sublime frenesi

Gerónimo entra en acción

Gerónimo entra en acción.

Gerónimo supo lo ocurrido al Comandante Aquiles; sentía pena por ese hombre que había vivido siempre a la sombra, sin poder salir a la luz pública, siempre solicitado por las autoridades. Ahora estaba al descubierto, en un hospital, tirado gravemente herido en una cama y fuertemente custodiado.

Por suerte para el hijo, Gerónimo siempre fue leal a Aquiles, ya que habían sido compañeros de juegos en la niñez cuando sus condiciones económicas eran muy precarias; sin embargo cada uno eligió caminos distintos para salir adelante en la vida; fue así como mientras Aquiles escogió la vida en la guerrilla, con la producción y tráfico de sustancias ilícitas había amasado una fortuna descomunal, Gerónimo decidió esforzarse por lograr una profesión como abogado y especialista en finanzas. De ese modo, Aquiles que conocía bien de la honradez de Gerónimo le solicitó sus servicios para administrar sus bienes materiales y la protección de su hijo Reynaldo.

Por otro lado, Gerónimo había logrado indagar sobre Sarracenia y sabía de su paradero; sólo que el Comandante siempre le pidió que mientras él permaneciera con vida no quería que la madre y el hijo se conocieran, y ésto, aunque a Gerónimo le pareciera algo inhumano, siempre le respetó ese mandato a Aquiles.

Llegó el día en que acabó la agonía de Aquiles; expiró y pasó a mejor vida.

Al enterarse, Gerónimo inmediatamente se movilizó a entrevistarse con los relacionados; llegó a la pensión de la viuda del alemán, solicitó un café en el comedorcito del local y se sentó pacientemente a esperar frente al televisor hasta que apareció Reynaldo; cuando éste lo vio, se sorprendió de que lo hubiera ubicado.

-Siéntate!

Éste estaba con Patricia y ella sintió temor al ver al desconocido, temiendo estar al descubierto.

En forma sutil, sin mencionar nombres, decidieron salir a otro lugar más discreto para conversar con mayor privacidad.

-Ahora que tu padre ha muerto, puedo hacerte entrega de los bienes que están a tu nombre e indicarte quien es tu madre. Siempre he sabido donde ella estaba pero obedecí a los deseos de tu papá de no ponerlos en contacto hasta que él ya no estuviera en este plano material. Él sabía que con la vida que llevaba, algún día terminaría del modo en que sucedió. Escogió ese camino y nadie es juez para juzgarlo y condenarlo. Las autoridades acabaron con él pero siempre quedarán muchos comandantes que se dediquen a lo mismo que hacía tu padre.




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