Ya habían pasado cinco meses desde su último encuentro con adler y desde entonces ya no lo había vuelto a ver. Las cosas seguían bien. Dentro de su trabajo seguía con su mismo puesto y ya se había acostumbrado a la cantidad de trabajo que tenía a diario.
Su amistad con Jenell seguía igual de fuerte, sin en cambio Elizabeth había notado que la relación de noviazgo de su amiga no iba muy bien. últimamente frecuentaban discusiones y peleas entre ellos.
Llegando a la casa, ELL se encontró con una cara muy feliz de su amiga Jenell
- ¡Ell, tienes que ir conmigo! – exclamó jen.
- ¿A dónde? ¿Por qué estas tan feliz? – preguntó ELL
- Estoy tan feliz ell - le dijo jen, mientras caminaban a su cuarto de ELL – he conocido a alguien y es tan guapo, me ha invitado a ir con él, al antro.
- ¿Es enserio? - Preguntó ELL
- Muy enserio y quiero que me acompañes, no quiero estar sola
- ¿Y no es eso lo que quieres?
- Si, pero no quiero que las cosas marchen por otro rumbo, ¿lo entiendes?
- No exactamente, pero espera, ¿qué pasa con alois?
- Él no ira obviamente
- Si ya lo sé, pero acaso… ¿quieres salir con éste nuevo chico que apenas acabas de conocer?
- Si – suspiró- es que es tan genial, es el amor de mi vida
ELL rodó los ojos y soltó una sonrisa
- Pero solo nos estamos conociendo como amigos, no pasará nada
- ¿Y desde cuando lo conoces? ¿Quién es?
- pues… - pensó en decírselo, pero prefirió callar- después lo sabrás, pero por favor dime que irás conmigo ¡Por favor! – le suplicó
- No, haré mal tercio, mejor disfruta tu cita con él
- Por favor ven conmigo, además él también llevará a su amigo, me lo ha dicho. -continuó hablando -. Contigo me sentiré mas cómoda, y me ayudarás a no regarla.
- Pero ya son amigos, ¿no? Además, toda la gente te ama como eres, no necesitas hacer algo para no ser tú
- Si lo sé, sé que soy encantadora, pero apenas nos estamos conociendo, pero por favor ven conmigo, hace mucho que no nos vamos a divertir juntas, necesitas desestresarte de tu trabajo. – continuó hablando -. Además, él y yo ya acordamos en que llevaríamos a nuestros amigos, ¡no puedo quedar mal! -ladeó su cabeza
- ¿Y porque hicieron eso?, pudieron haber ido solos
- Porque me dijo que su amigo se encuentra sólo y no tiene a nadie y quiere sacarlo de su vida aburrida llena de trabajo, ¡ah mira!, siento que conozco a alguien así, además de seguro su amigo también estará muy guapo como éste chico.
- Me gusta mi vida aburrida y llena de trabajo, pero mejor me quedo, tengo que dormir bien para llegar mañana temprano al trabajo.
- ¡No!, tienes que ir conmigo, es importante para mí Elizabeth - le hizo un gesto conmovedor y suplicante - y además tal vez podrías congeniar tu también con él y podrás tener un amigo nuevo o dos ¿qué dices?
Sonrió muy alegremente
- Está bien, pero solo te digo que yo no quiero regresar muy tarde, me vendré temprano, y si tu no quieres venirte conmigo, te dejo
- Está bien, ¡ay muchas gracias amiga!, Mañana salimos, te arreglas bien– le dijo dando saltos de alegría, besó a su amiga en la mejilla y salió corriendo con dirección a su habitación.
Elizabeth no tenía muchos amigos, y los pocos que tenia normalmente se los había presentado Jen. Sólo tenia a personas conocidas que le caían bien en su trabajo, pero no los podía considerar como tal sus amigos. Elizabeth no sabia mucho de como entablar amistades con la gente alemana, ellos no se prestaban mucho a las conversaciones, la manera reservada y fría como ella los consideraba impedía que conociera a más gente. Por eso agradecía mucho que tuviera a alguien como Jenell a su lado, Jenell era una alemana rara, asi es como le decía Elizabeth, por su carácter amistoso y alegre, y que gracias a ella podía sentirse cómoda y hacer de su vida alegre.
- Ya llegó ELL, vamos
- Sabes que no debiste dar la dirección, eso no es confiable - le dijo mientras se colocaba su abrigo.
- Él es bueno, ya vámonos
Cuando salieron de la casa, un muchacho con cabello negro y lacio, alto y tez blanca les esperaba con su coche. Al verlas les sonrió.