Después de un par de horas de que Leonora se marchaba. El coronel Duarte empezó a buscar entre los expedientes de los soldados, guardados en un archivero. Hojeo las carpetas para encontrar una con el nombre de “Gabriel Ríos”. Caminaba hacía su silla leyendo los documentos dentro de la carpeta. Leí muy centrado y de manera analítica cada uno de los detalles y la información de aquel soldado desaparecido. La primera hoja venía con una fotografía de Gabriel. A un lado se encontraban los datos de su nacimiento, residencia, cargo militar, edad, su número de identificación y el batallón al que pertenecía. El coronel Juan Duarte observo esto con detenimiento. Frunció el entrecejo y leyó el nombre del batallón al que había sido transferido el general Gabriel Ríos. Cuando dejo de leer y bajo el expediente sus ojos se mostraron sospechosos.