Solo tú

107. Jan

El concierto ha sido fantástico y, ahora, nos disponemos a entrar en el avión para regresar a Seúl.

He intentado hablar con Belinda durante todo el trayecto, pero cuando me he acercado a su asiento estaba dormida, así que, me he quedado con las ganas de entablar una conversación con ella y saber si el doctor le ha dado los resultados de los análisis.

Me siento en mi sitio, enfrente de JK, y éste me mira cuando resoplo con fastidio.

—¿Qué te ocurre? —me pregunta alzando la mirada del móvil mientras chatea con su novia.

—Belinda está dormida. Me aburro.

—¿Jugamos a algo? Se nos pasará el viaje más rápido.

—¿A qué?

—¿Tienes tu consola? Podemos batirnos en duelo en algún videojuego —me propone sacando su videoconsola de su mochila.

Me encojo de hombros para aceptar el reto, agarro mi consola y comenzamos la partida.

***

Las horas han pasado rápido y ya estamos en el aeropuerto de Seúl dispuestos a poner rumbo hacia la urbanización en cuanto nos deshagamos de los fotógrafos.

Miro a mi espalda para ver si Belinda nos sigue y observo que está ausente, al menos, su mente. «¿Qué le ocurre?», me pregunto preocupado de nuevo por su salud.

Nuestros guardaespaldas nos abren camino entre la multitud para entrar en la furgoneta y saco mi móvil del bolsillo del abrigo para mandarle un mensaje a la chica. No aguanto la intriga de su malestar.

“¿Cómo te encuentras? ¿Te ha dicho algo el doctor?”, le inquiero con rapidez, apurado por obtener su respuesta.

Hyung, volvemos al principio —comenta JK sentado a mi izquierda mientras JoMin está a mi derecha asintiendo para darle la razón al maknae.

—¿De qué hablas? —quiero saber, confundido por ese comentario.

—No has dejado de quererla por mucho que lo intentas. Deberías alejarte de ella un tiempo. No es bueno que sigas empeñado en una chica que está a punto de casarse.

—No estoy empeñado en ella. Y no voy a alejarme de ella por el simple hecho de que no puedo.

Hyung, por el bien de tu cordura, olvídate de ella —me aconseja JoMin con una voz lastimera.

—Gracias por vuestra preocupación, pero estoy muy cuerdo. Tranquilos, no iré más allá de una buena amistad —les aseguro, aunque no estoy tan convencido como yo creo.

Ambos se encogen de hombros dejándolo por imposible y miran sus móviles para continuar con las conversaciones con sus respectivas novias.

Llegamos a la casa, aparcamos en el garaje y subo a mi habitación después de saludar a las chicas con una leve sonrisa. Estoy impaciente y preocupado. Belinda aún no me ha contestado y no es normal en ella.

Dejo el teléfono encima de la cama, me desvisto para darme una ducha y escucho que me llega un mensaje cuando estoy a punto de entrar en el baño. Salvo la distancia que me separa de la cama en dos zancadas, me siento en el colchón y leo el texto:

“Perdona, tenía el móvil en modo avión. Estoy bien. Ya no vomito y el doctor ha confirmado sus sospechas. Solo ha sido una intoxicación alimenticia. No sabe con qué ha podido ser y yo tampoco. Gracias por tu preocupación”

Una sonrisa eleva las comisuras de mis labios y mis dedos vuelan por la pantalla para responder: “Me alegro de que estés mejor. Mañana empezaré la grabación del capítulo de la serie. ¿Estarás allí? Me sentiría más cómodo con alguien conocido a mi alrededor”.

“Claro que estaré. Soy una gran amiga y, además, camarógrafa de la serie. Estaría mal faltar a mi trabajo y dejar solo a un amigo”.

Una sonrisa más ancha se dibuja en mi boca y le contesto con un gracias y un emoticono de labios para mandarle un beso de agradecimiento.

“Nos vemos mañana. Descansa, será un día largo”, me aconseja para que esté espabilado y poder actuar en todas mis escenas.



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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