Sombras De Poder I.

Cap. 05 Marja

Elena había abandonado la fiesta de David en un estado de nervios catastrófico, y cuando llegó a su departamento y se miró al espejo, sus treinta y ocho años parecieron caerle encima de golpe. Se quitó de allí y se tiró sobre la cama cubriéndose los ojos con el brazo, pero si con ello pretendía alejar los recuerdos, fracasó tristemente, porque estos cayeron sobre ella como buitres hambrientos ante el cadáver que ciertamente sentía que era.

Imágenes del orfanato donde había crecido invadieron cada rincón de su mente y hasta le pareció estar percibiendo el olor a soledad del lúgubre edificio. De allí saltó al día que la encargada le dijo que ya era tiempo de marcharse, y todo lo que le dieron para enfrentarse a un mundo que no conocía, fue un vestido azul de segunda mano, un sobre con su identificación, y la dirección de una oficina de empleos.

La joven Marja Elena Yurievna, abandonó lo que hasta ese día había sido si no un hogar, al menos un techo seguro, y marchó reuniendo todo el valor que pudo encontrar en su interior.

Para su buena fortuna, en la oficina de empleos la colocaron en una empresa de limpieza, misma que prestaba servicios en un moderno edificio donde funcionaba una agencia de modelos, lo que se convirtió para Marja en su meta. Aunque en verdad tenía muy pocas posibilidades de alcanzar la misma y pensaba que tendría que contentarse con solo soñarlo, el destino tenía otros planes.

Marja tenía la costumbre, muy mala, por cierto, de meterse a los vestuarios cuando las chicas se habían marchado, y se divertía probándose los vestidos y maquillándose como había visto que lo hacían las modelos. Ella sabía que, si la cazaban, con toda seguridad la despedirían, pero aquello era lo más cerca que estaría nunca de su sueño y no pensaba renunciar a ello. El asunto fue que una de esas noches estaba admirándose frente al espejo cuando entró una mujer cuyo nombre ella desconocía, pero que sabía que tenía algún alto cargo en la agencia, de modo que Marja se quedó de piedra y se preparó para ser echada a patadas. No obstante, la mujer suspendió la conversación que tenía por el móvil y la miró de arriba abajo antes de volver a hablar.

  • Creo que tengo lo que necesitas —le dijo a su interlocutor —te llamó en un rato —cortó la comunicación y se acercó a Marja —¿Cuál es tu nombre? —le preguntó

A partir de ahí, la vida de Marja daría un giro completo, porque Ivonne, quien dirigía la agencia de modelos como se enteraría después, le hizo un planteamiento que en principio sorprendió a Marja, y de hecho no se lo creyó, porque aquella mujer le estaba ofreciendo convertirla en una modelo. Marja se puso en sus manos y pasó tres meses en un durísimo entrenamiento, aunque a su juicio aquello se alejaba mucho de lo que imaginaba sería el entrenamiento de las modelos, pero igual hizo todo lo que le ordenaron.

Estaban por cumplirse tres meses de haber comenzado con aquello, cuando Ivonne le dijo que debía acompañarla a una entrevista. El corazón de Marja dio un vuelco pensando que se trataba de su primer trabajo, y aunque en efecto así sería, lo que no sería era lo que ella esperaba. Después de presentarla, Ivonne la dejó sola con un individuo que no le pareció muy mayor, aunque tampoco era un chico, y que no había dejado de observarla con atención.

  • Entiendo que quieres ser modelo, Marja
  • Sí señor —contestó ella
  • Esa es una vida dura y lleva algunos años hacerse de un nombre —pero como ella no dijo nada, él prosiguió —Si te dijera que yo puedo colaborar para que tu carrera sea no solo un éxito, sino uno muy rápido, ¿qué dirías?

Marja era inocente, pero no tanto como para no imaginar de qué se trataba todo aquello, así que tan cortésmente como pudo, rechazó el ofrecimiento antes de escucharlo y se dio la mayor de las prisas en abandonar la oficina. Por supuesto a Ivonne no le sentó nada bien aquello, y aparte de gritarle cualquier cantidad de cosas, también la abofeteó tantas veces que al final tenía un labio sangrante, lo mismo que la nariz, y un feo moretón un poco más abajo del ojo derecho.

Marja pensó que ahí había terminado todo, pero para su sorpresa, el fulano aquel se presentó en la casa cuando ella se preparaba para marcharse. Marja se quedó paralizada en la puerta del salón e Ivonne le ordenó volver a su habitación, pero un momento después entró el sujeto y Marja tuvo deseos de gritar pensando que iba a ser violada, pero su sorpresa superó todos los límites cuando escuchó lo que el hombre le planteó. Después de hacer su oferta, le dijo que le daría un par de días para pensarlo y que no sería molestada por nadie en ese tiempo, y así fue.

Si el ofrecimiento de Ivonne la había sorprendido y le había parecido increíble, el de este sujeto se lo pareció mucho más, pues según había entendido, la quería para ser algo así como una madre portadora, es decir, se limitaría a llevar en su seno un hijo al que renunciaría aun antes de nacer, y a cambio de eso, él no solo le construiría una carrera, sino que la ayudaría a encontrar a sus padres. Marja no tenía idea de cómo sabía él que ella quería aquello, aunque después con más calma entendería que debió decírselo Ivonne a quien se lo había dicho ella misma.

Después de pensarlo y pensarlo, Marja decidió que aquello no era tan malo, ella sabía que había muchas mujeres que no podían concebir y pagaban a otras por llevar a sus hijos en el vientre, el único y pequeñísimo detalle, era que aquel hipotético bebé tendría que ser concebido de la manera tradicional. Aun así, Marja se convenció de que no estaba haciendo nada malo y terminó aceptando.




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