Recuerdos titilando
El rostro masculino se acercaba al suyo, posaba sus tibios labios sobre los de ella y juguetonamente se los entreabría. Ella no veía su rostro, pero sentía muy cercana su respiración, mantenía sus ojos cerrados, luego despertó.
Ahora veía la habitación donde se encontraba y no podía entender de qué se trataba.
- ¿Qué pasó? ¿Por qué me encuentro en este sitio?
El techo estaba muy elevado y en la cima de la pared, casi pegado al techo, había una rendija a modo de ventana rectangular, un boquete muy pequeño y demasiado alto para mirar al exterior. Las paredes blancas.
-Y por qué tengo tanto sueño todo el tiempo, no siento fuerzas en mi cuerpo para incorporarme de esta cama.
No era propiamente una cama.
-Siento un torbellino de recuerdos en la cabeza, es como un bombardeo de ideas cruzando en mi memoria.
- ¿Dónde estoy?
- ¿Cómo vine a parar aquí?
Nuevamente la venció el sueño.
Al despertar sintió sus manos inmovilizadas, estaban atadas en las muñecas. De pronto entró una persona por una puerta que ella ni siquiera se había percatado que existiera.
Balbuceando preguntó:
- ¿Quién es?
- ¿Dónde estoy?
Sentía la lengua muy pesada para hablar.
La respuesta fue un silencio absoluto.