Sueño De Una Luna De Estambre

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La orquesta tocaba un vals romántico y en unos cuantos segundos el salón se convertía en una pista de baila. Estaba tan aglomerada que las parejas tenían que bailar entre apretujones. Para no empujar a otras personas solo daban vueltas en el mismo lugar. Alma bailaba con su prometido Maxwell, quién le preguntaba si estaba contenta. Le contesto que si pero que la sorprendió cuando anunció su compromiso frente a toda la concurrencia. Maxwell le contesto que lo hizo para que todos la conocieran. “Alma de Turner” decía, preguntándole a Alma si le gustaba como sonaba a lo que Alma riendo contestaba que sí.

A la orilla del salón, cerca de las mesas se encontraba Jaime, de pie, tomando una copa de vino y viendo al amor de su vida bailando con otro hombre. Bebía de un solo trago. El ansía lo estaba aturdiendo. Sentía que la copa de vino calmaría sus nervios, pero en lugar de eso bebía como desesperado, fue cuando el capitán Lorenzo García se acercó a hablar con él y le pregunto que le sucedía. “¡Que te importa!” le contestaba Jaime, haciéndolo enojar. El capitán Lorenzo García intento arrebatarle la copa de vino para hablarle al oído y convencerlo de que bailara con otra de las tantas mujeres que se encontraban en el baile; fue cuando Jaime levanto su mirada a donde le señalaba el capitán y en donde estaba sentada una joven, aristócrata, de bonita y elegante apariencia quien no dejaba de verlos y sonreírles. Esto en lugar de animar a Jaime lo hizo sentirse más desafortunado, él no quería a ninguna a otra mujer, solo quería a Alma, pero el capitán Lorenzo García lo animo, diciéndole que no rechazara a esa bella joven. Jaime se arregló el cuello de su camisola, parecía decidido a invitar a aquella joven aristócrata a bailar, pero en lugar de ello, fue por otra copa de vino. El capitán Lorenzo García lo siguió pensando que su amigo no tenía remedio.

Continuaba el baile, mientras la orquesta empezaba una nueva canción. Alma y Maxwell seguían bailando mostrándose muy contentos. Leonora los observaba bailando, sintiéndose enternecida al ver tan feliz a su hija. Estaba tan concentrada viendo a Alma que apenas y se percató de que el coronel Juan Duarte se acercaba a ella para invitarla a bailar. Leonora se negó en un principio, pero termino aceptado por mera educación ya que por más que le desagradara el coronel, rechazarlo sería una muestra de descortesía de su parte. Pasarón a la pista de baila, cerca de donde se encontraban bailando Alma y Maxwell. A Alma le sorprendió ver a su mamá bailando con el coronel Juan Duarte, pues le resultaba difícil ver a su mamá sin la actitud estricta que siempre portaba. Estaba concentrada en ella hasta que Jaime también se acercó a bailar con la joven aristócrata. Provocando que Alma desviara su mirada a ellos. Jaime por supuesto lo hacía para estar más cerca de ella, no le importaba en lo más mínimo la joven con la que estaba bailando, su verdadera intención era ver la reacción de Alma quién efectivamente lo miraba, pero sin saber si lo hacía por celos o por mera curiosidad. Jaime se dio cuenta y comenzó a ufanarse al saber que lo veía, pero fue solo por unos instantes, pues Alma retorno su mirada sobre Maxwell quien le hablaba al oído lo que Jaime vio y alimento aún más sus celos. El capitán Lorenzo García también invitaba a bailar a otra joven uniéndose a la algarabía en la pista de baile, donde casi todos los presentes se encontraban bailando aquel bello vals romántico. El señor Benjamin Turner y la señora Agatha también se unían al baile. Por su parte Leonora y el coronel Juan Duarte bailaban y hablaban sobre la bella pareja de novios. El coronel Juan Duarte le decía lo afortunados que eran Alma y Maxwell, pues por una parte Alma era una joven hermosa y educada y por otra Maxwell era un joven de prestigio y buena familia. Ambos hacían una pareja perfecta según el coronel Juan Duarte.

Entre vueltas y giros Alma cruzaba su mirada con Jaime por encima del hombro de Maxwell. Ambos aprovechaban para verse cada vez que quedaban de frente entre los brazos de sus respectivas parejas.

La última canción termino y la orquesta ya se preparaba para seguir tocando, cuando Maxwell se acercó a hablarle al oído a Alma para decirle que quería mostrarle un lugar muy especial. Ella y Maxwell salieron agarrados de la mano hacía la parte superior del salón. La orquesta continuaba con la música y Jaime obligado a continuar con el baile, tomo a la joven entre sus brazos, pero sin dejar de ver a Alma quien se iba de la mano con Maxwell, aumentando aún más su rabia.  

Maxwell llevaba a Alma cubriéndole los ojos con las manos a un pequeño balcón que daba directamente al jardín de la casa. Retiro sus manos de los ojos de Alma dejándola ver ese hermoso panorama de un inmenso jardín extendiéndose hacía un área boscosa, con las luces de Santa Inés en el fondo, las siluetas de las montañas y la luna en lo alto en una tranquila noche de primavera. Alma se maravilló al ver el paisaje. En su rostro se formaba una sonrisa y en sus ojos un brillo deslumbrante, mostrándose completamente anonadada, mientras se acercaba lentamente al balaustre para recargar sus manos y subir sus ojos a ver aquella hermosa luna que la cautivaba por completo. Maxwell solamente se quedaba de pie, detrás de ella. Alma se quedó pasmada viendo cada detalle que tenía en frente admirando el paisaje como si fuera una pintura.

--¿Te gusta? —preguntaba Maxwell llevando consigo un vaso con whisky y acercándose a las espaldas de Alma.

--¡Me encanta! —contestaba, Alma sin quitar su vista de la luna.

Al fin Maxwell se colocaba a un lado de ella.

--Sabía que te encantaría—dijo Maxwell mientras le tocaba el cabello a Alma.



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En el texto hay: drama, magia, romance amor

Editado: 31.08.2022

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