Llegaba la tarde y todos los estudiantes comenzaban a trasladarse hacia sus hogares, mientras que esperaba a su hermano, miraba con interés los mensajes de su teléfono móvil, no estaba atenta a su alrededor cuando alguien le da unos toques en el hombro, curiosa voltea a verlo con interés.
—Disculpa, ¿de casualidad sabes dónde se encuentra la dirección?
—Creo que queda al final del pasillo a la derecha, no estoy segura.
Observándolo bien se da cuenta de que era un chico y que era una cabeza más alta que ella, tenía el pelo castaño oscuro y era peinado al estilo emo igual su vestimenta, los ojos eran del mismo tono de su cabello, ve que él le sonríe brevemente y emprende el camino que le había indicado antes, en eso su celular suena con un mensaje de texto, lo mira y ve que era su prima Tay, con una sonrisa comienza a leerlo.
Prima T: ¡Hola Eli! ¿Cómo estás? Espero que bien, pasaba a contarte un poco de lo que fue mi fin de semana.
Elisa: Hola Tay, lo siento, pero no puedo contestarte en este momento, en otra oportunidad te doy mi atención.
Prima T:Ou, está bien, hablamos después, cuídate mucho y Eli, guarda tu corazón.
Ok, esto último le llamo la atención a Elisa ¿Guarda tú corazón? ¿Por qué ella decía eso?
Elisa: ¿A qué te refieres con “guardar mi corazón”?
Prima T: Sentía decírtelo, solo ten cuidado, avísame cuando estes en casa.
Nada más miraba su móvil cuando el claxon de un auto le distrae, ve a su hermano en el auto con Erika acompañándolo, comienza a caminar hacia ellos sonriendo abre la puerta trasera, ingresa al auto cerrando la puerta tras de sí, sentándose en la mitad de los tres asientos.
—Y ¿cómo fue tu primer día?— Erick enciende el auto y comienza a manejar.
Elisa sonríe leve —Todo bien, aunque ni llevo el primer día de clases y ya dejaron tarea.
Erick ríe un poco—Bienvenida a los últimos años de secundaria, te acostumbraras, no te preocupes, es mientras llevas el ritmo—mientras hablaba no apartaba la mirada de la carretera.
Ella asiente mirando por la ventana mientras hablaba con Erika, ambas cruzaron algunas palabras mientras que iban de camino a su hogar viendo como empezaba poco a poco a derretirse la nieve, sí, era invierno, pero también empezaba a hacer presencia la primavera y con ello el sol, pero aunque mantenía la vista en el camino y hablaba con Erika su mente estaba en otro lugar, es decir que una parte tuya está en la tierra y la otra en medio de las nubes con miles de pensamientos, entre ellos, ¿Qué era lo que su prima le quería decir? ¿A qué se refería con guarda tu corazón? ¿Qué era suficiente para ella? ¿Cómo iba a realizar ese proyecto a entregar dentro de seis meses? ¿Por qué la tierra se mueve y nosotros no lo sentimos?
Espera…
Eso ultimo no iba…
Pensamientos intrusivos que no tienen nada que ver.
Pasaron unos cuantos días desde el inicio de clases, entre ello empezando una nueva semana, según lo que escucho del profesor los compañeros de intercambio llegarían en esos días o la próxima semana, eso es lo que tenía en mente, había pasado una semana desde que habló con Tay, y de ahí no ha sabido nada de ella, no es que no quisiera hablar con ella, solo que… o bueno, tal vez no quiera hablar con ella, volvía y lo pensaba, amaba a su prima, aunque bueno, no eran primas de sangre que digamos, pero aun así ha querido mantener la distancia de ella, no obstante no ha querido ser muy evidente, de vez en cuando le enviaba saludos.
Dejando eso de lado conforme pasaba el tiempo Elisa conoció al nuevo compañero, conociendo su nombre: Josh Millares, tiene 18 años también que era su compañero de salón en casi todas las clases, el castaño la ha invitado a comer con él en el receso, de momento ha encontrado negarse sutilmente y alejarse de él, aun así empezó a sentirse nerviosa cada vez que está al lado de Josh, sí, era el nuevo compañero ganando la fama entre las mujeres de ser un coqueteo empedernido.
Está bien, era un chico castaño, ojos del mismo color, piel clara y en su cara había unos pircings y aretes en sus orejas.
Mientras con Ariel y Alexis, la relación con ellos dos ha progresado amenamente, se sentía cómoda al pasar tiempo con ambos y el resto del grupo que iba conociendo poco a poco, al saber que Ariel era familia era una buena noticia después de todo.
Sin embargo, aunque se sentía tranquila y aliviada de estar empezando desde cero, no le era nada sencillo, ella sabía que había heridas abiertas, las cuales no estaban sanando correctamente, según ella estaba sanando, pero muy adentro de su alma y corazón aún seguía en carne viva de tantos traumas.
—Hola Elisa— era Josh, era el receso y mientras esperaba a Ariel o a Alexis para ir a comer.
—Hola Josh.
—¿Cómo te ha ido?— le sonríe amablemente, ella corresponde tímida.
—Bien—busca con la mirada a Ariel, había quedado con él a estudiar para un próximo examen, pero no lo veía por ningún lado.
Josh la mira levemente —Oye… ¿Tienes planes?
Curiosa lo voltea a mirar —¿A qué te refieres?