Rogan, hoy me encuentro desolado.
En un par de días, mi partida tendrá lugar.
Ayer he llorado hasta caer dormido, abrazado por la melancolía que me envuelve, aquella vieja amiga que me acompaña desde que te conozco.
La única cosa que me mantiene estable es la pobre esperanza de que quizá tú vayas a extrañarme.
Pero yo sé que eso no pasará, por más que lo desee, no sucederá.
Y estar tan seguro de ello, me ha desecho el pequeño pedazo de corazón que aún habitaba dentro de mi frío pecho.
Me iré lejos, Rogan, lejos de ti.
No sé si podré soportarlo.
Pero tal vez, esto sirva para olvidarte.
¿Crees tú, Rogan, que la distancia borre cualquier rastro de ti de mi ya dañado corazón?
—Jacer.