Solo Yo

Un nuevo año, una nueva vida

Capítulo Uno

Año 2023

Valentina Ramirez

Las vacaciones han terminado y yo me encontraba en el carro de Stefano, el peor ser humano que podía conocer, tan falso y desgraciado y para peor: el mejor amigo de mi hermana gemela.

No sabía si era manipulación o que simplemente mi hermana era estúpida que nunca se percató de quien era Stefano en realidad. Los dos se encontraban al frente y Renata le contaba todo lo que había pasado en estas vacaciones de forma resumida.

En cuanto a nuestra relación: nos odiabamos, simplemente no nos llevábamos. Nuestra rutina era saludar, convivir en el mismo grupo y ya. Ni él trataba de hacer algo por mejorar nuestra relación ni yo, dejamos aquello en el olvido desde hace un año.

Al llegar, Renata fue corriendo a los brazos de su novio Joel, no me daba tampoco una buena espina pero era el que mejor me caía del grupo. No pasó mucho tiempo hasta que aparecieron Stefano y sus dos sombras: Valeria y Liam. Algo tenía ese trío que no podía confiar plenamente en ellos.

Todo fue regular, me encontré con unas amigas y todo el evento estuvo tranquilo. Después de dejar mis cosas, fui con Rachel a buscar mi horario mientras hablamos de las vacaciones. Admito que estaba realmente concentrada en la conversación que ni siquiera presté atención al camino pues me lo sabía de memoria y creí que todo el mundo iba a quitarse de enfrente mío para no chocar por obvias razones. Cruzamos una esquina y como obra del destino: me choqué con alguien y casi caigo al suelo.

- ¡Dios mío, lo lamento mucho!- dice una voz masculina suave y el chico parece que no sabe si tocarme o huir- ¿T-te encuentras bien? Estaba muy despistado de verdad lo siento- dice y asentí.

- Yo también me distraje, no te preocupes- dije y me iba a ir hasta que me di cuenta de que al chico se le cayeron sus cosas de las manos, me agaché a ayudarlo y me entregó mi pelota anti-estrés que también se me había caído.

- G-gracias, son muchos papeles que aún no termino de entregar todos- dice y me mira.

En ese momento me percaté del chico: era alto, bastante alto por lo menos medía su metro noventa, tenía músculos pero los ocultaba detrás de un suéter verde como sus ojos, eran de un bello verde claro que ocultaba inocencia y más con su cabello rojizo casi anaranjado revuelto. Cuando se percató de que lo miraba se puso nervioso y parecia querer decir algo, decidí seguir con mi camino junto a Rachel hasta que él finalmente habló.

- D-disculpa, lamento interrumpirlas otra vez pero necesito ayuda para llegar a la clase 2-A, soy nuevo y estoy perdido, n-no se si puedan...- dice y conectamos miradas, creo que mi expresión fría lo asustó porque dejo de verme y acomodó el cuello de su camisa- D-disculpen por la interrupción- dice y se da media vuelta para seguir con su camino, iba a hacer lo mismo cuando Rachel me detuvo y le hablo al chico.

- ¡Oye, nosotras somos del 2-A!- le dice y la miró como si estuviera loca.

No quiero hacer amigos raros pensé en mi mente.

- ¡Oh! ¿Entonces podrían ayudarme?- dice mientras comienza a guardar sus papeles en la mochila- Que descuidado soy...- susurra para si mismo y nos devuelve una sonrisa amable.

- Tenemos que ir a ver nuestros horarios- dice y parece que el chico se decepciona un poco- Pero Valentina puede ayudarte con eso- la mire como rabia.

- Nos das un minuto- dije, él asintió con una sonrisa y le susurré a Rachel al oído.

- ¿Qué crees que haces?- le pregunté.

- Hazme el favor y comienza a salir con algún chico, necesitas divertirte nena- me susurrá y guiña el ojo.

- Estás loca, además yo no quiero un novio. Tengo muchas cosas más a las que dedicarme- dije y luego me agarró fuerte del brazo.

- ¿Recuerdas cuando me obligaste a vacilar con el chico de la fiesta para poder tener alcohol y guardaespaldas toda la noche?- me recuerda con malicia.

Ugh, debo dejar que el alcohol me controle.

- ¡Mi amiga Valentina te enseñará el camino al curso! Yo iré por nuestros horarios- y así de rápido, Rachel se esfumó y quedamos los dos.

Nos miramos un momento antes de que yo suelte un suspiro de frustración y comience a caminar- Sígueme- le dije mientras me dirigía de nuevo a mi aula.

- Gracias aunque lamento que tu amiga te haya obligado a ayudarme- menciona ya a mi lado. Al ser alto sus pisadas eran más largas.

- No me obligó- mentí.

- Bueno, no luces muy feliz de ayudarme en realidad- dice y lo miro, él tenía una pequeña sonrisa.

- Me recuerdas a mi hermana- solté de repente y luego negué con la cabeza- Y yo no suelo sonreírle a casi nadie así que no lo tomes personal amigo- dije mientras subíamos y él mostró sus dientes en una gran sonrisa.

- Está bien. Conozco a gente que le pasa lo mismo- llegamos a nuestra aula, él aún con su sonrisa- Gracias, amiga- levanté la ceja.

- ¿Por qué...?

- Me llamaste amigo antes. Imaginaré que somos amigos ahora- contesta.

Si, es idéntico a Renata.

- Es una expresión, ¿lo sabes verdad?- deje claro.

- Lo sé, aun así me quedaré con amigos.

Solté una pequeña risita ante su comentario. Debía admitir que el chico tenía gracia.

- En fin, muchas gracias... Eh...- dice y recuerdo no haberle dicho mi nombre. Tiendo mi mano.

- Valentina, Valentina Ramirez- él estrecha su mano con la mía. Para parecer un tragalibros, tenía la mano pesada.

- Cristopher, Cristopher Evans.

Entramos al aula y él se sentó entre los primeros asientos. Yo deje mis cosas en mi escritorio y cuando salia en dirección a buscar a Rachel una persona se me atravesó en el camino.

No puede ser, no otra vez.

- ¿Qué quieres Jack?- pregunté con el ceño fruncido. Siete de la mañana y yo ya tenía corajes.




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