Solo tú

138. Elisabeth

Es lunes por la mañana, muy temprano para mi gusto, cuando HaNeul me manda un mensaje al móvil para decirme que ella y Elenor me esperan en la puerta del hotel.

Hoy es el día en el que me iré a EEUU para poder grabar el episodio especial al que me han invitado en Masterchef y estoy con los nervios a flor de piel. 

Bajo en el ascensor, me despido del recepcionista al que le dejo la llave de la habitación y me siento detrás del copiloto en el coche de la editora que me mira con una gran sonrisa de oreja a oreja.

—Buenos días —me saluda al poner rumbo de inmediato hacia el aeropuerto.

—¿Has dormido bien? —le pregunto a HaNeul cogiendo las mano de ambas para saludarlas.

—¿Eso no debería de preguntarlo yo? Eres tú la que aparecerá en la televisión —inquiere llena de emoción.

—Bueno, tengo algo de experiencia por mi canal en Youtube, pero aun así, me estoy muriendo de los nervios. El corazón me late demasiado deprisa, además, voy a poder ver a mi familia después de varios meses sin ellos.

—Los chicos irán para sus conciertos dentro de dos semanas. ¿Por qué no os quedáis por allí hasta entonces? Ambas necesitáis unas vacaciones en condiciones —nos propone Elenor entrando en el aparcamiento del aeropuerto.

Nos apeamos del vehículo, cogemos las mochilas donde se encuentra nuestro equipaje y caminamos hacia el interior del edificio para embarcar. 

—Lo pensaré durante el largo vuelo y, a lo mejor, se me pasan los nervios —comento con la mano en la boca del estómago. 

—Yo tendría que hablarlo con mi jefe, pero en cuanto aterricemos lo llamo —apunta HaNeul abrazando a la editora para despedirse de ella.

Ambas entramos en el túnel que nos lleva hasta el interior del avión, dejamos las mochilas en el compartimento encima de nuestras cabezas, nos sentamos en nuestros asientos y nos abrochamos los cinturones. 

Nos miramos con una sonrisa de oreja a oreja en los labios, nos damos la mano y respiramos hondo cuando el pájaro de metal empieza a moverse por la pista.

Será un viaje largo, por lo que nos acomodamos en nuestros sillones y echamos una cabezadita, además de jugar a las cartas y hablar un poco de cómo conoció a NamYoon y a los chicos.

***

Aterrizamos en el aeropuerto de Los Ángeles, cogemos nuestras respectivas mochilas y salimos del avión para ir hacia la salida. En cuanto salgo por la puerta, la voz de mis padres se escuchan entre el alboroto de los demás familiares de los pasajeros. 

Los saludo con los ojos llenos de lágrimas y los abrazo y beso con fuerza. Los he echado de menos todos esos meses en los que no hemos podido vernos en persona. 

—Bienvenida de nuevo, mi amor —me dice mi madre en español con su voz cariñosa. 

—Hola, mami. Os presento a HaNeul, una amiga —les digo llevando a la chica a mi lado para no dejarla apartada.

—Encantados, HaNeul. Vamos, se hace tarde y la familia espera para cenar —mi padre coge nuestras mochilas y nos guía hasta donde ha dejado la camioneta aparcada.

—Nos diste una gran alegría cuando nos llamaste para informarnos de tu llegada. ¿Cómo es posible que veamos muy pronto a nuestra pequeña en la televisión? —le pregunta mi madre a mi padre con la voz llena de orgullo. 

***

Al llegar a la casa todos mis hermanos y primas están en la vivienda esperando mi llegada. Presento a mi amiga y enseguida hace buenas migas con todos ellos. 

Cenamos conversando sobre nuestra vida en Corea y, aunque ambas decimos que tenemos pareja, ninguna da el nombre para que nadie se vaya de la lengua delante de desconocidos.

Casi son las once de la noche cuando la casa se queda en silencio y mi madre nos acompaña hasta mi habitación para ayudarme a hacer la cama que ocuparemos la abogada y yo. 

En cuanto mi madre me deja un beso de buenas noches en la frente y se marcha, mi amiga y yo agarramos el portátil y llamamos a los chicos para hablar con ellos antes de dormir. 

—¡Hola! —gritamos las dos al unísono cuando todo el grupo y sus respectivas novias, además del hijo de HaNeul, aparecen en la pantalla. 

—¿Qué tal el vuelo? ¿Y tu familia? —me pregunta mi chico con una sonrisa de oreja a oreja que me encanta ver en su rostro. 

—El vuelo tranquilo. Mi familia revoltosa como siempre. Elenor —llamo a la editora para hablar con ella directamente—. Ambas hemos pensado lo que nos dijiste antes de que nos fueramos y no será posible alargarlo tanto, pero sí podremos volver más tarde.

—Estupendo. Será nuestro primer viaje todos juntos —apunta la chica feliz por la noticia. 

Todos nos miran con expectación y sin comprender de qué estamos hablando. 

—¿Estáis hablando en código? —quiere saber JK clavando su mirada en su novia.

—Más o menos. Ya os enteraréis cuando ellas regresen. 

—¿Es una sorpresa? —inquiere Belinda confundida.

—Vamos a acompañar a los chicos en sus conciertos por EEUU —contesta la editora en español para que los chicos no lo entiendan. 



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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