Su juguete secreto

Capítulo 5. Juego peligroso

Alice llevaba días intentando convencerse a sí misma de que Max Romano no era más que su jefe. Un hombre con el que no se puede jugar, con el que no se puede intentar desentrañar. Pero cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que ya estaba atraída por su mundo.

Aquella noche, cuando la jornada laboral había llegado a su fin, Alicia permaneció en la oficina más tiempo de lo habitual. Le parecía que así podría distraerse, esconderse de sus pensamientos y de sí mismo.

Pero la realidad resultó ser mucho más cruel.

Cuando salió, el aire fresco de la noche quemó sus mejillas calientes. La ciudad vivía su propia vida: los coches pasaban a toda prisa, las risas se escuchaban en alguna parte, los carteles brillaban. Alicia caminó rápidamente hacia el estacionamiento, donde dejó el auto.

Y entonces lo sintió.

La atención cercana de alguien.

Bajó el ritmo, su corazón latía más rápido. Tratando de no mostrarlo, miró por encima del hombro.

Un hombre caminaba detrás de ella. Alto, con una capa oscura. Caminaba despacio pero seguro, como si supiera que ella se había fijado en él.

Alicia agarró las llaves del coche con las manos y aceleró el paso. Pensamientos ansiosos pasaron por su mente: ¿y si solo lo imaginaba? ¿Y si se trata de un transeúnte al azar?

Pero entonces se oyó una voz.

"No deberías haberte metido con él.

Alicia se quedó paralizada.

Su voz era baja, ligeramente ronca, y había una amenaza en ella.

Ella se volvió.

El desconocido se detuvo a pocos metros de ella. A la tenue luz de la linterna, su rostro permanecía en la sombra, pero Alicia podía ver la sonrisa depredadora en sus labios.

—¿Quién eres tú? —preguntó ella, tratando de sonar firme.

"Solo alguien que sabe la verdad", respondió el hombre con calma. "Pero ni siquiera pareces saber en lo que te estás metiendo.

Alicia apretó las llaves con las manos.

"No sé de qué estás hablando.

El desconocido sonrió.

—¿Lo es? ¿De verdad crees que Max Romano es solo un hombre de negocios? Sacudió la cabeza. —No es lo que parece, Alicia. Y si no quieres estar en medio de un juego muy peligroso, es mejor que te mantengas alejado.

Todo se volvió frío por dentro.

Sabía que Max era peligroso. Lo sentía con cada célula de mi cuerpo. ¿Pero ser tanto?

—¿A qué te refieres? —preguntó, a pesar de su miedo.

El hombre se acercó.

"Estás haciendo demasiadas preguntas. Y a veces las preguntas pueden costar vidas.

Alicia dio un paso atrás, sintiendo un miedo frío en la garganta.

"Si Max realmente es tan peligroso, ¿por qué me dices eso?"

El desconocido inclinó la cabeza, estudiándola.

"Porque me pregunto hasta dónde estás dispuesto a llegar". Su voz se volvió más suave, casi un susurro. "Pero debes saber esto: si te quedas a su lado, un día no tendrás tiempo de arrepentirte".

Alicia abrió la boca, pero él ya se había dado la vuelta y había desaparecido en la oscuridad.

Permaneció inmóvil, sintiendo sus latidos por lo que había experimentado.

¿Quién es esta persona? ¿Cómo conoce a Max? ¿Y cuál es este peligro del que habla?

Su respiración era entrecortada y su corazón latía con fuerza en su pecho.

Alicia no sabía las respuestas.

Pero ella sabía una cosa: ahora este juego apenas comenzaba.



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En el texto hay: intriga, mafia, amar

Editado: 03.03.2025

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