Sueños de navidad

Cap 7 Laura

Hoy fue un día bastante agotador despues de dejar toda la casa limpia, me encamine hacia el hogar de niños, cómo es domingo, no me toca ir, pero quiero darles una sorpresa. Por el camino çompro frutas y golosinas para llevarles a todas las niñas. Cuando llego, siento que esto es lo correcto, allí me siento plena, ya que siento que lleno el hueco vacío que dejó la muerte de mi bebé. Allí me encuentro con esa pequeña niña y la observó dibujar, ella es muy talentosa, en realidad es exelente y quiero tenerla de alumna el próximo lunes en mi clase, pero siento que hay algo más que me atrae de ella, es su forma de verme, pareciera que pide amor de madre a gritos, y entonces una lucecita se enciende en mi cabeza, y todo cambia a mi alrededor, siento que puedo con esto que estoy sintiendo, es un sentimiento enorme de protección hacia esa niña llamada Carolina, hasta su nombre es bello, y pienso que es una gran coincidencia, porque ese es el nombre que elegimos con mi esposo,  si mi bebé hubiera sido niña. Las niñas al verme se ponen felices, y comparto un hermoso momento con ellas y Caro.

En la tarde me gusta salir a caminar y relajarme en alguna plaza cerca de casa, allí ver los niños jugar me relaja, me quita está ansiedad que me está destruyendo poco a poco, y no quiero que mi esposo se entere, porque se que el tomara cartas en el asunto.

Me siento en un banco bajo un frondoso árbol y saco mi libro favorito, "Tres niñas y un secreto", es el libro que mi madre me leía cuando era pequeña, es una de las cosas mas valiosas que me dejó al morir hace tres meses. Siento que a través de este libro estoy más cerca de ella, y ya no estoy tan sola.

De pronto a mi mente viene el nombre de esa niña, Caro, y me preguntó ¿ Porque nadie la adoptó todavía? Ella es muy dulce y se ve muy buena. Quisiera saber todo de ella. ¿Querrá tener una mamá como yo? ¿Cómo será tener una hija casi adolescente? Esas preguntas no salen de mi cabeza, y mi mente es un torbellino de ideas y mi corazón golpea mis costillas de excitación por todo lo que se me está ocurriendo. Debo parar un poco, bajar un cambio y hablar con mi psiquiatra, de todo esto. Pero siento que es lo mejor que puedo hacer por esa niña, y no nos hagamos tonto, también por mi. ¿ Por qué no? Yo necesito dar ese amor que estaba destinado a mi hijo, y ella necesita una mamá, necesita una familia, que la proteja y la cuide.

Mis pies vuelan por llegar a casa y consultar con mi esposo mis ideas, solo espero que el me apoye. Y también Damián, se que suena descabellado, pero creo que el será el más interesado, ya que siempre quiso tener una hermana mujer.

-¡Hola hijo! ¿ Cómo estás? ¿ Cómo te fue hoy en la escuela?- pregunto interesada en sus respuestas, todo con respecto a mi hijo me es importante saberlo y el lo sabe, así que siempre responde todas mis preguntas.

-¿Que dices de tener una hermanita, hijo? ¿Te gustaría?-  pregunto ansiosa.

-¿Que tienes mamá?¿Estás bien?¿Estás embarazada?- y su preocupada voz me deja quieta sin pronunciar palabra alguna, porque noto su preocupación, y eso hace que mi corazón se estruja dentro mío. No quiero preocuparlo, solo que sea feliz. 

Yo debería estar preocupada por él y no al revés.

-¿Laura? ¿ De qué estás hablando?- Una voz teñida de miedo sé escucha detrás mío. Giro hacia mi esposo y me encuentro con su mirada llena de terror, pero también de ¿esperanza?

-Tengo una cosa que contarles a los dos-  digo casi con miedo.

-Primero aclararles que no estoy embarazada y segundo dejen que sirva la cena que compre en el camino a casa.-

Ponemos entre los tres la mesa y nos sentamos, y el silencio y la tensión se corta con un cuchillo 

-Yo…- mi esposo quiere hablar, pero algo no lo deja y se aclara la garganta y comienza nuevamente.

-Yo….-carraspea- Quería hacerles una consulta…se que hemos pasado por un momento muy difícil en este tiempo..- calla y mira su plato. ¿Qué es tan grave que no le permite hablar? ¿Por Qué no puede verme a los ojos?¿ Y si quiere separarse de mí? No sería el primer ni el último matrimonio que se separa después de haber vivido algo tan trágico , como nosotros, la muerte de nuestro bebé.

-Esto… esto es tan difícil, no sé cómo decirlo, carambas.

-¡Pues dilo y ya!- se exaspera mi hijo.

-Calma Damián, deja que tu padre diga lo que tenga que decir-

El cruza su mirada con la mía, y su mirada esta llena de miedo e incertidumbre y no se qué pensar al respecto.

-Mama también quería hablar con nosotros, dejemos que ella hable primero, sabemos que siempre fue más valiente que tu, papá.-

-¡Noo! Deja que tu padre hablé, déjalo tranquilo- reto a mi hijo.

-Miren… el caso es que quería preguntarles, que les parece si traemos  otro integrante a la familia- dice apresurado.

-¿Quieres adoptar un perro?pregunta mi hijo.

-¡No! Ya tenemos uno. Lo que quiero decirles es… que les parece si… si adoptamos un bebé?- termina su oración y la mesa queda en un sepulcral silencio, creo que solo escucho nuestras respiraciones.

-¿Un… bebé?- mi hijo pregunta perplejo

Y yo, tengo el corazón en la garganta, porque los dos tuvimos la misma idea, solo que yo quiero adoptar una niña de trece años.

-Yo habia pensado en lo mismo - le comunico a mi esposo, el me mira con asombro y una sonrisa asoma a sus labios, se pone de pie y tira de mi mano y me abraza fuertemente.

-¿ De que están hablando? Me explican- reclama mi hijo.

-Hable con un amigo y conoce un hogar de niños huérfanos, dice que allí hay muchos bebés,solos, sin familia.-habla con determinación.

-Podemos ir y conocer el lugar y a los bebés, si congeniamos con alguno de ellos, iniciamos los papeles y así tendremos un nuevo integrante para el próximo año- 

¿Que dicen ustedes?- pregunta.

Yo me quedo en silencio y Damián abraza a su padre.- ¡Me parece una idea excelente!-

-¡No!mi grito sale a duras penas de mi garganta, y ellos me miran estupefactos.




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