Soy Damián

Capítulo 11

Crucé la puerta del vestuario sintiendo un sudor frio recorrer mi espalda. Ella aún estaba allí de pie con expresión ilegible, el espejo perfecto para la indiferencia que acababa de fingir. Ni siquiera le devolví el saludo y me siento como un idiota.

—Misión cumplida, amigo— Susurró James con una sonrisa astuta— ¿Viste la cara que puso cuando pasaste a su lado? —

—Creo que fue muy exagerado. No me gustó como me miró después de eso—

—No es mentira que estás lesionado así que relájate—

—Pero hacer como si ella no estuviese ahí creo que sí fue un golpe bajo—Comenté con el ceño fruncido—

—Amigo, no te detuviste hablar con ella. Eso es todo. Soy un experto en manejar este tipo de situaciones. La excusa perfecta fue el golpe que tienes en las costillas. Agregué algo de dramatismo, pero ella no se dio cuenta que le estabas mintiendo—

—No lo sé. No me siento bien engañándola— Sopesé, inquieto—

James, resopló con mala cara, y espetó.

—Cállate, Damián. Das flojera, en serio

La voz atronadora del entrenador resonó en el vestuario en cuanto nos vio llegar. Nos detuvimos en seco al observar su expresión de enojo, y me preparé mentalmente para lo que venía a continuación. La realidad de lo que pasó me golpeó con fuerza. El sentimiento de culpa arrastró cualquier pensamiento sobre Samanta, mientras mis compañeros estaban sentados en el suelo, cabizbajos.

—¡Llegan diez minutos tarde! ¡¿Qué demonios se quedaron haciendo?! ¿Acaso estaban felicitando a los de Hamilton por la victoria? —

James y yo intercambiamos una mirada, completamente confundidos.

—Disculpe, entrenador. Damián está golpeado y tuve que ayudarlo. ¿A que victoria de refiere? — Preguntó James—

El entrenador entrecerró los ojos, y me miró fijamente.

—Así que el capitán del equipo está golpeado. ¿Quieres que llame a una ambulancia, Damián? Quizás tus compañeros puedan cargarte. ¿Es lo que necesitas? ¡tal vez así llegues a tiempo cada vez que se termina un partido! — Añadió en un grito—

—No, señor— Respondí con firmeza— No va volver a pasar—

—Escucho esa jodida frase con mucha frecuencia, Damián. La escucho con mucha frecuencia y me estoy cansando— Espetó con una mirada que no admitía replica—Siéntate de una maldita vez, y escucha las consecuencias de lo que pasó—

James y yo asentimos en silencio y nos dirigimos al lado de Ben y Brian. En cuanto me senté sobre el banco, mis costillas protestaron, pero me contuve. Las cosas podrían no salir tan bien para mí después de hoy. Todo por lo que había luchado, estaba a punto de derrumbarse frente a mis narices.

Maldije internamente sintiéndome miserable. Últimamente no dejo de cometer errores.

—Hey, no te preocupes— Susurró Ben dándome un codazo disimuladamente— Seguramente repiten el partido—

Asentí con la mirada perdida, y continuamos escuchando los regaños del entrenador. Veinte minutos después, salimos del gimnasio con el ánimo por el suelo. Ya todo el mundo se había ido, por lo que el silencio alrededor nos atrapó. Ninguno de nosotros estaba de humor, así que cada uno cogió por su lado mientras Brian hacia el intento de invitarlos a su casa para una pequeña reunión de cumpleaños.

—Estos idiotas— Resopló de mala gana— no puedo creer que mi propio equipo quiera arruinarme la noche

—Entiende, amigo. Acabamos de perder el partido de la final del torneo— Dije —No sabemos si nos den la oportunidad de jugar nuevamente. No hay ánimos para festejar—

—¡Solo quiero pasarla bien! — Exclamó mirándome con indignación— ¡Es mi cumpleaños, joder! Teníamos planeado hacer algo hoy. No importa si ganábamos o no—

—No debiste pegarle al idiota ese. Si te hubieses controlado, esto no habría pasado—Gruñó, Ben—

—¡El maldito me pegó primero! — Gritó Brian con rabia—Además, te vi muy entusiasmado pegando también, así que no me culpes—

—¡Por tu culpa! — Replicó Ben—te dejaste atrapar en ese pase, Brian. ¡Solo tenías que pasarme el balón, joder! —

Exhalé intentando contenerme. El dolor en mis costillas ser hizo más intenso, y estuve a punto de golpear sus caras feas.

—¡Oigan! No vamos a pelear entre nosotros— Dije enojado—Todos cometimos un error. Se los advertí y ninguno me hizo caso. Estamos en esto por culpa de nosotros mismos, y nadie más. Escucharon al entrenador. Solo nos queda una oportunidad para reivindicarnos. Si volvemos hacer el ridículo por una estúpida pelea en la cancha olvídense que la escuela nos seguirá apoyando. Perderemos los incentivos que tenemos por ser campeones. Y no olviden que muchos aquí estamos intentando ganar una beca universitaria. Por favor dejen la maldita pelea entre ustedes y piensen el próximo partido—

—Damián tiene razón. Ya metimos la pata. No pensemos en eso ahora— Dijo James mirándonos— Brian, te hicimos una promesa. Hoy vamos a celebrar tu cumpleaños, pero no esperes que el ambiente sea de fiesta. Sinceramente no tengo ganas de nada. Damián esta lesionado, y los demás ya se fueron. Podemos comer y tomar algo ligero, pero nada más. Lo siento, amigo—

Brian, resopló enojado, murmuró.




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