De pronto te encuentras sola.
Te sientes tan vacía que lo único que parece abrazarte en las noches de oscura tristeza es tu alma llorando por escapar. Es uno de esos días en los que desearías huír lejos y no mirar atrás. Y es que duele tanto... Es sentir tu corazón latir desbocado, tu pecho retumbando de dolor hasta quitarte la respiración. Es todo lo que sientes, el ardiente dolor del saber si siempre estarás tan sola que no importa cuanto lo intentes, nunca nadie te querrá a su lado.
Y, ¿oyes eso? Quédate en silencio y aquel suave y chirriante sonido que llegue a ti será el crujido de mi corazón rompiéndose en miles de pedazos. Mi alma está estropeada ahora que nunca podrá amarse a sí misma. Ni siquiera lo intentes, no me busques, no me llames ni me encuentres porque será tan tarde que lo único que quede de mí serán los deshechos de lo que algún día fui.
Un cuerpo frío y abandonado
-TRomaldo