“Incluso cuando estés naufragando en medio de una tormenta sin saber hacía donde te diriges, habrá algo esperándote al otro lado de la orilla”
Al final la cena fue más hostil de lo que pensé…todo termino con mi madre recogiendo los platos de mi padre, los suyos y al final yo me pare tome mis platos y los deje en el fregadero, mi padre solo se paró y se dirigió hacia la sala como siempre…mi madre se quedaba limpiando la cocina y yo solo quería ir a mi cuarto para que este día terminara lo más rápido que se pueda. Sin más subí las escaleras y fui directo a mi cuarto, me puse mi pijama, me cepille los dientes, y me acosté en mi cama, boca arriba mirando el techo sin un motivo en especial solo tratando de que pudiera conciliar el sueño, pero después recordé el sueño que tuve ese día en la tarde y por un momento tuve miedo de dormir, pensaba: ¿Qué pasa si vuelvo a tener ese extraño sueño? ¿Qué pasa si…otra vez la silueta vuelve a hablarme? Solo podía pensar en los peores resultados que podrían pasar esa noche, así que al final tome la colcha que me cubría y la subí hasta mis ojos con fuerza y miedo de que aquel sueño me persiguiera cada vez que duermo, pero por alguna razón el solo pensar que al día siguiente podría ver a Sophie hizo que mi mente pudiera mantenerse tranquila y esperanzada.
Finalmente llego el amanecer, pude oír el sonido de las aves cantando alegres al mismo tiempo que sentía el sol cálidamente asomándose por mi ventana y por primera vez con mi corazón en paz y sin haber tenido algún sueño, abrí mis ojos lentamente y vi el techo de mi habitación iluminado por la cálida luz del sol a primera hora de la mañana. Y justamente me había levantado a tiempo, así que me preparé para bajar a comer mi desayuno, por alguna razón pensé que ese día iba a ser perfecto, y totalmente diferente a mi triste y aburrida vida, pero vaya…me esperaba una no muy grata sorpresa en la cocina, cuando bajaba las escaleras yo siempre escuchaba a mi madre decir algo como “¡Vaya, Cristal hoy te has levantado a tiempo!” o “¡Ven rápido que el desayuno se enfría!” pero eso no fue lo que escuché, más bien lo único que vi fue un comedor vacío, una cocina vacía y una sala vacía, no había nadie en la casa y eso me parecía sumamente extraño así que empecé a llamar a mis padres en voz alta y audible para que pudiera saber dónde estaban, pero nadie respondió. Todo me parecía muy confuso, pero llamo mi atención un papel que estaba en la mesa, esto decía la nota:
“Buenos días, querida hija, dejo esta nota para decirte que yo y tu padre hemos decidido que lo mejor sería que empezaras a vivir por tu cuenta, sé que es muy repentina la decisión que hemos tomado pero sé que es lo mejor para la familia, pues al final nos dimos cuenta de que…
Tu eres el problema.”
Como… ¿cómo podía ser esto posible? ¿Yo soy el problema? No sé qué está sucediendo pero esto no es algo que mis padres dirían… ¿cierto? Exactamente qué está pasando, ¿es esto otro sueño? De nuevo… ¡¿de nuevo?! Es posible que esto sea real…Tal vez lo es, pero mientras pensaba esto una voz se asomó detrás mío y susurro en mi oído mientras tocaba mi hombro.
—Así es Cristal, tú eres el problema—
En ese preciso momento desperté pero esta vez fue diferente, me había levantado con un terrible escalofrío en mi cuerpo y en vez de que el sol cálido se asomara por mi ventana lo que se asomo fue un terrible trueno que había caído muy cerca de nuestra casa, aquel trueno fue el causante de mi repentino despertar, que aunque de alguna manera agradezco solo termino por darme un terrible susto, así que tome aire y trate de tranquilizarme, aunque bueno…eso no funciono del todo. Pero sí que hizo que empezara a pensar con mayor claridad, al paso de los minutos cuando por fin pude despejar mi mente, solo podía pensar en aquella silueta que se autonombraba mi yo del pasado…que para mí solo era un monstro, un monstro del que ahora le temo más que a nada.
—Así que esto es lo que sienten los niños de mí edad cuando tienen una pesadilla con aquel monstro que está en sus sueños o más bien, pesadillas. —hable para mí—.
Ahora podía entender lo que mis compañeros sintieron cuando me vieron entrar en el salón después del accidente que yo había causado…temor de que yo fuera a lastimarlos y al parecer su temor solo aumento cuando supieron que yo…no podía sentir el más mínimo dolor. Así que dado a esto esparcieron muchos rumores de los cuales Sophie no tiene ni la más menor idea.
Y puedo decir que agradezco el hecho de que Sophie no sepa nada…sobre lo que pasó, sé que tarde o temprano esto saldrá a la luz, pero aun así quisiera poder disfrutar un poco de lo que la gente llama “amistad”, no quiero decir que nunca sentí este sentimiento, es solo que de alguna manera siento que algo falta y no he podido encontrar esa pieza que pueda llenar el hueco que tengo. Dentro de mí sé que algún día tomaremos caminos totalmente distintos, tanto Sophie como yo venimos de mundos muy diferentes, pero lo que hizo que nos encontráramos fue un choque que describiría como casualidad o accidente, pero que bonita casualidad la verdad…ojalá estos momentos se pudieran congelar por siempre, aun así sería feliz tan solo 5 minutos fuera de mi vida.
Y vuelvo a decir que este tipo de pensamientos solo me hacen pensar que soy la persona más desgraciada en el mundo, pero bueno a decir verdad mi día empezó mal, ¿Qué más podría salir mal? O eso pensaba...no quise perder más tiempo así que empecé a prepararme para ir a la escuela con la leve diferencia de que tendría que ponerme botas y usar un impermeable, cuando ya me había vestido note que mi impermeable está roto, que día tan perfecto para que se me haya roto el impermeable…hasta apenas unas semanas estaba entero, sin más tuve que ponerme mis botas, salí de mi cuarto, que había olvidado mencionar que mi cuarto era más un sótano, estaba en la parte más alta de la casa, había una pequeña ventana que daba directo al vecindario, era la mejor vista en mi opinión aunque siempre tenía mis cortinas cerradas cuando estaba en mi cuarto, pero las dejaba abiertas cuando me iba a la escuela, así que eso hice, pero en cuanto abrí las ventanas pude ver a alguien con un paraguas rojo y unas botas azules enfrente de mi casa, o mejor dicho esperando en la banqueta, no podía verle la cara por lo que pensé que podría ser un compañero tratando de molestarme incluso a primera hora de la mañana pero me tomo por sorpresa cuando esta persona alzo la vista hacía donde estaba yo en ese momento pude ver a Sophie y sus ojos color café claro se encontraron con mis ojos azules, Sophie no dudo en levantarme la mano saludándome, indicándome que bajara para que pudiéramos ir juntas a la escuela, la verdad eso no me lo esperaba en absoluto, nunca pensé que Sophie vendría hasta mi casa.