Soñando con los ojos abiertos

Capítulo 14

"Todo saldrá bien", me repetía mentalmente. "Solo sigue el plan". Caminaba nerviosa por el salón, escuchando el eco de mis tacones en el suelo.

El personal de los Morris iba de un lado a otro, preparando todo para la conferencia de prensa. De vez en cuando, veía a Cristine, la tía de Gabriel, sonreír con satisfacción cuando repartía ordenes. Me daba escalofríos.

Mas aun con el atuendo que llevaba puesto. Cada que la veia solo podía distinguir una especie de sombra oscura merodeando por el lugar.

Sin embargo, su atuendo era perfecto para la ocasión, Cristine estaba enfundada en un traje sastre de color azul marino con un blazer entallado y unos pantalones rectos. El traje se combinaba con una camisa blanca de cuello alto y unos zapatos de tacón bajo de color negro. En su muñeca izquierda tenia puesto un reloj de pulsera plateado que hacia juego con unos pendientes discretos.

Tenia que ignorarla. No quería dejarme intimidar. Cristine no lo haría. La prensa tampoco.

Había pasado casi una semana desde la cena con mis padres, donde Gabriel anunció que estábamos comprometidos. Ninguno de los dos supo qué decir después de que mi padre le hiciera aquella petición. La situación entre nosotros se volvió incómoda, y yo podía notar un destello de culpa en sus ojos cada vez que nos cruzábamos.

Ese mismo día, tuvimos que ponernos de acuerdo en algunas cosas. No había un contrato escrito, solo un pacto verbal. Él y yo coincidimos en que debíamos establecer algunas reglas para que nuestro falso compromiso no se descubriera. Tomamos una hoja de papel en blanco y escribimos con letra clara:

>>Reglas del acuerdo de compromiso>>

Después de discutir durante media hora, sobre todo por el tiempo que duraría este noviazgo falso, acordamos las siguientes reglas:

>>Este contrato tiene la finalidad de que el falso compromiso entre Gabriel Morris y Diana Pollet se lleve a cabo sin complicaciones.

>>Dicho acuerdo tendrá una duración de tres meses. Una vez se haya cumplido el tiempo establecido los involucrados podrán volver a sus vidas cotidianas.>>

>>Los involucrados tienen que mostrar afecto cuando estén en publico (Eso incluye abrazos, acariciar el cabello, tomarse de las manos, etc).>>

>>Los involucrados deberán tener citas dos veces a la semana en lugares concurridos para que el noviazgo sea convincente.>>

>>Ambas partes no podrán tener una relación con un tercero ajeno al acuerdo por el periodo de duración del contrato, esto podría poner en riesgo el propósito principal del noviazgo arreglado.>>

>>Los involucrados deberán presentarse ante sus familiares, amigos y colegas como pareja hasta que el contrato haya expirado.>>

>>Los involucrados tendrán que asistir a eventos o actividades importantes de la otra parte para hacer creíble la relación.>

>>Los involucrados NO podrán revelar la veracidad de la relación a nadie durante ni después de expirar el contrato.>>

Revisé un par de veces las reglas que habíamos establecido, eran demasiado formales para estar escritas a mano en una hoja. Me detuve en la regla número seis, eso significaba que nunca podría decirle la verdad a mis padres. Tal vez algún día, cuando estuviera casada y con hijos, pensé. Hasta entonces seria mi gran secreto.

Por lo demás no tenía ninguna objeción al respecto.

Entonces pregunté:

—¿Qué sucede si se incumplen? —dije agitando la hoja frente a él.

Frunció el ceño.

—¿Planeas tener una relación con alguien mientras fingimos nuestro compromiso? —preguntó con curiosidad

—¿Qué? Oh, no... —no supe qué responder.

Al parecer eso le causó gracia y una sonrisa se extendió en su rostro. —Lo decía porque pueden surgir situaciones en las que no podamos asistir a las citas o a los eventos del otro —él asintió aún con su sonrisa puesta — Ya sabes, tú trabajas. Yo trabajo. Podria ser un problema.

—Es verdad —concluyó —¿Qué sugieres? ¿Tal vez una multa o una compensación por incumplir el contrato?

Lo fulminé con la mirada, ¿Acaso creía que yo había aceptado fingir una relación por dinero? Justo cuando iba a responder notó mi expresión y se aclaró:

—Perdona. No quise ofenderte, por lo general ante incumplimientos de contrato se establecen multas o compensaciones.

¿Cómo se me había olvidado? Yo trabajaba como jefa en el área de Recursos Humanos y sabía muy bien sobre esa regla.

—De acuerdo. No puede ser esa. — No iba a gastar mi dinero solo por eso, apenas y me alcanzaba para los gastos diarios y los pagos de servicios de agua, luz y gas.




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