Suspiros.

Capítulo 8

Los días pasaban y de nuevo se había estabilizado la amistad entre aquellas chicas. Sin embargo, algunas cosas cambiaban radicalmente, los temas de conversación excluían todo lo que tuviera que ver con alois, y con Jaden. Las salidas y llegadas tardías de Jenell eran más frecuentes e inclusive eso acortaba la comunicación con Elizabeth y ahora, para ella, el hecho de levantarse más temprano y tomar el autobús era algo cansado y fastidioso.

.....

 

- ¿Estás bien?  – le preguntó Elizabeth a Sofía mientras se lavaba las manos en los sanitarios.

- La verdad es que no, tengo que ir a una reunión, pero tengo que ir a entregarle algunos papeles al arquitecto adler. ¡No sé qué hacer! – le respondió nerviosa mientras se arreglaba el cabello.

- ¿Y por qué no viene el arquitecto adler por ellos?

- No responde al teléfono y ni ayer ni hoy se ha presentado, urge que revise los papeles y los firme, pero no ha venido. Tengo que irlo a ver, pero no tengo mucho tiempo.

- Pues sería conveniente que alguien se los llevara o que esperaran a mañana.

- Es cierto, no estoy segura de sí se presentará mañana y no puedo arriesgarme. Los papeles se tienen que entregar mañana. Pero seria bueno que alguien fuera, los anteriores días no le dije a nadie porque pensé que adler llegaría, pero nunca llegó. ¡Por favor Elizabeth ve tú! - le suplicó

- ¿Qué?, no yo no puedo.

- Por favor hazme éste favor, no puedo faltar a la reunión y no confío en nadie más que en ti, éstos papeles son importantes y necesito que adler los firme y los necesito para mañana. Si es necesario sal antes de tu hora de salida y ve, pero por favor necesito que para mañana estén firmados. ¿Puedo contar con tu ayuda?

 

En ese momento ella quería decir que no, que podría contar con toda su ayuda para otras cosas, pero el tener que verlo le era imposible, sin en cambio, aquellos ojos suplicantes y la voz directa que le dijo por segunda vez le hizo cambiar de opinión.

 

- Elizabeth, ¿Puedo contar con tu ayuda?

- De acuerdo, se los llevaré al arquitecto y para mañana tendrás esos papeles

- Muchas gracias- le dijo con una gran sonrisa.- Pasa a mi oficina y te daré los papeles y la dirección de donde vive.

- Okey.

 

Elizabeth hizo tal y como le dijo, Sofía le entregó los papeles y le explicó algunas cosas, le anotó la dirección en un papel e inclusive le dio un dinero extra para el taxi. Le agradeció y le dijo que ahora podría ir a la reunión tranquila. 

Aquella noche con la nieve cayendo sobre cualquier lugar salió del trabajo y tomó un taxi en dirección a la casa del arquitecto adler.

Al llegar vio una casa grande que tornaba tonos claros y en donde la nieve la hacía ver aún más blanca. Oscura por dentro que denotaba soledad y ausencia de personas, pero con luz en la puerta que daba a entender que sí habitaba alguien. Árboles alrededor de la casa y cubiertos por nieve.

Bajó del taxi y le dijo al chofer que la esperara, que no se tardaría mucho. En sus pensamientos solo tenía la idea de tocar la puerta, que él abriría, le explicaría la situación, esperaría para que él los firmara y se fuera lo más rápido posible.

Caminó hacia la puerta, tocó el timbre y espero algunos segundos. Volvió a tocar algunas otras veces, pero nadie respondía al llamado.  Tocó en la puerta con sus nudillos pero avanzaban los minutos y nadie atendía.

El hecho de que nadie respondía y con el frio que sentía solo hacían que se quisiera ir, sin embargo, sabía que no podía llegar mañana y decirle a Sofía que no lo había encontrado y fallarle. Sabía que tenía que esperar.

Siguió tocando algunos otros minutos, pero el chofer del taxi empezó a silbarle, ella se dirigió hacia él y le dijo que la esperara un poco más, que tal vez la persona ya vendría. Que le pagaríá incluso un poco más pero que se esperara otro rato más.

Estuvieron esperando algunos otros minutos.

De pronto vieron las luces de un coche que venía con dirección a la casa con una gran velocidad, le silbó al taxi, se desvió del camino para no chocar, y terminó frenando al estrellarse con un lado de la casa.

Elizabeth corrió al auto chocado y vio como en aquel auto se encontraba adler. Un adler con la cabeza hacia abajo y agarrado del volante.




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