Sueño De Una Luna De Estambre

23

Un automóvil muy lujoso llegaba a estacionarse a afueras de la casa de Leonora y Alma. Del automóvil bajaban el señor Benjamin Turner, acompañado de su esposa Agatha Turner y de su hijo Maxwell Turner. El señor Benjamin Turner se acercaba a tocar el portón de la entrada. Agatha miraba el paisaje de las colinas acariciadas por aquellos destellos naranjas en el cielo, que se posaban sobre el cumulo de nubes, haciendo contraste con los rayos amarillos del sol. Esperaban mientras les abrían la puerta. El señor Benjamin Turner sacaba su reloj de bolsillo sintiéndose inquieto de que nadie abriera la puerta. El joven Maxwell Turner por su parte se encontraba con sus brazos cruzados, recargado sobre aquel lujoso automóvil último modelo. Se mostraba enfadado, a la espera de las ordenes de su padre. Agatha seguía conmovida mirando el paisaje. El señor Benjamin Turner preguntaba en ingles si aún vivía alguien en aquella casa deteriorada. Pues ya habían pasado algunos minutos sin que les abrieran. Agatha le menciono que tal vez no estaban en casa. El señor Benjamin Turner caminaba hasta pararse a un lado de su esposa para contemplar juntos aquel hermoso paisaje de verano.

--It’s biutiful isn’t? —decía Benjamin.

--Yeah…Wonderful, I’m think—contestaba Agatha mientras mantenía su vista al frente con sus brazos cruzados.

El viento soplo por un instante para sacudirles el cabello y la vestimenta. Maxwell seguía con su misma postura viéndolos desde lejos sin entender que era lo que les impresionaba, pues para el aquel hermoso paisaje era como cualquier otro.

--It’s a wonderful country but the people of this country just can’t get it—decía el señor Benjamin Turner.

En ese momento se abría el portón. El señor Benjamin Turner y Agatha se giraban al escuchar el portón abriéndose. Maxwell finalmente se despegaba del automóvil. Y él junto a sus padres se acercaban donde se encontraba Rita asomando la cabeza con la puerta entreabierta como solía hacerlo. Se desoriento al ver a aquellas personas llegando a la casa. El señor Benjamin se acercó para saludarla y preguntarle por la señora de la casa, pero lo hizo en ingles por accidente provocando que Rita se confundiera aún más. Rita trato de contestarle en el mismo idioma, pero su ingles era tan malo que se terminó trabando provocando la risa del señor Benjamin Turner quien dando un tosido (como si de esa manera cambiara el idioma) y hablándole en español (lento y torpe pero lo suficiente para darse a entender) le pidió una disculpa y volvía a preguntar por la señora.  Fue entonces que Rita al verlos como unas personas educadas y distinguidas los dejo pasar.

Finalmente, los Turner entraban a la casa siendo acompañados por Rita. Leonora bajaba por las escaleras cuando los vio acercándose.  Se acerco primero al señor Benjamin Turner quien la saludo cortésmente. Rita intento presentarlos sin saber que en realidad ya se conocían. Muy avergonzada se fue con dirección a la cocina para preparar las bebidas por orden de Leonora.

Todos entraban a la sala de estar, donde el señor Benjamin Turner hablaba sobre la política de los opositores del actual régimen. Tacho a los opositores de rebeldes, llamándolos alborotadores y dijo que lo único que buscaban era saquear las riquezas del país dañado a inversionistas y empresarios como él. Leonora solo asentía a todo lo que decía pues ella en realidad desconocía cualquier tema sobre política. Terminando de hablar de política, el señor Benjamin Turner finalmente exponía la verdadera razón de su visita, pero antes de hacerlo primero presento a su familia.  Agatha su esposa una mujer muy elegante que se ponía de pie para saludar de mano a Leonora quienes, en realidad, también ya se conocían. Finalmente, el señor Benjamin Turner presentaba a Maxwell Turner, su único hijo. Un joven educado, elegante y distinguido, alto de cabello rubio y ojos azules, un auténtico arquetipo del modelo inglés de quién Leonora no tenía el gusto. El señor Benjamin Turner hacía hincapié de que Maxwell no vivía en el país, sino que había llegado de Inglaterra apenas hace un par de días, pues se quedó en Inglaterra para recibir los mejores estudios posibles. Benjamin Turner reconocía que la educación en el país no era lo suficientemente buena. “Aquí solo se les enseña conocimiento, en cambio en Inglaterra se les enseña modales”, mencionaba con una actitud un tanto antisemita. Leonora hizo caso omiso del comentario y permaneció viendo encantada a aquel joven inglés. El señor Benjamin Turner continuaba hablando de su hijo, le contaba a Leonora que Maxwell recién se había graduado de la universidad de Oxford, regresaba al país para hacerse cargo del negocio familiar, el cual se había hecho cargo el papá del señor Benjamin Turner y el papá de su papá y así sucesivamente. El joven ya tenía los veintidós y ya era hora de que aprendiera a trabajar, se casara y se estableciera como padre de familia y hombre de negocios. Cuando el señor Benjamin Turner termino de presentar a su hijo, con lo único que contesto Leonora fue un “¡Oh!”, pues estaba absorta escuchando las cualidades de aquel joven guapo de buena posición social y económica. Después de presentar a Maxwell, el señor Benjamin Turner agrego que por la razón de la llegada de su hijo iba a realizar una fiesta de bienvenida la cual se celebraría la próxima semana para que su hijo se presentara en sociedad y a la cual, Leonora estaba invitada. Leonora acepto encantada la invitación, no lo decía, pero todo el tiempo, mientras el señor Benjamin Turner hablaba, pensaba en Alma, pues ya era toda una mujercita y era hora de que se desposara y con quien mejor que con aquel extranjero, hijo del hombre más rico de todo Santa Inés. Era una oportunidad que no desaprovecharía. Pues Leonora escucho muy atentamente que el joven estaba buscando una esposa. Prácticamente la oportunidad se le presentaba como en bandeja de plata y sabía que si no era ahora tal vez nunca se le volvería a presentar una oportunidad así.  Ella misma poniéndose de pie les ofreció subir a buscar a Alma para que bajara y se las pudiera presentar a lo que los señores aceptaron con entusiasmo. Menos Maxwell que seguía con su postura tímida y su expresión apática.



#5690 en Fantasía
#1194 en Magia

En el texto hay: drama, magia, romance amor

Editado: 31.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.