Solo tú

120. Belinda

El avión aterriza por fin en Seúl. Es de noche y ninguna de las chicas ni yo sabemos si tendremos que ir a nuestras respectivas casas en taxi o los temerarios de nuestros novios han venido a recogernos.

Cogemos nuestras maletas de los compartimentos encima de nuestras cabezas y caminamos hacia la salida.

Diviso a lo lejos un cuerpo masculino que me resulta familiar y se le suman otros cinco junto con un pequeño niño. Entrecierro los ojos para enfocar mi visión y los abro de par en par al darme cuenta de quiénes son.

Me acerco a mi prima para susurrarle que los chicos nos están esperando y todas se quedan sorprendidas y temerosas a partes iguales.

—Como mañana esté mi foto en alguna revista o en las noticias te juro que los mato —nos advierte Elenor en español para que solo nosotras podamos entenderlo.

Llegamos hasta ellos y WooJin, el hijo de HaNeul, corre hacia ella gritando:

—¡Mami!

—Hola, mi príncipe. ¿Te has portado bien? —le pregunta ella dejando besos por todo el rostro del niño mientras éste rodea la cintura femenina con sus piernas.

—Se ha portado estupendamente. Bienvenida, cariño —contesta NamYoon abrazando a los dos a la vez.

—¿Os habéis desmelenado mucho sin nosotros? —quiere saber Jan al llegar hasta mí para abrazarme con fuerza.

—Solo un poco. ¿Me has echado de menos? —inquiero rodeando su cintura con mis brazos para achucharlo.

—Mucho. No vuelvas a irte sin mí.

—De acuerdo. ¿Me llevas a tu casa o a la mía?

—A la tuya. YoonKi y yo hemos venido en coches separados para poder llevaros a vuestras casas y, de camino, quedarnos con vosotras toda la noche —contesta agarrando la maleta para hacerla rodar detrás de él sin dejar de abrazarme.

—Me parece muy buena idea. Hasta mañana, chicas —me despido con un movimiento de mano y dejo que él me guíe hasta donde ha dejado el vehículo.

***

Mete el coche en el garaje, ya que ha cogido el mío para ir a buscarme, subimos al apartamento y me quito los zapatos con una mueca de dolor. Tengo los pies doloridos por los tacones que me puse el día de Halloween y la caminata del día siguiente por el centro de la ciudad tampoco me ha ayudado a curarlos.

Me siento en el sofá y sigo a mi novio con la mirada hasta que se sienta a mi lado para abrazarme. Apoyo la cabeza en su hombro y la mano en su pecho para acariciarlo.

—¿Estás cansada? —me pregunta dejando un beso en mi frente.

—Me puede más el dolor de pies que el cansancio. ¿Qué ha pasado con la idea de hacer que esa chef esté en un episodio del programa? —quiero saber con curiosidad.

—HoYung les propuso la idea, pero aún no han dicho nada al respecto. Iban a sopesarlo y ver si ella aceptaba o no.

—Espero que acepte. No verá otra oportunidad para cocinar al lado de BT7. Después de eso, vosotros podríais aparecer en su programa.

—Es una buena idea. HoYung podría verla un día más y tomar el valor de pedirle una cita. Se lo comentaré mañana.

Su mano se apoya en mi barbilla para alzarla y hacer que lo mire. Me dedica una sonrisa y me besa con suavidad, saboreando mis labios.

—Mm, qué rico —gimo entre besos para acabar sentada a horcajadas en su regazo—. Te he echado de menos.

—Yo a ti más —contesta metiendo sus manos bajo mi jersey para tocar mi piel ardiente.

—Solo tú haces que mi corazón quiera salir de mi pecho —confieso con la voz ronca por el deseo que ese hombre provoca en mí con solo una mirada.

—Te amo.



#13283 en Novela romántica
#1860 en Novela contemporánea

En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.