba, los chicos y yo nos cambiamos con rapidez y regresamos con las chicas a la casa para cenar todos juntos.

Nos sentamos alrededor de la mesa rectangular del comedor y, estamos a punto de hincarle el diente a la tortilla de patatas que ha hecho Elenor cuando, de repente, escuchamos que el guardia de la entrada nos llama al telefonillo.

Me levanto con un gruñido por la interrupción, descuelgo y pregunto qué ocurre.

—Disculpe las horas, señor. Aquí hay una joven llamada Belinda que busca a su prima Elenor. ¿La dejo pasar? —quiere saber el guardia por el otro lado de la línea.

—Sí, claro. Déjela pasar.

Cuelgo y abro la puerta de la casa para que la chica entre sin necesidad de volver a llamar y regreso a la mesa.

—¿Quién es? —se interesa HaNeul dando un sorbo de su refresco.

—Belinda.

—¿Mi prima? ¿A esta hora? ¿Qué le habrá pasado? —se preocupa la editora al levantarse de la silla para esperar a su prima en la entrada.

JK se pone en una silla más cerca para poder ver hacia el recibidor, su ceño se frunce cuando escuchamos que la puerta se cierra y giro la cabeza para echar un vistazo.

Las dos chicas se están abrazando y Belinda no parece muy feliz, ya que está llorando. Se puede escuchar el cuchicheo proveniente de la estancia anexa y, sin darnos cuenta, todos los miembros clavamos nuestras miradas en Jan.

Me doy cuenta de que intenta aparentar indiferencia, pero los dos sabemos que por dentro está deseando ir hacia ella para abrazarla.

—Entra, estamos cenando todos juntos. ¿Te apetece tortilla de patatas con cebolla? —le inquiere Elenor a su prima, guiándola hasta la mesa cuando la muchacha ya se ha limpiado las lágrimas derramadas.



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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