Hemos terminado esta aventura. Al momento del toque, todas las risas quedarán en nuestra memoria. El recuerdo de lo que vivimos, quedará para siempre en esta aula.
10 meses, 7 horas juntos en un espacio de 6×6 , y tengo el atrevimiento de decir que no ha sido suficiente.
Retrocedan 10 meses atrás, 7:30 am. No sabíamos todo lo que vendría, el estrés y las cantidades industriales de trabajo, la desesperación de varios ante mis gritos, el odio hacia la música de otros, y la angustia de no saber que pasaría.
Algunos nos abandonaron en el camino, y otros se sumaron a esta gran familia. Porque eso es lo que somos: familia.
Una disfuncional, pero que se complementa a la perfección, donde todos somos diferentes y tomaremos caminos distintos. En la que algunos sueñan con volar, otros bucear y unos cuántos caminar, ¿y saben qué es lo que hace que al momento de cruzar esa puerta me vaya tranquila?
Porque tomen el camino que sea, lo sabrán manejar. Porque tienen presente que no son las cartas que te toquen, sino como las juegues.
17 personas que me dieron lecciones que marcaron mi corta vida; en los que descubrí a personas maravillosas y la vida me confirmó el verdadero valor de la amistad.
Probablemente comparta salón con algunos el siguiente año, y a otros solo los vea en los pasillos, y está bien; personas van y vienen, pero tengan por seguro, que me llevo un aprendizaje de cada uno de ustedes.
Si tengo la dicha de formar una familia en un futuro, las anécdotas que tendré por contar a mis hijos serán infinitas. Cómo olvidar a aquellos que serán diplomáticos, esposas de narcotraficantes, los que un caballo pateó a su perro, los que se van de fiesta un jueves cuando tienen examen al siguiente día, y los que no tienen idea de lo que pasará de ahora en adelante.
Estamos en el segundo escalón, a punto de subir al tercero y luego de eso; salimos al mundo real. En el que pondremos en práctica todo lo que aprendimos académica y personalmente. Porque en esta familia, nos enojamos cuando algo no salía bien, nos deseperamos cuando llegaba un punto en el que por más esfuerzo, la carga de trabajo no disminuía, donde los comentarios de algunos nos molestaron, pero no olviden que nos dimos la mano y salimos adelante, donde motivamos cuando algunos estaban a punto de rendirse, en la que callamos a muchos profesores y lo más importante, en donde encontramos el balance entre el respeto y la locura.
No sé que pasará mañana, pero me voy contenta con lo de hoy.
Gracias por apoyarme en una de las cosas que más me gustan; por dejar pasar todas las oportunidades y mostrar lo que en realidad morimos por expresar. Fracasando en la verdad en esta asignatura extinta y optativa llamada honestidad; una que 4B exenta sin problema, donde no tenemos miedo de decir lo que pensamos.
Querida memoria, deja atrás las lágrimas y peleas causadas en esta casa temporal, y quédate con los chistes malos, los hot-dogs y los vasitos con helado.
Memoria mía, nuestra, te suplico que no olvides lo que 4B significó para todos, en donde le quitamos valor a lo material y cotidiano, y le dimos vida a lo instantáneo e inesperado.
Les desea lo mejor una periodista, doctora y escritora que no tiene idea de que pasará, pero que cierra con el corazón conmovido y lleno de lecciones.
Con cariño,
Jenn.