Gaby, ansiosa por saber cómo fue el encuentro entre Danilo y Fabio, aguarda en casa la llegada de Danilo. Mira por la ventana, preguntándose qué habrá pasado y si la conversación entre ambos ha sido tan complicada como temía. La incertidumbre la mantiene en vilo, y su deseo de apoyar a Danilo la lleva a estar alerta a cada sonido exterior.
Cuando finalmente Gaby divisa la figura de Danilo acercándose, su corazón late con alivio al notar que su semblante parece tranquilo. Sale rápidamente a su encuentro, tratando de leer sus emociones en sus ojos.
La camaradería entre Gaby y Danilo se fortalece, y juntos ingresan a la casa, listos para afrontar lo que venga.
Gaby no sabía si era el momento propicio para hablar sobre Mateo, justo ahora que parecía estar más relajado y animado, pero él se le adelantó.
Gaby le reveló la verdad que Mateo le había confiado con ella. Explicó que el problema de Mateo no solo radicaba en la muerte de su madre o en la escena traumática que presenció, sino especialmente en un sentimiento de culpa.
Gaby relató cómo Mateo creía que su madre se quedó en el lugar del accidente porque él le rogó que lo acompañara a verlo jugar, y como resultado, terminó en el fatal accidente.
Danilo escuchó con atención mientras Gaby compartía esta revelación, comprendiendo la carga emocional que su hijo llevaba consigo. El dolor de Mateo iba más allá de presenciar la muerte de su madre, como él había pensado; también se sentía culpable por su propia participación, aunque involuntaria, en la tragedia.
Danilo enfrentaba la realidad de la complejidad emocional de su hijo. La sorpresa inicial se mezcla con una profunda tristeza y una sensación de impotencia al darse cuenta de que su hijo ha soportado en silencio, sin que él lo supiera. Se pregunta si debió haber buscado ayuda profesional de manera más decidida o incluso considerado opciones más drásticas, como internarlo en un instituto. La impotencia lo envuelve mientras reflexiona sobre la magnitud del sufrimiento que su hijo ha soportado solo.
Aunque agradece profundamente a Gaby por ser la luz que ha guiado a Mateo fuera de su oscuro aislamiento, no puede evitar sentir que le falló a su hijo al no percatarse de todo el dolor que lo atormentaba.
A pesar de este torbellino emocional, encuentra consuelo en el hecho de que ahora están compartiendo tiempo juntos, gracias a la intervención y apoyo de Gaby. Aunque la revelación es dolorosa, también representa un punto de partida para abordar las heridas emocionales de Mateo.
Gaby observa el rostro afligido de Danilo y decide abordar la situación con empatía y claridad. Con un tono calmado y una mirada compasiva, comienza:
Danilo se sumió en sus pensamientos, recordando esos momentos mientras continuaba explicándole a Gaby:
Danilo, con la mente llena de revelaciones, comprende que ya es tarde para abordar a Mateo, decide buscar ayuda profesional de inmediato. La preocupación por el bienestar emocional de Mateo lo impulsa a tomar medidas rápidas para abordar la complejidad de las emociones que su hijo lleva consigo.
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Editado: 29.12.2023