"Sombras del Pasado: La Redención de Rodrigo Almonte"

Capitulo 2

Rodrigo se encontraba en la entrada del rancho, el sol del mediodía pintando sombras alargadas sobre el suelo polvoriento. Junto a él, el capataz repasaba con voz grave las labores del día, mientras el murmullo de los animales y el suave rumor del viento completaron la sinfonía rural.

De repente, un estruendo rompió la paz del momento. Rodrigo alzó la mirada hacia el camino y vio cómo unas imponentes camionetas levantaban nubes de polvo a su paso. Una mezcla de sorpresa y curiosidad se reflejó en su rostro mientras las vehículos se acercaban velozmente.

Con el corazón latiendo un poco más rápido de lo normal, observó cómo las puertas de las camionetas se abrían, revelando a su jefe, acompañado de su esposa y su hija. La escena parecía sacada de una película, con el sol brillando detrás de ellos y el polvo bailando en el aire.

Rodrigo se enderezó, limpiando el polvo de su camisa con un gesto nervioso. Había trabajado para el jefe durante años, pero rara vez lo veía fuera de la oficina.

 Ahora, la presencia de la joven Rosalía lo dejó sin aliento. Era como una visión de otro mundo, con su estatura alta y esbelta que desafiaba al viento, su cabello rubio que ondeaba con gracia y unos ojos azules que parecían contener el universo entero. Rodrigo se encontró completamente hipnotizado por su belleza, incapaz de apartar la mirada de ella.

Cada movimiento de Rosalía era una danza elegante y fluida, cada gesto emanaba una confianza y una seguridad que lo dejaban asombrado. Su presencia parecía llenar el espacio a su alrededor con una aura de arrogancia y superioridad, pero también con una fascinante magnetismo que era imposible de ignorar.

Rodrigo se sintió como si estuviera atrapado en un hechizo, incapaz de articular una palabra mientras observaba a Rosalía acercarse con una elegancia natural. Su corazón latía con fuerza en su pecho, y una extraña sensación de emoción y nerviosismo se apoderó de él.

Cuando finalmente Rosalía se detuvo frente a él, una sonrisa encantadora curvó sus labios, y Rodrigo sintió como si el mundo entero se detuviera en ese preciso momento. Era como si estuvieran en su propio universo, donde solo existían ellos dos y la intensidad de su encuentro.

—Es un placer conocerte, Rodrigo —respondió con una sonrisa que hizo que el corazón de Rodrigo diera un vuelco en su pecho.

You


 

—Buenos días, patrón—  , saludó el capataz con respeto, interrumpiendo los pensamientos de Rodrigo. El jefe devolvió el saludo con un gesto de la cabeza y preguntó por el estado del rancho durante su ausencia.

 

Así, mientras Rodrigo se encuentra impresionado por la presencia de Rosalía, su madre, Adriana Montenegro, le indica que lleve las maletas a la habitación y que avise a las empleadas para que las ordenen de inmediato. Rodrigo asiente con determinación y cumple las órdenes sin titubear.

 

Sube las escaleras, Rodrigo con las maletas en la mano, pero su mente sigue ocupada por la imagen de Rosalía. En ese momento, se encuentra con Elizabeth y le comunica que debe ordenar las maletas en las habitaciones de los jefes. Elizabeth asiente y se dirige a cumplir la tarea, mientras Rodrigo sigue pensativo 

 

—¿Ya conociste a la hija del patrón?—

 

—Sí, acabo de encontrarme con ella. Debo decir que es la mujer más hermosa que he visto.—

 

Elizabeth, (con una expresión decepcionada) responde:— Ya veo... Qué bien.—

 

Rodrigo, (notando la reacción de Elizabeth) —¿Pasa algo?—

 

—No, nada importante. Ve a hacer lo tuyo.—

 

(Rodrigo deja a Elizabeth y baja las escaleras. En ese momento, se encuentra con Rosalía.)

 

—Hola, ¿tú debes ser Rodrigo?—

 

—Sí, así es. ¿En qué puedo ayudarte?—

 

—Bueno, ¿te importaría mostrarme un poco más del rancho? Me encantaría conocerlo mejor.—

 

—Por supuesto, estaré encantado de hacerlo.—

 

(Rosalía sonríe coquetamente.)

 

—Perfecto. Creo que nos llevaremos bien. —

 

Rodrigo sonríe, halagado por su interés. Se dirige hacia los establos mientras Rosalía se queda observándolo con una mirada juguetona.

 



#5464 en Novela romántica

En el texto hay: pasado, negocio, rancho

Editado: 15.07.2024

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