Capítulo 7:
En el íntimo espacio del cuarto de las caballerizas, Rodrigo y Rosalía se entregan a la pasión desenfrenada. Rodrigo confiesa sus deseos ardientes a Rosalía, asegurándole que está completamente cautivado por sus besos.
Con manos temblorosas, Rodrigo desviste lentamente a Rosalía, revelando su cuerpo femenino y delicado. Cada prenda cae al suelo con la promesa de un deseo consumado. Rodrigo, embriagado por la pasión, besa cada centímetro de su piel, explorando con devoción cada curva y contorno.
Rosalía, entregada al placer, emite gemidos de éxtasis mientras Rodrigo la adora con sus caricias. Una vez desnudo, Rodrigo se prepara con un preservativo, obedeciendo a las indicaciones de Rosalía.
Con un deseo feroz en sus ojos, Rodrigo se posiciona sobre Rosalía y la penetra con fervor, desatando una sinfonía de gemidos y suspiros de placer. La unión de sus cuerpos es una explosión de pasión y deseo que los consume por completo.
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Más tarde, Rosalía regresa a la casa con una sonrisa pícara en los labios, en uno de los pasillos se encuentra con Elizabeth.
-Aléjese de rodrigo solo le va a causar daño.
-Estás celosa, ¿verdad, Elizabeth? Rodrigo nunca te prestará atención porque se ha fijado en una mujer de verdad, como yo. No eres más que una insípida en comparación conmigo. Demostré ser una verdadera mujer y ahora Rodrigo está completamente a mis pies. Si tú no quieres ser despedida junto a tu madre, será mejor que te quedes callada. Es lo que más te conviene. (Se aleja sonriendo).
Las palabras de Rosalía hieren profundamente a Elizabeth, quien queda aturdida por la crueldad y el desprecio de su rival. Elizabeth, con el corazón destrozado y lágrimas surcando su rostro, se dirige a su habitación en busca de refugio. En medio de su angustia, se topa con Rodrigo, cuya presencia solo agudiza su dolor.
Rodrigo, visiblemente preocupado por el estado de Elizabeth, se acerca a ella con gesto de compasión.
- ¿Qué sucede, Elizabeth? Estás llorando, ¿te encuentras bien?
Elizabeth, con la voz entrecortada por la tristeza, no puede contener sus emociones y confiesa lo que siente en su corazón.
-Estás cometiendo un grave error al enredarte con Rosalía. Te va a hacer sufrir mucho, lo sé. No te mereces pasar por eso.
Las palabras de Elizabeth salen cargadas de amor y preocupación genuina, pero la respuesta de Rodrigo es fría y desafiante.
- Eso no te incumbe, Elizabeth. Esta es mi vida y yo hago lo que me da la gana. (Sale molesto dejándola con la palabra en la boca).
Las palabras de Rodrigo caen como un duro golpe sobre el corazón herido de Elizabeth. A pesar del dolor que siente, comprende que no puede obligar a Rodrigo a ver la verdad si él no está dispuesto a hacerlo. Con un nudo en la garganta, se retira a su habitación.
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- ¿Qué pasa, Rodrigo? Se te ve alterado. Le comenta pedro.
-Es Elizabeth, se está metiendo en lo que no le importa.
- ¿Cómo que se está metiendo?
- Se enteró de mi affaire con Rosalía.
- ¿Y qué te dijo?
-Que estaba cometiendo un grave error.
- ¿Estás seguro de lo que sientes por Rosalía?
-Nunca antes una mujer me había llamado tanto la atención como ella. Cuando la tengo en mis brazos, mi mundo se transforma.
-Solo Cuídate, recuerda que solo somos unos peones en esta hacienda, ambia esa cara y vamos a trabajar que por eso no pagan.