“Dentro de mí se escucha como un Cristal empieza a quebrarse.”
Toda la tranquilidad que alguna vez tuve desde el accidente de Emma se desvaneció en cuestión de minutos, Cristian había agitado la poca estabilidad que tenia en mi mente, yo trataba de mantenerme bien psicológicamente tras la muerte de Emma, pero ahora todo simplemente empezó a quebrarse, si alguna vez intenté reparar mi corazón y mente, fue en vano, ciertamente fue una total fantasía. Ahora la imagen de Emma esta en mi mente constantemente y su voz...suena dulce pero a la vez como un gran golpe en mi corazón, que alguna vez fue tan duro como un diamante, ahora solo es de un cristal fino, y estoy caminando sobre esos pequeños fragmentos que caen lentamente pero constante.
No tenía las fuerzas para entrar al salón, me sentía demasiado débil física y mentalmente, era como si mi mente fuera a colapsar, así que decidí saltarme las últimas clases después del almuerzo, se que no es algo que yo haría...pero no lo puedo soportar, no puedo fingir una sonrisa más, y si regreso probablemente estalle en llanto enfrente del profesor, que es lo último que quiero hacer. Por tanto podría decirse que me escape de la escuela, pero claro que no puedo salir por la puerta principal, tuve que subirme al árbol y ya que el árbol estaba en la esquina del patio, que daba a la muralla de la escuela, me tire sobre unos arbustos que estaban al otro lado de la muralla, la caída no fue nada cómoda, pero no podía sentir dolor, mi mente estaba totalmente en blanco, así que me levante como si nada hubiera pasado y empecé a dirigirme a casa, yo pensaba que mi casa era como mi refugio aunque no precisamente mi casa si no mi cuarto, ese lugar era mi cueva donde podía estar tranquila y acomodar mis pensamientos o eso pensé, al llegar a la mitad del camino note que estaba enfrente de la casa de los Smith me pare solo un segundo y pude ver que la casa seguía siendo igual, mismo color de la fachada, la cerca blanca con toques dorados, las flores tan lindas que rodeaban la cerca de entrada y un pasto verde en el frente de la casa, tenía mucho tiempo que no venía a esta casa desde lo de Emma, no tenia el valor para mirar a la cara a los Smith, el miedo me invadía, pero justamente en ese momento no había nadie, pero antes de que pudiera dar siquiera un paso, alguien detrás de mi grito mi nombre, pero lo grito con un tono de sorpresa, al voltearme vi a la señora Smith con la bolsa de compras.
—¡Cristal! —grito la Señora Smith por segunda vez—.
—¿Eres tú? —pregunto la Señora Smith con los ojos llorosos—.
—¡H-Hola, Señora Smith! —respondí en voz alta y nerviosa—
—Por favor llámame, Rose, no hace falta la formalidad. —.
—N-No se si podría Señora... —hable en voz baja—.
—Te lo pido, siento que me tratas muy distante querida. —apresuro a decir la Señora Smith—.
—¿La puedo llamar Señora Rose? —pregunte mirándola levemente—
—Claro, querida no hay problema. —respondió la Señora Rose sonriendo ligeramente—.
—Disculpe las molestias, ya estaba por irme. —dije volteándome para seguir mi camino. —.
—¡No, por favor espera Cristal! —exclamo la Señora Rose y añadió—¿Te molestaría mucho ayudarme a meter las bolsas del super?
—Oh, bueno llevo un poco de prisa...pero esta bien. —respondí algo incomoda. —
Así que agarre las compras de la Señora Rose y la ayude a meterlas en su casa. Debo decir que las bolsas no estaban muy pesadas, pero igual se que la Señora Rose es bastante débil por ende es muy enfermiza, así que no pude decir que no. Pero en cuanto entramos y di el primer paso en aquella casa, pude sentir un olor muy hogareño, hasta podía sentir la calidez de la casa, y supe que esta casa realmente tenía un ambiente donde vivía una familia cariñosa. Y claro que me incomodo un poco pues mi casa no es precisamente un lugar hogareño, es más bien algo lúgubre, no muy acogedor y mucho menos con ambiente de una familia feliz o estable, más bien algo disfuncional. Entonces la Señora Rose me dijo que dejara las bolsas encima de la cocina del comedor, que en realidad era una pequeña barra.
—Listo Señora Rose, ¿Necesita algo más? —pregunte tratando de fingir mi mejor sonrisa—.
—Oh, no querida, muchas gracias por tu ayuda. —dijo la Señora Rose alegre y añadió—Pero ¿A que se debe esa cara triste? —.
—N-No Señora Rose, no estoy triste estoy bien, no se preocupe. —manifesté sacudiendo mis manos nerviosamente—
—Mmm, pero yo veo claramente que no estas del todo bien. —dijo la Señora Rose con un tono de sospecha. —
Claro que no estaba del todo bien, de por sí ya tenía un día lo bastante horroroso, el haberme parado enfrente de la casa de los Smith fue el peor error que yo pude cometer y aún más toparme justo cuando me iba con la madre de Emma, no se como la Señora Rose puede actuar tan tranquila conmigo en su casa, ¿Acaso no me desprecia? ¿No fui yo la que provoco que su hija muriera? De cierto modo estaba algo molesta con la actitud de la Señora Rose, me parecía una actitud muy fuera de lo normal. Tenía muchas dudas en mi cabeza que estaban ansiosas por salir, demasiado ansiosas por salir, tanto que se me salió una lo bastante audible para que la Señora Rose sollozara.
—Señora Rose... ¿Acaso usted no me odia o desprecia? —.
Hubo un gran silencio y la Señora Rose quedo unos momentos pasmada, y pude ver como sus ojos volvían a ponerse llorosos, pude ver una mirada de lastima y tristeza en su expresión.
—¡Claro que no, querida Cristal! ¿Cómo podría odiarte? ¿Por qué debería? —
—No puedo entenderla Señora Rose...disculpé que la ofenda pero, usted sabe lo que hice, ¿No es así? —dije mirando a los ojos a la Señora Rose—.