Soy Damián

Capítulo 9

El regaño de mis padres no fue nada en comparación con el del entrenador. Estuve más de una hora encerrado en el vestuario escuchando un sermón que me produjo dolor de cabeza. Me llamó irresponsable, buscapleitos, indisciplinado, entre otras cosas. James se culpó por la pelea, y tuve que rogarle al entrenador para que no lo suspendieran. Eran apenas las nueve de la mañana y ya estaba agotado. El rumor de una pelea se regó por toda la escuela y todos estaban comentando sobre nosotros.

En cuanto fui al salón para mi clase de física, Ben me retuvo en el pasillo.

—¿Te suspendieron? ¿Vas a jugar la final con nosotros? — Preguntó enojado——¿Y James?

—No me suspendieron y a James tampoco. Ahorita está con Cintia en la cafetería. Se hace el enfermo para que ella tenga compasión y lo cuide—

Resopló.

—Debiste llamarme. Si yo hubiese estado con ustedes ese imbécil no sale vivo. Tenemos que darle una paliza para que aprenda a no meterse con nosotros—

—No vamos a golpear a nadie— Espeté, retomando el paso— Ya olvídalo. Dentro de dos semanas es la final y necesitamos enfocarnos en eso—

—No me digas lo que tengo que hacer. Si me encuentro a Baxter y me busca pelea lo cojo a golpes—

Me detuve en seco, y lo enfrenté.

—Benjamín, como capitán del equipo te prohíbo que te metas en problemas antes del partido. Si me entero que andas por ahí buscando a Baxter, te prometo que voy con el entrenador y le cuento todo. No juegas con nosotros ese día, y después dejamos de ser amigos—

—¡Jódete! — Gritó ofuscado—¡No tienes la banda de capitán ahora, Damián! Solo estoy haciendo lo que dictan las reglas de comportamiento en esta escuela. Ojo por ojo—

Exhalé.

—Ben. No vale la pena. La pelea ni siquiera fue conmigo, sino con James. Y él está muy tranquilo aprovechando la situación. Si llegamos a tener otro enfrentamiento con Baxter te prometo que no lo dejamos pasar, pero por el momento deja las cosas como están, por favor. Estás dos semanas tenemos que enfocarnos en el partido. Nada más. El entrenador me pidió mantener el equipo unido. Si no puedo controlar a uno de mis amigos ¿cómo crees que puede confiar en mí para devolver mi banda como capitán? —

Guardó silencio por varios segundos, y luego asintió reticente.

—Está bien, tienes razón. Nada de peleas por el momento—

—Gracias. Ahora entremos a clase antes que el maestro nos reporte por llegar tarde—

Pasé a su lado ignorando su mala cara, y me dispuse a soportar una hora de las miradas de mis compañeros.

A eso de la una de la tarde, fui a la cafetería por algo de beber, pero me detuve en la puerta al ver a Estefany rodeada de su grupo de amigas. Como no quería ser el centro de atención mientras mi mejilla estuviese llena de moretones, decidí ir a las canchas a despejar mi mente. No asistí al entrenamiento esta mañana temprano por la suspensión del entrenador y quería jugar un poco. Me puse mi uniforme, y tomé mi balón favorito. Había dos chicos más peloteando un poco, así que me ubiqué del otro lado, y comencé a practicar algunos tiros de media cancha.

—Hey, Damián. ¿Jugamos un rato? — Preguntó amablemente uno de los chicos. Sus amigos se quedaron mirando con el ceño mi cara amoratada, pero deseché la idea de dar explicaciones y asentí.

—Si, claro. Dos contra dos. El primero en hacer veinte puntos gana—

Sus amigos rieron emocionados, haciéndome reír también. Puse mi atención completamente en el partido que cuando terminamos todo el mundo ya se había ido.

Camino a casa, James y Ben parlotean sin cesar sobre una reunión en casa de Brian más tarde. Me concentré en mi teléfono mientras localizaba la cuenta de Instagram de Samanta. Últimamente no publica nada. Algunas fotografías sin sentido, y un post extraño de su amiga Abril comprando chucherías. Creí que, al estar de vuelta en su ciudad natal, ella se mostraría mas activa. Puede ser que no le interese mostrar esta parte de su vida, lo que me lleva a pensar que tampoco yo le intereso. Nos volvimos a ver después de cinco años, y es como si nada hubiese pasado. Hemos conversado varias veces, y en ninguna de las conversaciones parece emocionada por ello.

Contuve un suspiro. Hoy me siento particularmente desganado.

—Damián. ¿Qué opinas? —

—Creo que sí— Respondí sin pensar—

—Ni siquiera estás echándonos. ¡Amigo, espabílate! — Exclamó James— Te estamos preguntado sobre la fiesta de cumpleaños de Brian. Es nuestro amigo, se merece una buena celebración—

—Ah, sí, claro. Lo que ustedes digan—

—Bueno y ¿qué opinas? ¿Te gusta la idea? —

—James, no pierdas el tiempo— Espetó Ben — No le interesa—

—De todas maneras, no soy muy bueno organizando fiestas. Tú eres el experto, James—

—Obvio, pero quiero saber que opinas sobre invitar a tu amor platónico. Ben no quiere invitarla, y yo francamente tampoco, pero queremos echarte una mano con ella, así puedes conquistarla más rápido—

Sonreí desanimado.

—Eso sería genial, pero ya saben lo complicado que es sacar a Samanta de su casa. Además, ella no conoce a Brian—




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.