Suplantacion: Comienzo Oscuro

Capítulo 15. LA RECETA

Después de la revelación impactante de Karina, Danilo se sumió en una mezcla abrumadora de decepción, incredulidad y rabia. La verdad recién descubierta sobre la infidelidad de Lilian lo golpeó con fuerza, y la idea de que ella había compartido momentos íntimos con otro hombre, lo dejó en un estado de conmoción difícil de describir.

Sintiéndose abatido y sin rumbo, Danilo decidió volver a ahogar sus penas en alcohol. Se dirigió a un bar cercano y se entregó a la bebida, buscando temporalmente una vía de escape para su dolor emocional. Las horas pasaron rápidamente, y cuando regresó a casa, lo hizo en un estado lamentable, completamente borracho y con el peso de sus emociones a flor de piel.

Allí fue, cuando se encontró en la cocina con Gaby y sin saber cómo, terminó confesándole su frustración por sentir que no fue capaz de cumplir su rol como padre y esposo. Debía estar en muy mal estado, viendo la expresión de Gaby.

Aun sosteniéndole la mano con firmeza, Gaby observó a Danilo con preocupación, sumida en sus propios pensamientos. No podía ignorar la evidente angustia que él llevaba consigo. Se preguntó qué habría desencadenado esta confesión tan repentina y dolorosa. Durante semanas, todo parecía marchar con normalidad, pero en estos tres últimos días, se enfrentaba a un Danilo visiblemente afectado por algo que, hasta ese momento, permanecía oculto.

Decidió acercarse, dejando de lado cualquier juicio. Sentada frente a él, sentía la necesidad de ofrecer apoyo. Gaby conocía la historia de Danilo, su lucha como viudo y el desafío de recuperar a Mateo. Aunque no compartía la misma experiencia, sentía una conexión profunda con él, una afinidad que había crecido en tan poco tiempo y no entendía cómo.

Tenía ganas de preguntarle qué había pasado, pero no se atrevió. Podía estar borracho, pero eso no le daba derecho de inmiscuirse en sus asuntos. Tan solo continuó sosteniendo su mano, y mientras la observaba, sin darse cuenta comenzó a acariciarla, tratando de consolarlo, así, sin decir ni una palabra.

Danilo tuvo un pequeño sobresalto y sus miradas se encontraron. En ese momento, se dio cuenta de que podía sentirse en paz, tan tranquilo que hasta su respiración se reguló. La carga emocional que lo oprimía pareció aligerarse un poco, sintiendo su compañía, una jovencita que lo miraba con ternura y compasión.

En ese momento, cuando sintió que disfrutaba de esa conexión, se incorporó de inmediato, visiblemente nervioso e incómodo. Como se levantó rápido de su silla, se tambaleó un poco y le dijo a Gaby:

  • Lo siento, he bebido mucho y tengo sueño -murmuró, con la voz entrecortada por la emoción contenida.

Gaby se levantó también y lo apoyó.

  • No te preocupes -dijo con las manos levantadas por si hacía falta ayudarlo-. También lo siento, vine aquí a buscar algo de comida; disculpa no debería estar a esta hora.

Danilo la miró a los ojos y le respondió con suavidad:

  • No, siéntete libre de hacer lo que desees en esta casa, no tienes que pedir permiso ni disculparte.

Gaby se sonrojó, y un "gracias" murmuró mientras lo vio alejarse. Danilo se apoyó en el marco de la puerta y de repente se volteó:

  • ¿Te suele dar hambre a esta hora o es que pasó algo? -preguntó inquieto.
  • No hay problema, solo que estuve con Mateo y no quise cenar -le contestó mirando hacia otro lado.
  • Imagino que recién llegas, no veo nada preparado.

Gaby se tensó, pero pensó rápido.

  • Iba a prepararme primero una taza de café -le mintió para ver si aceptaba una para su borrachera-. ¿Quieres una taza también?

Danilo se apoyó más en la puerta.

  • Si gracias, me gustaría -dijo también mintiendo, no era justamente lo que le apetecía, pero era una buena excusa para quedarse-. Aunque por alguna razón, ya me siento un tanto sobrio.

Danilo se sentó en la silla de la isla de frente a la estufa y comenzó a disfrutar observando a Gaby en silencio, mientras preparaba el café. Le alargó su taza, y esta vez Gaby se sentó al otro lado del mesón, alejada de él.

  • Danilo lo bebió con gusto. El café le ayudó a calmarse y a sentirse mejor.

Gaby y Danilo continuaron en silencio por un momento. Luego, Gaby le preguntó a Danilo:

  • ¿Quieres comer algo? -Danilo asintió.
  • ¿Qué pensabas preparar? -le pregunta curioso.
  • Opté por una receta sencilla: fideos con salsa de tomate y queso.

La verdad es que Gaby no conoce platos glamorosos, cocina solo lo básico. Había aprendido a preparar este plato, ya que era una opción económica que podían costear y además les parecía rica. Danilo sonrió, entendiendo la situación.

  • Creo que sería bueno elevarle un poco el nivel, podría ser linguini con camarones en salsa rosa, es fácil y rápido -añadió con sutileza para no ofenderla.




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