
La noche que Tiziano quedó atrapado en el subterráneo, Charlotte fue bruscamente sacada del sueño a las 4:15 de la mañana, y siendo que aparte de su familia, las dos únicas personas que poseían aquel privadísimo número eran su abogado y Mathew Brody, Charlotte estiró con rapidez la mano y sintió un vacío en el estómago al ver que se trataba de Brody, pero casi sufrió otro paro cardíaco cuando fue informada del motivo de la llamada a aquella hora.
El personal del que Charlotte se rodeaba y siguiendo la costumbre familiar, especialmente para cargos importantes, era exclusivamente inglés; sin embargo, Mathew había conseguido ocupar un puesto no solo alto, sino de inmensa responsabilidad y sin haberlo solicitado, solo por ser un ex marine norteamericano especializado en servicios de inteligencia. De manera que, fue reclutado por la organización que se ocupaba de la seguridad de las familias más importantes e inmensamente ricas del mundo, y, a la fecha, era quien dirigía el departamento que se ocupaba, en particular, de la seguridad de la familia y de las empresas Wellington.
Aparte de su experiencia, Mathew contaba con los ilimitados recursos que aquellas personas estaban dispuestas a invertir en su seguridad, así que había organizado el departamento con absoluta eficiencia y sus hombres eran muy eficaces; la única mancha en el expediente de Mathew, era Tiziano Wellington. Aquel muchachito, y en opinión de Mathew, parecía tener como única misión en la vida hacer miserable la de su abuela y por ese mismo camino la suya, pues era él quien tenía que responder por las locuras del príncipe. De tal forma que cuando recibió la llamada de Smith para informarle el nuevo lío en que estaba metida la criatura, se preparó mentalmente para ser apaleado por Charlotte, y aunque lo que menos le apetecía en la vida era dar aquella clase de noticias, no tenía alternativa y solo rogaba a los cielos que no le hubiese sucedido nada demasiado grave a Tiziano.
Nominalmente, Mathew respondía ante el director de la organización, de manera que, en teoría, era con él con quien primero habría tenido que ponerse contacto, pero Charlotte Wellington había dejado expresa y amenazantemente claro, que cualquier cosa, grande o pequeña que tuviese que ver con Tiziano, tenía que informársele a ella primero. Aun así, Mathew habría podido esperar hasta tener alguna noticia más concreta que dar a su patrona, pero demorar la información habría equivalido a arriesgarse a tener que informar algo de naturaleza trágica, y una vez que Charlotte hubiese asimilado la noticia, sin duda habría procedido a quitarle la cabeza por no haberle avisado desde el momento en el que él se enteró.
Tal y como esperaba, y a pesar de haber procedido según lo anterior, Charlotte casi se lo comió vivo y Mathew sospechaba que de haberlo tenido al frente, posiblemente habría intentado sacarle el corazón, pero como no era así, tuvo que contentarse con insultarlo y amenazarlo con los horrores del infierno si a su nieto le sucedía algo.
Por supuesto Charlotte no pudo volver a dormir ese día y estuvo pegada al teléfono hasta que Brody finalmente le dijo que Tiziano no solo había sido rescatado, sino que ya había sido atendido. Después de eso fue que ella dejó al agente en paz y fue a alistarse, algo tarde, para comenzar sus actividades. No obstante, ese día no estaba destinado a ser precisamente bueno, porque mientras tomaba su tardío desayuno, comenzó a repicar su móvil, y al ver de quién se trataba, ella arrugó el entrecejo.
El padre de Charlotte había contraído matrimonio con Marie Saint-Lary, hermana de Eugene quien era a su vez padre de Bertrand, de manera que Charlotte y el sujeto que estaba al teléfono, eran primos. Ella tenía una inmejorable relación con él, pero justamente en aquel momento, Bertrand era la última persona con la que quería hablar.
Charlotte le aseguró que así era y cortó la comunicación. A pesar de que a aquella hora era improbable que la noticia de lo sucedido en el metro de Nueva York hubiese llegado a la población europea, ella sabía que Bertrand contaba con los mismos medios de información que ella, de manera que no debió haberle extrañado aquella llamada. No era que los Saint-Lary y los Wellington tuviesen la más estrecha de las relaciones, pero se daba el caso de que Bertrand y ella habían acordado un enlace entre la nieta de él y Tiziano, el asunto era que Charlotte aún no se lo había dicho al chico y ya se le acababa el tiempo, pues se suponía que el compromiso debía ser anunciado en la recepción con motivo del cumpleaños número veintiuno de Tiziano.
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Los días que siguieron a su aventura en el subterráneo, Tiziano continuó con su rutina. Se levantaba temprano para ir a la universidad ya que acababa de iniciar el seminario para su doctorado en psicología, algo que por cierto había ocasionado otra discusión con su abuela, pues ella esperaba en principio que él se licenciase en finanzas o en cualquier otra cosa que fuese de utilidad, y siendo que la carrera escogida por el chico, en su opinión no lo era, eso le supuso un gran disgusto a la mujer.
Editado: 06.12.2025