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—No se que era lo que pasaba, pero había algo en ella que me llamaba, como una necesidad de estar a su lado.
Pasaron los días, no tardé en tomar una decisión, yo quería conocer a esa mujer, pero saber que estaba casada, eso, chocaba contra mi moral. Sin embargo, hice algo que no debía hacer. Boté a la basura cualquier otra propuesta que haya tenido y convencí a Prudence de tomar la de Cartiers & Couls, solo para poder estar un poco mas cerca de ella. Sólo para tener un pretexto lógico para tener que verla durante algún tiempo.
Empezamos a salir frecuentemente y claro por temas netamente de negocios. Como lo supuse, la propuesta de negocio se había convertido en una excusa para vernos, sin embargo aunque empezaba a acostumbrarme a su presencia aún me sentía intimidado.
Nos encontrábamos trabajando en una de las salas de juntas de Rusell cuando noté que Prudence se asomó por la puerta. Sentí su mirada así que de inmediato volteé a verla.
Elizabeth se percató de su presencia y se levantó.
— Buenos días, es un gusto conocerla, mi nombre es Elizabeth — Le dijo mientras extendía su mano.
Prudence la miró de arriba a abajo y luego me miró a mi.
— El gusto es mío — Le dijo en tono seco, mientras le estrechaba la mano. nunca la había visto actuar de esa forma. Entonces se giró hacia mi.
— Jacob necesito hablar contigo ahora. — Me dijo con un tono rudo. Definitivamente, nadie entiende a las mujeres.
— Discúlpame un momento Elizabeth — Le dije suavemente.
Me fui detrás de ella hasta su oficina.
Ella estaba por encima de mi, pero por debajo de mi padre. Aún así tenía que seguir sus ordenes.
Se sentó y cruzó las piernas bastante provocativa. Era una mujer hermosa. Cabello negro azabache, liso, ojos verdes esmeralda.
— Así que, ¿Fue por eso que me hiciste elegir a Cartiers & Coul? — Dijo seriamente sin quitar la mirada de mis ojos.
—No entiendo de que hablas. — Le contesté. Claramente si lo sabía.
—Mira Jake... no te confundas.. esto es una empresa no un lugar donde puedas meter a tus conquistas.
Que reverenda joda la de todo el mundo. Que si tengo novia, que si no tengo, que si trabajo, que si no.
—Prudence. Tu podrás ser la administradora de Rusell y todo lo que quieras, pero te doy noticias., aunque en un cargo estés por encima de mi nada de esto es tuyo.... — Le dije muy molesto. Creo que en estos momentos de mi vida ya estaba llegando a mis límites. Usualmente suelo ser el títere que todos pueden manejar a su antojo.
Ella abrió los ojos como platos. Se levanto de la silla y se me acercó.
— Espera, no es para que te pongas así, yo solo... quiero supervisar que lo que ...—
— Mira... Elizabeth no tiene absolutamente nada que ver con que yo quisiera trabajar con su empresa, y si no lo crees entonces mira por ti misma las otras opciones y después hablamos. — Le dije interrumpiéndola.
—Esta bien, era lo único que quería saber Jake...— Me contestó ya en un tono suave.
Eso me desconcertó.
— Jake, en serio, esta bien. Yo confío en ti y muy seguramente tu propuesta es muy buena — Me dijo acercándose a mi y acariciándome la cara. — Mas bien ve haz de eso algo fenomenal — dijo sonriéndome. — Ah y por cierto, lo quiero para dentro de 3 semanas, supongo que el tiempo no es problema ¿Verdad?— Terminó de decir. Entonces se acomodó en su silla, abrió el portátil y empezó a ignorarme.
Malditas mujeres locas. Me fui de la oficina. — La verdad lo que le dije si fue muy ofensivo. Más teniendo en cuenta que en lo absoluto me interesa hacerme cargo de esta compañía. Pero que mas da, es lo que mis padres quieren y yo no es que tenga mucha elección. Pero ahora, la otra quiere el proyecto para ya. Que fastidiosa.— Pensé molesto mientras volvía a la sala de juntas donde había dejado a Elizabeth.
Cuando entré noté que estaba hablando con Nick, viejo amigo mío. Entonces me lo imagine, de seguro ya estaba hasta bajándole la luna y las estrellas como solía hacer con cualquier mujer atractiva que se le cruzara.
Se percató de que los estaba observando y rápidamente vino hacia mi.
— Hey Brother, porque no me había contado de esa hermosura... — Me susurró mientras me daba un golpecito en el brazo.
Usualmente me daban igual sus comentarios, era un mujeriego y el que me enseñó a mi, pero esta vez su comentario no me hizo nada de gracia.
—Ya ándate, tengo que trabajar — Le dije secamente. El me miró absurdamente sorprendido. No le puse atención y seguí hasta donde estaba Elizabeth.
Ella estaba demasiado concentrada revisando los documentos que le entregué en la mañana. Ni siquiera se percató de la micro escena en la puerta. Me acerqué lentamente y me senté.
— Elizabeth... Prudence quiere el proyecto para dentro de tres semanas.
Tan pronto lo dije Elizabeth paró de ver el portátil y seriamente me dijo:
— El tiempo que establecimos es el necesario para poder cumplir con el producto final.
— Lo sé Elizabeth, yo también estaba ahí cuando establecimos los tiempos, pero ellos lo quieren en ese plazo.
Hizo una mueca de desagrado. Entonces suspiró y se llevó un bolígrafo a los labios.
— Esta bien, supongo que no tenemos mas opciones ¿verdad ?— Confirmó.
Asentí sin decir una palabra.
— Bueno, menos mal es agradable estar contigo, porque vamos a tener que pasar mas tiempo juntos si queremos llegar a la fecha de entrega — Dijo riendo.
En realidad yo me sentía complacido con su conclusión y me alegró saber que le parecía agradable el estar conmigo... Ya que sus expresiones no decían mucho.
Empezamos a trabajar en el plan de acción para poder cumplir con los nuevos tiempos, estuvimos en eso hasta que dieron las 3 de la tarde, estaba exhausto.
—Bueno y cuéntame sobre ti, creo que nunca te he oído hablar algo relacionado a tu vida personal, sólo ¿negocios? — Dije tratando de desviar la atención hacia otro tema que no fuera el proyecto.
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Editado: 16.02.2024