Soy Julia

Capítulo #3 Conexiones Extrañas

Para Eduardo ir al Antiguo Sandyson era recordar la mejor época de su infancia las constantes idas a la playa, muchas fiestas, piñatas niños, alegría y diversión junto a sus padres y la servidumbre. Él amaba jugar con Pier que era un muy buen corredor de niños. Durante el tiempo que se hundia en sus pensamientos le cayó un pelotazo en la cara. Era Alfonsina[CILM1] hija de Leonella, ninguno se daba crédito a lo que veía. A lo que Olivia se acercó y le dijo:

 —Somos la única familia que tiene — agrego un poco triste Olivia— doña Nella se había hecho amiga de mi mamá durante sus últimos años. El día que por fin Franz decidió irse con Charlotte mamá estaba muy grave porque todos esos sucesos hacían mal a su corazón. Nella permaneció a su lado día y noche durante 6 meses. Hasta que mamá murió. Al no tener dinero ni casa para pagarle porque eran 3 Nella, Fonshita (como le decían de cariño a Alfonsina[CILM2] ) y Gianna tuve yo misma que pedirles que buscaran otro lugar a donde vivir. Después de la muerte de mi madre nunca había llorado tanto. Pero tú conoces [CILM3] bien nuestra historia. Finalmente hace 5 años en una de las obras benéficas de Fernando encontramos a Gianna que se había convertido en maestra en un pequeño pueblo y que Fonshita hacia el aseo por darle una pequeña habitación, cama y comida.

—Pero no me has dicho más nada de Nella.

—Mamá Nella murió poco después de llegar a su pueblo. Cuando le entregamos el dinero para que se fuera nos suplicó que le buscáramos otro trabajo ya que no la contratarían por no ser tan joven. Cuando en realidad ella salió huyendo por su marido. El fumaba mucho, pero no enfermaba, sino que mi Nella en menos de un año sus vicios y constantes peleas la llevaron a la tumba.

— ¿Y cómo regresaste a Fonshita aquí?

— Señor Eduardo bendita sea esta hora que me permita ver a verlo ¿la bola le hizo mucho daño?

— No, pero niña cuéntame cómo llegaste hasta aquí.

— Mi papá vende a cualquiera de sus hijas por tabaco y licor. Cuando regresamos al pueblo Gianna regreso a la escuela y le dijo al director que redujeran su paga al mínimo con tal que le dieran una de las habitaciones con comida que le dan a los chicos con dificultades. El acepto asi que con 18 años fuera la ayudante de la maestra de los niños más pequeños. Cobraba muy poco pero en secreto lo enviaba para mi alimento y que terminara mis estudios. Ya al llegar a ser adultas el dueño de los cañaverales de la región estaba muy interesado en hacerme la esposa de su hijo, Otto. Él tenía fama de borracho impenitente. Papá pidió mucho dinero para sellar el matrimonio, y aunque no lo niego Otto era guapo y muy rico no quería esa vida llena de problemas. Asi que un día Guianna aplico por correo para una escuela Roma y por sus 2 años de experiencia la aceptaron. Esta vez había paga sin descontar el alojamiento. Asi que ni corta ni perezosa un día que la fui a visitar poco antes de que se efectuara el pago por mí decidí hacer una limpieza del salón de artes y ahora se veía… entendible al director le gustó mi trabajo y me contrato para el aseo.

— Y muy bueno que era tu aseo niña—dijo orgullosa Olivia— ese salón estaba libre de oleos viejos.

— Si, y aunque era duro el trabajo y no mucha la paga era mejor que estar con papa y Otto. Unos meses después Fernando vino a entregar la caridad anual que tu padre hacia a la escuela y por casualidad Olivia fue a ver los salones de arte y me reconoció. Me pidió regresar con ella y lo hice. Gianna aún sigue en Roma y es feliz dando clases. Sus niños la aman y ella ama a sus niños, en vacaciones viaja a diferentes lugares del mundo, pero siempre una semana antes de iniciar clases me visita junto con Nicoletta una niña no tiene familia y está en proceso de adoptarla.

— ¡Dios ha sido bueno con su familia!, dijo Eduardo luego de haber escuchado que por lo menos las hijas de su querida Nella habían tenido buena vida.

— Si, él ha sido bueno, y aunque todavía no me acostumbro a esta nueva y hermosa casa, solo tengo un año trabajando, me siento feliz de por fin estar con mi familia de nuevo. —mirando al carro— ¿Charlotte insiste en no bajar?

— Tú sabes que es más terca que un camello, si no baja antes que todos entren a la mesa yo mismo la traigo de las greñas. Los casi 6 años en Luxemburgo la pusieron peor de lo que ya era. No sé por qué papá no la envió al mismo lugar que su hija y se hiciera responsable de algo por primera vez en su vida. Oh va a anochecer es hora de entrar la iré a buscar.

Al caer los rayos del sol mientras Eduardo y Charlotte peleaban para que ella entrara haciendo sentir avergonzada a Olivia y Alfonsina. Julia estaba apenas levantándose del desmayo y se encontró a una joven de 16 años muy similar a ella, esta era Carla.




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