Suplantacion: Comienzo Oscuro

Capítulo 4. EL PREAMBULO

Gaby era consciente de que la clave para fortalecer su relación con Mateo radicaba en la elección de actividades conjuntas, en lugar de intentar forzar conversaciones triviales o situaciones incómodas. La idea era involucrarse de manera espontánea en actividades compartidas, que fueran mutuamente atractivas y enriquecedoras.

  • Juguemos, aquí tienes muchas opciones. Te advierto, no sé jugar ninguno de ellos -Gaby recalcó mientras ojeaba los juegos-. Así que elige uno que sea fácil para mí.
  • ¿En serio, no sabes cómo jugar? -Mateo encontró difícil de creer que alguien nunca los hubiera jugado.
  • Por favor, ¿podrías enseñarme a jugar? -Gaby le pidió, reconociendo que no tenía idea de cómo hacerlo-. Escoge el que quieras.
  • Dominó -dijo Mateo de inmediato y Gaby tomó la caja del estante con entusiasmo.

Mateo dejó de lado su portátil y tomó el estuche que Gaby le tendió. El escritorio ahora tenía suficiente espacio, probablemente Clemencia había ordenado lo que quedó en el suelo la noche anterior.

  • Este es un juego divertido y fácil de aprender, te explicaré -dijo Mateo mientras sacaba las fichas y las colocaba sobre el escritorio-. El dominó es un juego con fichas, cada una de ellas tiene dos lados con números que van desde cero, que es como un espacio en blanco, hasta seis. La idea es combinar las fichas emparejando los números. Por ejemplo, si tienes una ficha con un número 5 y ves otra ficha en la mesa que también tiene un número 5, puedes unirlas. Si no tienes una ficha que encaje, debes tomar una del montón. Para comenzar, cada jugador toma 7 fichas, y el que tenga el mayor par de números iguales comienza. El objetivo es ser el primero en deshacerse de todas las fichas. El jugador que se quede sin fichas gana.
  • Perdón -dijo Gaby avergonzada-, no entiendo.
  • Está bien, empecemos con algunas pruebas y te iré indicando.

Comenzaron a jugar sin ocultar las fichas, lo que permitió a Mateo explicarle las reglas sobre la marcha. Le describió las combinaciones posibles y cómo emparejar los números. Después de un par de rondas, Gaby comenzó a comprender la dinámica del juego y a tomar decisiones por sí misma. Las partidas siguientes se jugaron en competencia, aunque no llevaron un puntaje ni se preocuparon por quién ganaba más rondas. La verdadera diversión estaba en compartir ese tiempo juntos, disfrutando de la compañía del otro y riéndose de las estrategias y movimientos en el juego.

Gaby y Mateo habían encontrado una forma de conectarse a través del dominó, simplemente disfrutando el momento y compartiendo risas. A medida que pasaba el tiempo, el juego se volvía más natural, hasta el punto de que no se dieron cuenta de la hora. Clemencia no les había llevado refrigerio, ya que quería repetir lo del día anterior, para que Mateo se alimentara mejor. Así que les preparó otro rico y variado almuerzo, especial para ellos, aprovechando que el jefe ya le había anunciado que estaría fuera todo el día.

Clemencia llamó a la puerta y finalmente logró obtener respuesta al segundo intento.

  • Perdón por interrumpir, pero ya es hora del almuerzo, ya lo tengo listo -anunció Clemencia.
  • Oh, qué rico -exclamó Gaby-, tenemos hambre, ¿verdad, Mateo? -a lo que Mateo respondió asintiendo con la cabeza.
  • Acompáñame a la cocina para traer las bandejas -le pidió Clemencia.
  • Claro, pero ¿podrías decirnos cuál es el menú de hoy?
  • Hoy les ofrezco una deliciosa pizza de pollo con pimentón, cebolla caramelizada y mucho queso; con una ensalada de lechuga, tomate y aguacate con aderezo agridulce de miel y mostaza. Acompañaremos esto con papas fritas y un batido de mango y piña. Para el postre, tenemos helado de chocolate con trozos de galleta y crema batida.
  • Suena delicioso -dijo Gaby emocionada mientras se volteaba hacia Mateo-, ¿verdad? Por favor, mientras volvemos, guarda las fichas y deja libre el espacio para las bandejas.

Gaby bajó reflexionando sobre lo agradable que había sido jugar con Mateo y el buen comienzo que estaban teniendo juntos. Mientras tanto, Mateo recordó lo divertido que era jugar con otra persona. Clemencia no pudo evitar preguntarle a Gaby cómo iban las cosas, a lo que ella simplemente respondió: "Vamos bien", sin querer adelantar conclusiones.

Parecía que no era necesario un informe detallado, al verlos juntos, era evidente que se estaba desarrollando una complicidad entre ellos, lo cual alegró a Clemencia. Llegaron con las bandejas y las colocaron en el escritorio. Clemencia se retiró, dejándolos solos, y como en el día anterior, cada uno pasó unos segundos observando primero su comida.

  • Todo se ve delicioso y seguro que sabe tan bien como huele -expresó Gaby con entusiasmo.

Comenzaron a almorzar en silencio, disfrutando cada bocado y reflexionando sobre lo que habían compartido durante el juego. A medida que terminaban, la incertidumbre sobre lo que la tarde les deparaba, se apoderaba de sus pensamientos.

Mientras Clemencia recogía las bandejas, observaba con satisfacción que Mateo estaba comiendo mejor y lucía más tranquilo. Aunque no hablaban ellos en su presencia, era evidente que se estaban conectando y entendiendo. Avivaba la esperanza de que pronto volvería a ver la sonrisa de Mateo y que él podría retomar su vida con un ánimo renovado.




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