Hoy te he divisado mientras charlabas con tu compañera de clase.
Te veías animado hablando con ella.
Le sonreíste como tantas veces me habías sonreído a mí.
Te reíste con ella como las incontables ocasiones que tú reías conmigo.
Luego besaste su mejilla.
Me molesté.
El observar aquel acto, me causó celos.
Celos porque no era yo el autor de esa hermosa sonrisa que surcaba tus bellos labios.
También me produjo impotencia.
Porque sabía que yo jamás podría serlo, aún cuando lo anhelara con todo mi corazón.
Solo mis sueños podían apaciguar la creciente tristeza que se apoderaba de mí, Rogan, solo ellos y tú.
—Jacer.