La música sonaba fuerte, los cuerpos se mecían al ritmo de esta. Y lo que parecía que era el fin de una canción solo era el inicio de otra. Un bucle sin final y una historia por escribirse.
Y luego estábamos nosotros aquí. Intercambiando miradas.
Tal vez suspiro…
Tal vez corazones.
La luz de colores dejaba ver una dimensión que no habíamos visto del otro. Pero ambos sabemos que hay cambios más importantes. No solo para él ni solo para mí.
Creo que estábamos en un punto de inequidad. Está claro que nuestras ideas eran diferentes. Para ambos. Nada era lo mismo y no sabría qué hacer. Ni qué pensar.
Y por un momento la gente desapareció, y quedamos los dos y ninguno a la vez.
Solo Yo.
Solo Él.
Solo Nosotros.