"Sombras del Pasado: La Redención de Rodrigo Almonte"

Capítulo 6

Era de noche y Rodrigo siente que alguien entra a su habitación. Observa la puerta y se encuentra con Rosalía, elegantemente vestida con una bata roja. Él sonríe de lado y se acerca a ella para recibirla con un beso, elogiándola por su apariencia.

-Estás preciosa esta noche. La observa parada en la puerta.

- ¿Sabes por qué estoy aquí?

-No tengo idea.

Se va acercando de manera coqueta. -Quiero que hables con tu amiga Elizabeth. Necesito que se mantenga callada, no podemos arriesgarnos a que mis padres se enteren de nuestra relación.

-No hay problema en que tus padres se enteren. Te quiero de verdad y estoy dispuesto a enfrentar cualquier consecuencia por ti.

Rosalía sonríe y lo besa apasionadamente, dejando caer la bata y revelando su desnudez. (En su mente solo ríe ya que solo lo piensa utilizar por un tiempo).

- Hazme el amor, Rodrigo.

 

*****************

En la madrugada, Elizabeth, incapaz de conciliar el sueño, sale en busca de un vaso de agua. Al pasar frente a la habitación de Rodrigo, nota a Rosalía saliendo. Elizabeth la mira con sorpresa.

Elizabeth: ¿Rosalía? ¿Qué haces en la habitación de Rodrigo?

Rosalía: Oh, lo que todas las amantes hacen cuando están a solas. Yo soy una verdadera mujer que sabe complacerlo en todos los sentidos. No como tú, ¿Te has mirado en un espejo? (La mira de pies a cabeza). Esa ropa que llevas puesta no le despierta la pasión a ningún hombre.

Elizabeth: No tengo la necesidad de vestirme o parecerme a ti. Mi valor no depende de la ropa que uso.

Rosalía: Jajaja, ¡qué chiste! Ojalá pudieras parecerte a mí. Tengo todo lo que deseas. ¿O acaso no sabes que sé que estás enamorada de Rodrigo? Pero él ni te mira. Buenas noches, Elizabeth. (Dice enfatizando cada palabra con una sonrisa maliciosa).

Elizabeth: Rosalía, tu arrogancia solo refleja tu inseguridad. Rodrigo puede estar contigo ahora, pero el amor verdadero no se compra ni se seduce con apariencias. Buenas noches. (Dice con calma y dignidad).

Rosalía: (Se queda pensativa un momento, con una expresión de desdén). Veremos cuánto dura tu dignidad cuando te des cuenta de la realidad.

*****************

En la mañana la madre de Rosalía dirige a la habitación de esta:

Adriana: (Entrando sin tocar) Rosalía, necesito hablar contigo.

Rosalía: Dime, madre.

Adriana: ¿Crees que no me doy cuenta de tus salidas con Rodrigo? Tienes que dejar eso inmediatamente. Se te olvida que te vas a casar.

Rosalía: Madre, no seas aguafiestas. Solamente estoy disfrutando los últimos días de mi soltería. Esto no es nada serio, solo estoy disfrutando del momento.

Adriana: Ten mucho cuidado con lo que haces, hija. Se te olvida quién es tu prometido y lo que puede hacer. No se te olvida que estamos en la ruina y que este matrimonio es nuestra salvación.

Rosalía: Lo sé, madre. No te preocupes, sé lo que hago. Rodrigo es solo una distracción pasajera. No hay nada de qué alarmarse.

Adriana: (Suspira, mirándola con preocupación) Rosalía, solo quiero lo mejor para ti y nuestra familia. Este compromiso es crucial para nuestra supervivencia. Por favor, no pongas todo en riesgo.

Rosalía: (Asiente, con una mezcla de desafío y comprensión) Entiendo, madre. No haré nada que ponga en peligro nuestro futuro. Pero necesito sentirme viva, aunque sea por un momento.

Adriana: (La abraza) Sé que esto es difícil, pero necesitamos mantener la cabeza fría y pensar en el futuro. Confío en que tomarás las decisiones correctas.

Rosalía: (Con voz más suave) Gracias, madre. Prometo ser cuidadosa. Solo dame un poco de tiempo para despedirme de esta parte de mi vida.

Adriana: Está bien, hija. Solo recuerda lo que está en juego. (Sale de la habitación, dejando a Rosalía pensativa)

**********************

En el pintoresco pueblo de San Valentín, rodeado de verdes montañas y conocido por su rica producción de ganado y productos agrícolas, la vida de los habitantes transcurre entre el arduo trabajo en los campos y la esperanza de un futuro mejor. A pesar de la fertilidad de sus tierras y la calidad de sus productos, la falta de apoyo y medios para comercializarlos deja a la comunidad luchando contra la adversidad. En una cantina de este pueblo Rodrigo se encuentra hablando con algunos amigos. Muchos de ellos no notan lo contento que esta y le preguntan cuál es el motivo de su felicidad.

Ignacio: Rodrigo, ¿por qué estás tan feliz últimamente?

Rodrigo: Me siento muy feliz porque creo que he encontrado el amor de mi vida.

Alberto: ¡Por fin te diste cuenta de lo que Elizabeth siente por ti! Hacen muy buena pareja.

Rodrigo: (Sorprendido) ¿Cómo? ¿Lo que Elizabeth siente por mí? Siempre la he visto como una hermanita. Nunca me imaginaría estando con ella.

Ignacio: Ah, pues entonces cualquiera de nosotros puede acercarse a ella y enamorarla. Es una muy buena chica. Cuando mencionaste que habías encontrado el amor de tu vida, pensaba que era con ella.



#5454 en Novela romántica

En el texto hay: pasado, negocio, rancho

Editado: 15.07.2024

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