Suspiros.

Capítulo 31

Escuchó sus pasos. Empezó a sentir escalofríos. Su corazón empezó a latir fuerte y rápidamente, y a pesar de las pulsaciones, sentía que se ahogaba, que no podía respirar.

- ¡Bonjour Ell!

Volvió a escuchar su voz, pero más cerca, entonces volteó y efectivamente estaba ahí. Un hombre alto, piel blanca, vestido con camisa blanca, corbata azul, y pantalones negros. Perfectamente pulcro.

Observó aquellos ojos verdes que le decían que ahí estaba, el hombre que alguna vez amó y que decidió olvidar estaba en frente de ella.

- ¿Lo…an? - pronunció temblando

Llegó en frente de ella

- Sigues igual de hermosa- le susurró a su oído.

Levantó su brazo derecho y con suaves caricias fue tocando desde su cabeza, hombro, brazo y dedos. Agarró su mano izquierda, la levantó y depositó un beso. Levantó la manga de la sudadera gris que llevaba puesta y enarcó una ceja.

- Recuerdo muy bien que me dijiste que nunca te la quitarías, pero está bien, supongo que una pulsera tan sencilla no puede durar mucho tiempo, no importa, ya te compraré una de nuevo. 

Elizabeth escuchó la voz de Adler que la llamaba. Pronto entraría. Con gran fuerza y rapidez alejó su mano de Loan y se separó por unos pasos más de distancia.

- ¿Ya se están conociendo? - preguntó alegre Adler parándose al lado de ella

- Más o menos- contestó Loan en alemán con una sonrisa

- ELL, éste es Loan, mi primo y hermano, acaba de llegar, es grandioso ¿verdad?, Loan, te presento a mi prometida, ella es ELL, bueno, Elizabeth – los presentó y le dio un beso en la mejilla a su novia.

- ¿ELL…? – sonrió-   Es increíble que seas la prometida de mi hermano

- ¿es hermosa verdad? - la halagó adler

- Sin dudar lo es, ¿así que fuiste tú la que le hizo olvidar a Dagmar? ¡es todo una sorpresa! Has cambiado su vida por completo.

- ¡Amo a esta mujer! Me acogió destrozado y me devolvió completo.

- ¿es extraordinario lo que hace el amor, no lo creen?

- En absoluto. He llamado a Jaden, pronto llegará, pero es mejor preparar todo para comer.

Elizabeth se encontraba paralizada, no sabía qué hacer, en frente de ella se encontraban sus dos grandes amores. Tenía mucho miedo de que se enteraran de su pasado. ¿Por qué precisamente Loan tenía que ser su familia? ¿por qué ellos dos? ¿Por qué ninguno de los dos le contó sobre su existencia?

Ahí se encontraba Loan ayudándolos a preparar la mesa. Sin miedo, sin dudas, sin preguntas, firme en lo que hacía. Al contrario de ella, él parecía haber cambiado bastante, ahora era más alto, más corpulento, no demostraba timidez, y había dejado de vestir aquella ropa cómoda y casual de jeans, playeras y gorras. Ahora era un completo hombre que en sus ojos se notaba gran poder. No sabía lo que pretendía fingiendo y ayudando con una simple sonrisa. Saludando a Jaden con gran estima y siendo tan cortés y amable con Jenell.

- Dime ELL- habló Loan agarrando su copa de vino- ¿por qué no me cuentas un poco de ti? Quisiera saber más de la mujer que transformó la vida miserable de Adler – le sonrió descaradamente

- Eh… yo...

No sabía que decir, estaban sentados frente a frente con adler al lado de ella. Estaba muy nerviosa.

- ¿estás bien? te ves un poco pálida - le volvió a sonreír

- Es cierto - se percató adler- ¿te sientes mal? - dejó sus cubiertos y le prestó mayor atención

- Estoy… estoy bien…

- ¿segura? - preguntó adler asustándose

- Sí, no te preocupes- le habló suave

- Debes estar cansada, arreglar los preparativos de la boda no es nada sencillo ¿verdad ELL? - declaró Jenell

Elizabeth concordó con ella.

- Dinos Loan, ¿Cuándo tiempo te quedarás con nosotros? - preguntó Jaden cambiando el tema

- No lo sé, aparte de visitarlos tengo que arreglar algunos negocios aquí, además quisiera recordar algunos momentos. ¿Sabían que Adler y yo crecimos juntos? Era muy divertido. – sonrió observándolo

- Si, fueron muy buenos aquellos tiempos- concordó Adler

- ¿Y… cómo es que son familia y se separaron? - Preguntó curiosa Jenell

- Nuestras madres eran hermanas y venimos a nacer el mismo día. Nuestros primeros años la pasamos juntos como hermanos – habló Adler

- Pero después mi padre, decidió que era tiempo de que regresáramos y así poco a poco fuimos distanciándonos- añadió Loan

- Sí, pero creo que ni la distancia fue suficiente para separarnos por completo.

- ¡Todo era muy divertido con Dagmar!- sonrió dulcemente- éramos completamente felices.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.