¿Me recuerdas, Rogan?
¿Me extrañaste?
Ya sé que no.
Tampoco alenté a mi desecho corazón con esa vacía esperanza.
Sé que ya no puedo más.
Ya no puedo seguir a tus pies, aguardando por esas miserables migajas de amistad que disfracé de amor, esperando por ese momento imposible en que tú me dijeras exactamente lo que mis oídos y mi alma querían escuchar: Que me querías...
Sin embargo, reaccioné justo antes de que haya tocado fondo.
Porque lo hice, Rogan.
Finalmente te he superado.
Mas hay algo más, algo que no me dejaría dormir en paz por las noches siguientes si no lo llevo a cabo.
He decidido confesarte lo que alguna vez sentí por ti.
Porque es una deuda que tengo.
Una deuda con mi corazón.
Una deuda conmigo.
Una deuda con mis ya muertos sentimientos.
—Jacer.