Pasaron cinco días desde aquella tarde, empezando así un nuevo día, y cómo no el sonido de un despertador insistente para que alguien se levantara de la cama. Con un gruñido estira la mano para apagar el molesto sonido que interrumpía su buen dormir y levantarse en contra de su voluntad.
Desde su llegada a la casa de su hermano le ha ayudado para bien, bueno, más o menos pues, aunque no lo quisiera cuando menos pensaba tenía ciertas reacciones alusivas a su trato anterior en la casa de sus padres. Quisiera poder alejar todo recuerdo en sus momentos de dolor, pero por más que hiciera el intento nada le funcionaba.
Aunque era domingo, para ella no era sano dormir hasta tarde, ya que luego sus desveladas harían presencia otra vez, luego de darse una buena ducha y cambiarse por un jersey blanco, pantalones negros y unas zapatillas deportivas.
Después de peinarse y ver que ya estaba lista decide bajar a desayunar sin antes ver la hora 7:30 a.m. mientras bajaba las escaleras escucha unas risas que logra identificar como las de su hermano y cuñada, aproximándose al origen de las risas, llegando así a la cocina dónde logra ver una imagen la cual le causo gracia y a la vez ternura.
Erick estaba lleno de harina, desde la cabeza hasta los pies, mientras que Erika tenía en sus manos un cuenco dónde suponía que había leche y huevos, una pequeña risa escapa de sus labios llamando la atención de los presentes, pero ella tenía en sus mano el celular y señala que ambos posen a la cámara, se miran entre sí se abrazan y sonríen a la cámara, Erick aprovecha antes de que su hermana tomará la foto toma más harina en sus manos y la coloca en la cabeza de su esposa, ella exclama de la sorpresa pero ríe siendo contagiada por su esposo y Elisa que no duda otro segundo y presiona el obturador, capturando aquel momento tan especial.
—Buenos días— dice entre risas mientras ambos adultos se sacuden la harina que había sobre ellos.
—Buenos días, Eli ¿Qué tal dormiste? —Erika prosigue a seguir cocinando mientras intercambiaba mirada con lo que hacía y en Elisa.
—Todo bien, algo nerviosa por el nuevo ciclo escolar pero emocionada a la vez.
—Es entendible, pero ya verás como todo saldrá de maravilla.
—Sí, tienes razón en eso— voltea a mirar a su hermano y no puede evitar en soltar una carcajada.
— ¿Qué sucede Eli?
—Mi hermano parece un fantasma— canturrea, mientras que Erick mira a su hermana con indignación, pero cambia por una mirada traviesa acercándose con los brazos abiertos, ella al ver sus intenciones comienza a retroceder — ¿Qué estás pensando?
—Oh vamos hermanita, un abrazo de buenos días.
—Ah, no, no aleja esos brazos llenos de harina a tres mil metros de mí.
—Venga, necesito tener una fantasma que sea mi hermana por tres millones de años.
—Estás loco— comienza a reírse y a correr como si su vida dependiera de ello, viendo como era perseguida.
Unas cuantas risas después, llegó la hora de desayunar y una invitación que tomaría de sorpresa a Elisa.
—Estos panqueques están deliciosos Erika, gracias— agradece mientras repetía por tercera vez.
—Con gusto Eli, me alegra que te gustaran— responde con alegría mientras tomaba su jugo de naranja.
Erick termina de comer y mira a su hermana —Eli, nos gustaría hacerte una invitación especial.
—Claro, ¿Qué sería? — menciona mientras tomaba un sorbo de su jugo.
—Que nos acompañes hoy a la iglesia…—no termina de hablar, ya que Elisa comienza a toser después de tomar el trago de jugo de naranja, Erika le da unas palmaditas en su espalda — ¿Estás bien?
—Sí…—toma aire y mira a su hermano a los ojos —Solo que…—pasa trago —No sé si deba de acompañarlos.
Erick mira a su esposa, ella le regresa la mirada, pero era una comprensiva mientras le sobaba la espalda a la chica.
—Sabemos que es algo nuevo para ti, pero valdría la pena intentarlo ¿no? —Elisa la mira indecisa.
No sabía que decisión tomar al respecto, no lo negaba quería conocer mejor ese lugar, pero también había temores en su interior, pues sus padres no eran de esas personas que tengan una buena perspectiva a la hora de hablar de los cristianos.
—Lo pensaré
—Bien, a las 9:30 saldremos a la iglesia— ella asiente mientras ve como ambos se levantan recogen los platos vacíos y toman caminos diferentes, Erick va a la cocina a lavar los platos y Erika hacia su habitación.
Después de unos minutos ve que su hermano le acaricia la cabeza y sube las escaleras, supuso que era para quitarse la harina que traía encima, luego de perderlo de vista toma su celular y comienza a ver sus redes sociales, viendo que como primera publicación había una de su Prima T o como Elisa la llamaba Prima Lory, si bien no eran primas de sangre, pero ella le quería como a una.
Se detalla en el carrusel de Instagram, podía ver como un grupo de jóvenes estaban posando para la foto, logra distinguir a Lory entre la multitud, aunque bueno, no era tan grande el grupo por lo mucho habían unas 9 personas excluyendo a su prima, todos tenían algo particular, y era que en la primera foto todos estaban con una camisa blanca y en el pecho había un logo de color azul intenso, pasa a la siguiente fotografía y ve a dos personas que tenían unos audífonos de diadema, junto a una gran caja dónde logró ver botones y alguna que otra banda, va a la tercera fotografía en esta estaba su prima junto a otros chicos, una mujer y un hombre, en su cuello había una cámara estando junto a un computador de mesa, la cuarta y última foto estaban los cinco restantes pero cada uno tenía un micrófono y una cámara. Como descripción estaban unos emojis de fotos junto con unas palabras Maravilloso equipo de trabajo.