Sombras De Poder I.

Cap. 06 Reprimenda

Tiziano despertó y aun sin abrir los ojos tuvo la sensación de estar muy mareado, pero siendo que recordaba perfectamente que no había bebido tanto como en otras ocasiones, no se explicó por qué hasta que abrió los ojos identificando además lo que lo había despertado.

  • Buenas tardes, milord —escuchó una voz conocida pero no esperada
  • ¿Sherman? —dijo aun un tanto confundido
  • Creo que esto le sentará bien —dijo el hombre alcanzándole un vaso cuando se incorporó en la cama
  • ¿Qué demonios…?

Se detuvo cuando su estómago se rebeló, pero ya menos extrañado, porque sabiendo dónde estaba, sin duda aquel malestar era producto del jet lag. Esperó a que pasase la sensación y luego se bebió casi de un solo trago el contenido del vaso.

  • Mi lady está por llegar y espera verlo en el estudio —le dijo el hombre y abandonó la habitación

Tiziano se echó atrás intentando hacer memoria, pero por más que le dio vueltas al asunto se encontró con lo mismo. Después de abandonar la fiesta en casa de Hoffman, se habían ido a un bar muy exclusivo, pero habían estado poco tiempo allí, después de lo cual cada uno se había ido a su departamento quedando en verse hacia mediodía para ir al club donde almorzarían. Sin embargo, ahora estaba en su habitación de la mansión Wellington y sin idea de cómo había llegado allí. Estiró la mano para alcanzar su móvil, pero no estaba, de modo que frustrado decidió levantarse y darse una ducha y tal vez eso le aclarase las ideas.

Lo que Tiziano ignoraba, era que después que había llegado a su departamento y se había dormido, dos de sus guardias habían entrado y habían colocado un pañuelo bajo su nariz para asegurarse que no despertaría en varias horas, lo habían metido en su avión y hacía relativamente poco lo habían dejado en su habitación de la mansión.

Cuando estuvo listo y correctamente vestido, o al menos lo estaba para él, escuchó su móvil y giró la mirada hasta localizarlo sobre una mesa que estaba en la entrada de su habitación.

  • Hombre hasta que por fin —escuchó la voz de Hans —¿Qué demonios sucedió contigo? Ya Henry estaba planteándose llamar a la policía
  • Estoy en Londres
  • ¿Y qué diablos haces en Londres? ¿Olvidaste que teníamos una cita para almorzar?

Henry que escuchaba tuvo deseos de golpear a Hans, pues sin duda algo serio debía haber sucedido para que Tiziano se marchase sin avisar, y a él solo se le ocurría reclamarle por un almuerzo

  • Pues esperaba que ustedes me lo dijeran —dijo Tiziano
  • Aun no somos adivinos, hermano
  • ¿Acaso bebí más de la cuenta? —aventuró
  • A menos que yo haya bebido más que tú, y si fuese así Henry aun estaría haciéndome la vida miserable, no
  • Bueno, tendré que dejar para después la resolución de esa interrogante, porque ahora debo bajar a ver a mi abuela
  • Que te diviertas y saludos a la “adorable” tía Charlotte —dijo con una inconfundible nota de sarcasmo en la voz
  • Cretino

Tiziano aun iba riendo cuando entró al salón, pero como Charlotte aún no había llegado, se fue derecho hacia la licorera.

  • Para los efectos, es hora legal, Henry —murmuró recordando la cháchara de su amigo acerca de beber antes de mediodía
  • Te adelanto que habitualmente nos consideran locos a los que hablamos solos

Tiziano se giró para encontrarse con los ojos burlones de su primo Brooke.

  • Sin duda es algo en lo que me llevas ventaja —le dijo

El chico se acercó y después de palmearle un hombro se sirvió también y fueron a sentarse.

  • ¿Y qué estás haciendo aquí?
  • Aun no lo sé —contestó con sinceridad
  • Vamos progresando —dijo Brooke riendo
  • ¿Y qué haces tú en la cueva del lobo?
  • Vine a verte, escuché cuando papá hablaba con tía Charlotte y mencionó que acababas de llegar, así que, si no tienes planes para esta noche, podríamos ir a Black Jack

Antes de que Tiziano pudiese contestar, escucharon pasos y ambos se pusieron de pie cuando vieron entrar a Charlotte.

  • Abuela —saludó Tiziano
  • Tía Charlotte —lo hizo Brooke
  • Buenas noches —dijo ella en su habitual tono seco —¿Qué estás haciendo aquí, Brooke?
  • Vine a invitar a Tiziano a…
  • Él no puede ir a ninguna parte, así que márchate

Tanto Brooke como Tiziano, a pesar de conocerla bien, se sorprendieron, porque si bien era cierto que estaban habituados a su sequedad, aquella manera cortante y que casi rayaba en la hostilidad, solo podía obedecer a que estuviese muy molesta, la pregunta era por qué.

Brooke se despidió a toda prisa y cuando se subió a su coche se preguntó en qué lío se habría metido su primo para que Charlotte estuviese tan molesta, pero independientemente del motivo, Brooke estaba seguro que a Tiziano no iba a irle nada bien, de manera que sacó su móvil y tecleó un mensaje: T., si necesitas ayuda o simplemente escapar, ya sabes dónde encontrarme.




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