Sueño De Una Luna De Estambre

59

Tan solo pasaron tres días, y Jaime también se preparaba para marcharse. Acomodaba la poca ropa que tenía dentro de una valija. No le dijo ni a Alma ni a Leonora que se marchaba, pues pensaba decírselos cuando lo vieran saliendo, pero sin darse cuenta Alma ya estaba de pie en el umbral de la puerta, viéndolo empacar.

            --¿Tú también te vas? —pregunto Alma sobresaltando a Jaime quien volteo y dejo de hacer lo que estaba haciendo.

            --Solo es por un tiempo.

            --¿Por qué?

            --Tu mamá tiene razón. Estando yo aquí están en riesgo.

            Jaime regresaba a seguir acomodando su ropa dentro de la pequeña valija donde apenas y le cabían un par de camisas. Alma continuaba de pie en el umbral de la puerta, bajando su cabeza, pues comenzaba a sentirse abatida por la tristeza.

            --¿A dónde iras?

            --Pienso ir a la capital.

            --Pensé que te quedarías conmigo.

            --Yo también quisiera que así fuera…Pero no puedo quedarme aquí para siempre, Alma.

            --¿Por qué no?

            --Porque… ¡Porque necesito seguir con mi vida! 

            --Pero pensé que tu querías hacer tu vida conmigo.

            --Y así quiero hacerlo. Pero no puedo hacerlo siendo quien soy ahora.

            Jaime miraba fijamente a Alma quien bajaba su cabeza y alejaba su mano de la suya.

            --¿Sabes qué? ¡Vete! ¡Ya estoy acostumbrada a que me abandonen! —decía Alma, enojada y desilusionada, yéndose rápidamente para que Jaime no la pudiera perseguir quien ni siquiera lo intento pues de inmediato sintió su actitud tajante con él.    

            Jaime cruzaba el patio llevando consigo nada más que su pequeña valija, cuando volteo, en el pasillo del segundo piso pudo ver a Alma recargada en el barandal, viéndolo marchándose otra vez. Pero esta vez Alma no era aquella niña que lo veía consternada, esperando volver a verlo, ahora era una mujer que solo lo vio por unos segundos para después darle la espalda y dirigirse a su alcoba como si ya no le interesara. Jaime se sintió desilusionado y triste, pero eso no lo detuvo para seguir su camino hacía el zaguán donde Leonora ya lo esperaba con la puerta abierta.

            --Dale tiempo—dijo Leonora deteniendo a Jaime.

            --Volveré lo más pronto que pueda.  

            --Se que lo harás.

            Jaime extendió su mano para despedirse de ella, pero en lugar de ello, Leonora le dio un abrazo, sorprendiéndolo. No supo que hacer más que colocar su mano en la espalda de la señora Leonora.

            --Cuídate por favor—le decía Leonora dándole sus más sinceros deseos.

            --Intentare enviarle dinero—decía Jaime.

            --Intenta volver—le corregía Leonora.

            Jaime salió lentamente de la casa, pues para él era difícil dejar a Alma, pero tenía que hacerlo, pues se había hecho a la promesa de buscar un mejor trabajo para regresar y casarse con ella.



#5697 en Fantasía
#1194 en Magia

En el texto hay: drama, magia, romance amor

Editado: 31.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.