Sentada bajo el viejo roble, la niña sueña despierta, mirando a lo lejos detrás de aquella tapia. Sueña con una mamá, que le bese sus húmedas mejillas cuando llore como en ese momento, sueña con un papá que le prometa que le bajará la luna y le comprará la muñeca más bella que existe.
También sueña con un hermano, que la cargue en brazos y la consuele cuando algo le sale mal, que ría con ella y la proteja como hermano mayor. Sueña con una bonita casa y un perro que será su mejor amigo. Si te miras en sus ojos verás sus sueños a flor de piel, porque sus anhelos son tan transparentes que traspasan el umbral de sus bellos ojos oscuros
Sus brazos cargan una vieja muñeca que encontró por allí, en algún lugar y fue hace tanto tiempo que ya su color no se distingue. Todas las noches reza por un milagro, que haga que su mundo se ilumine y lo llene de alegrías.
Hace mucho tiempo que lleva guardada una llamita de esperanza en su pequeño corazón. Hace unos días, escuchó que una pareja visitará el orfanato, quizás buscando un niño sin hogar, por eso esa mañana se levantó temprano peino con dos trenzas sus negros cabellos y limpio sus zapatos, hizo su cama, y se sentó allí a esperar que la vean limpia y obediente. Pero llegó la noche y nadie vino por ella, una lágrima solitaria resbaló por su mejilla, se levantó de su lugar y caminó tristemente hacia su cama.
Nunca nadie venía por ella y cuando lo hacían solo era algo temporal, la trataban peor que a una empleada, "es demasiado grande para adoptar", dicen los adultos.
¿Eres demasiado grande a los trece años para tener mamá y papá?
Editado: 03.01.2023