"Sombras del Pasado: La Redención de Rodrigo Almonte"

Capítulo 12

Capítulo 12

Era ya de noche en la hacienda "La Esperanza". La boda de Santiago y Rosalía había culminado en una celebración exuberante, y los recién casados irradiaban felicidad. Sin embargo, a cierta distancia, Rodrigo tomaba solo, sus ojos oscuros reflejando la amargura de su corazón roto.

Elizabeth, observándolo desde lejos, no pudo contenerse y se acercó a él. "Deja de tomar, Rodrigo," le dijo con suavidad, pero con firmeza. "Nada se soluciona con alcohol."

Rodrigo la miró con ojos empañados de tristeza. "De verdad duele," confesó con voz quebrada.

Elizabeth lo tomó de la mano, su toque cálido y reconfortante. "Ven, vamos a dar un paseo para que te calmes," le sugirió. Rodrigo, resignado y abatido, aceptó con un suspiro. "Es difícil, Elisa," murmuró mientras caminaban.

Juntos, se dirigieron a una parte remota del rancho, lejos de la algarabía de la celebración. Rodrigo, todavía aferrado a su botella, volvió a mirar al vacío. "Quisiera arrancarme a Rosalía de mi corazón," confesó con un tono desesperado.

Elizabeth lo miró con una mezcla de compasión y determinación. "Yo te puedo ayudar," dijo en voz baja.

Rodrigo la miró intrigado. "¿Cómo?" preguntó, buscando en sus ojos una respuesta que pudiera aliviar su dolor.

Sin decir una palabra, Elizabeth se inclinó y lo besó. Al principio, Rodrigo se sorprendió, pero pronto correspondió el beso con una intensidad creciente. El deseo se encendió entre ellos, convirtiendo el momento en una llama de pasión.

 

"Hazme el amor, Rodrigo," susurró Elizabeth con voz entrecortada. "Yo te puedo hacer olvidar."

Rodrigo, llevado por la pasión y el deseo de olvidar su dolor, la tomó de la mano y la llevó a una habitación cercana. Allí, en la intimidad de la noche, se dedicaron a acariciarse con pasión. Elizabeth, nerviosa por ser su primera vez, respondió tímidamente a las caricias de Rodrigo. Él, con ternura y cuidado, fue regando besos por todo su cuerpo, guiándola con suavidad y devoción.

La noche avanzó en un torbellino de caricias y besos, cada momento intensificándose hasta que el cansancio los venció. Juntos, se quedaron dormidos, sus cuerpos entrelazados y sus corazones latiendo al unísono, dejando atrás las sombras del pasado, aunque fuera por un instante.

 

**********

Ana, con el corazón ligero y una sonrisa que reflejaba la esperanza recién encontrada tras su conversación con Esteban, se dirigía a la casa de sus amigos. Estaba tan inmersa en sus pensamientos, imaginando un futuro mejor para ella y su hijo Rodrigo, que no se percató del tráfico a su alrededor.

Al cruzar una calle concurrida, su distracción le jugó una mala pasada. Un auto apareció de repente, demasiado rápido para que ella pudiera reaccionar. El sonido de los frenos chirriando y el golpe seco resonaron en el aire, seguido de los gritos de las personas cercanas.

Ana cayó al pavimento, su cuerpo inerte y su semblante devastador. La conmoción se apoderó de los testigos, quienes rápidamente corrieron a auxiliarla. La multitud se agolpó a su alrededor, algunos llamando a emergencias, otros intentando reconfortarla y asegurarse de que no se moviera.

El conductor del vehículo, visiblemente alterado, salió del auto y se acercó tambaleante a Ana, murmurando disculpas y tratando de entender lo que había sucedido. Una mujer mayor, con lágrimas en los ojos, sostuvo la mano de Ana y le susurró palabras de aliento, mientras el sonido distante de una sirena de ambulancia se acercaba cada vez más.

Ana, con la mirada perdida y el dolor visible en su rostro, apenas era consciente de lo que ocurría a su alrededor. Su mente intentaba aferrarse a los momentos de esperanza que acababa de experimentar, pero el dolor y la confusión la superaban.

La ambulancia llegó rápidamente, y los paramédicos se apresuraron a atenderla, colocándola con cuidado en una camilla y asegurándose de que sus signos vitales estuvieran estables. Mientras la subían a la ambulancia, los murmullos de la multitud se mezclaban con el sonido constante de la sirena.

 

 

 



#5464 en Novela romántica

En el texto hay: pasado, negocio, rancho

Editado: 15.07.2024

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