Sueño De Una Luna De Estambre

51

Las tres mujeres habían salido una tarde en carreta a visitar a unos amigos que vivían a afueras de Santa Inés, como el carruaje estaba desvencijado, al pasar sobre una piedra la rueda se zafo, dejando a las mujeres varadas en el camino. Al no poder avanzar y sin encontrar a nadie que las ayudara en el camino decidieron enviar a Alma a buscar a Jaime. La enviaron a ella, ya que ni Rita ni Leonora sabían montar a caballo. Cuando llego a la casa Jaime se encontraba limpiando su alcoba, le pidió que la acompañara a ayudar a su mamá y a Rita. Cuando salieron de la casa, intento ayudar a Alma a subir al caballo, pero ella se lo impidió, montando sola, sin necesitar de su ayuda.

            --¿Se te olvido que soy hija de un militar?

            Jaime sonrió, pues estaba encantado de ver que Alma sabía montar. Jaime monto su caballo y ambos cabalgaron hacía afueras de Santa Inés. Cuando llegaron a donde se encontraba Leonora, Rita y la carreta varada, bajo del caballo, levanto la carreta con algunas piedras colocadas debajo de la carreta, volviendo a colocar la rueda y martillándola la termino de reparar. Aunque había reparado la carreta lo cierto es que esta ya no podía andar por mucho tiempo así que se aseguró de que resistiría por lo menos el trayecto de regreso a casa. Cuando llegaron a la casa Leonora le dio las gracias a Jaime algo que nunca había hecho mostrando que a pesar del orgullo y de la faz estricta que siempre portaba también se ocultaba una mujer agradecida y amable.

            Buscando un pretexto, Alma entro a la alcoba de Jaime para darle las gracias, pero lo encontró sin camisa. Se tapó los ojos al instante, pero de nada funciono pues ya había visto el torso desnudo de Jaime quien sobresaltados pero desvergonzado se quedó sin camisa con el objeto de que lo viera sin pena.

            --¿Qué pasa? ¿Nunca has visto a un hombre sin camisa?

            --No. La verdad no

            Jaime se puso la camisa, permitiendo que Alma se quitara la mano de la frente y pudiera verlo sin sentir vergüenza.

            --¿A qué debo tu visita?

            --Solo venía a darte las gracias por ayudarnos hoy.

            --Yo haría lo que fuera por ti, Alma—decía Jaime provocando que Alma se ruborizara y bajara su mirada. Jaime la observaba mientras que ella movía sus ojos de un lado a otro, intentado no posar sus ojos sobre él.

            --¿En verdad solo viniste a eso?

            Jaime la llevo sentarla en la orilla de su cama a un lado de él.

            --¿Sabes? Creo que no habíamos tenido la oportunidad de hablar—le decía Jaime mientras la sujetaba de la mano.

            Al fin tuvieron un instante para hablar solos. Ambos tenían muchísimas cosas que decirse, pero como dos niños asustados, no supieron que decir. Ambos habían esperado tanto ese momento que no supieron que hacer.

            --¿Por qué no me dices cual fue la verdadera razón por la que volviste? — al fin le preguntaba Alma a Jaime.

            --¿Qué quieres decir?

            --Sé que pudiste ocultarte en cualquier otro lugar—decía Alma persuadiendo a Jaime—No pensaras que en verdad creo eso de que no tenías a donde ir.

            --No. Tienes razón. No volví por eso…Volví por ti, Alma.

            Alma bajaba su cabeza. Ambos se quedaban callados sintiendo sus manos húmedas y sudorosas.

            --¿Y porque si dices amarme tanto nunca me escribiste una sola carta? —le reprochaba, Alma.

            --Porque pensé que ya estabas casada.

            --Maxwell murió.

            --Lo sé. Lo leí en los periódicos.

            --¿Y si lo supiste por qué volviste hasta ahora?

            --Porque estaba en batalla—decía Jaime soltando la mano de Alma, poniéndose de pie para caminar hacía la puerta y darle la espalda—Además tu estabas enamorada de Maxwell.

            --No. No lo amaba.

            La respuesta de Alma estremeció a Jaime, quien giro su cabeza rápidamente para verla de nuevo. Después camino hasta regresar a sentarse a un lado de ella.

            --Pero…Te ibas a casar con él.

            --Eso no significa que lo amara.

            Las palabras de Alma eran como aloe vera sanando las heridas de Jaime.

            --Yo era una niña, Jaime. ¿A esa edad que sabes del amor?

            --¿Y ahora?  ¿Estas enamorada? —preguntaba Jaime.

            --No lo sé—decía Alma con su voz delicada y suave, alejando su mano de la de Jaime, pero él se la volvió a tomar para sujetársela y acercársele a besarla en la boca.

El recuerdo de aquel primer beso para Alma era algo que ansiaba volver a sentir. Se sentía como en las nubes al estar una vez más entre los brazos de aquel soldado que dejo de ser un adolescente para ser un adulto. Ahora Alma no se sentía culpable, también ella lo besaba sintiéndose libre de la opresión de Maxwell y de su madre. El beso se prolongó y Alma se dejó caer en la cama a la merced de Jaime quién se reclino suavemente sobre ella sin dejarla de besar. Recorría suavemente sus dedos sobre una de las piernas de Alma quien recorría con sus manos los anchos y velludos brazos de Jaime quién empezó a tomarla del cuello y acariciarle las mejillas, después paso su mano para acariciarle el cabello y deshacer el moño que Alma siempre portaba. Entre arrumacos y abrazos, ambos se despeinaban y se arrancaban la ropa, cuando de pronto tocaron a la puerta, haciendo que ambos se sobresaltaran, se dejaran de besar y se levantaran brincando de la cama. Se separaron rápidamente, arreglándose la ropa y el cabello, para aparentar que nada había sucedido. La puerta seguía sonando y Jaime se acercó lentamente haciéndole una señal con la mano a Alma para que corriera a ocultarse detrás de los tiliches, pues ambos pensaban que podía ser Leonora, pero cuando Jaime entreabrió la puerta para suerte de ambos era Rita quien preguntaba por la niña ya que su mamá la estaba buscando.  Al no encontrarla ahí regreso abajo. Alma salió corriendo de la alcoba de Jaime sin decir nada a lo que intento detenerla, pero se dio cuenta que era mejor que se marchara ya que Leonora podría sospechar y descubrirlos a ambos.



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En el texto hay: drama, magia, romance amor

Editado: 31.08.2022

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