Suspiros.

Capítulo 11

Los días pasaron y la recuperación de ambos jóvenes se estabilizó. Jaden primero salió del hospital, dos días después salió Jenell completamente recuperada.

Ahora, el cumpleaños de Jenell se acercaba y en un día se festejaría.

Compras, preparación y una organización se arribaba para celebrar en su pequeño departamento con solo unos cuantos amigos.

En esta ocasión Jenell no quiso hacer su fiesta con varios invitados como antes lo acostumbraba a hacer, en esta ocasión descartaba a Alois y a los amigos que había conocido gracias a él. En esta ocasión solo contaba con la presencia de violet, y otros cuatro amigos. Además de Jaden y de adler.

Flores, comida, cervezas, y música con bajo volumen había en su pequeño festejo.

Varias horas ya llevaban tomando y comiendo aquella tarde con deslumbrante cumpleañera.

Elizabeth observó a adler a través de la ventana, un adler que se encontraba bebiendo solo fuera de la casa, sin nadie acompañándolo y totalmente excluido, mirando al cielo y sintiendo los copos de nieve que caían sobre él. Al verlo supuso que en realidad es lo que podía esperar. Adler era una persona callada y que no le importaba hacer amistad con nadie, al contrario de Jaden que era más amable y un poco más amiguero. Al verlo pensó que a lo mejor estaría incómodo en esa fiesta, invitado por ser el amigo del novio de la cumpleañera, pero que a pesar de eso aún no se llevaban bien. Sin conocer a nadie más, su amigo con su novia tomaba, los demás invitados igual cantando alguna que otra canción sin hacer mucho escándalo y ella, aunque feliz sentía la necesidad de hablar con adler, no era su gran amigo, pero al menos era la persona que más podía acercarse a él en estos momentos.

Con una cerveza y dos trozos de Nussecke (pastel alemán) salió para encontrarse con él.

- ¿Quieres más? - le ofreció un pedazo de Nussecke al llegar hasta él que, adler solo la miró pero que aceptó aquel trozo.

Aquellos dos se quedaron sin decir nada más hasta que se terminaron el pastel.

- Espero que te haya gustado el pastel y todo lo demás, no sé por qué, pero jen me dijo que quería que todo estuviera perfectamente porque vendrías y no quería arruinarlo porque en cierta manera eras especial o algo así. Además, me obligó a ayudarla a preparar todo porque incluso dijo que me convenía a mí tratarte bien, pero no sé a que se refería, supongo que quiere llevarse mejor contigo. ¿O sabes a qué se refiere?

Empezó a hablar Elizabeth. En esos momentos de la pregunta adler solo bebió un trago de cerveza y desvió su mirada.

- Supongo que es lo que dices, que se quiere llevar mejor conmigo, pero creo que estuvo bien todo. – le contestó.

- ¿Te la estás pasando bien? - le preguntó Elizabeth

- No precisamente, no me gustan los cumpleaños y no conozco a nadie.

- Bueno me conoces a mí. - le dijo para tratar de animarlo un poco, pero se volvió a quedar callada cuando vio que adler seguía con su rostro serio.

- Sabes, la primera vez que quería celebrarle el cumpleaños a jen.- empezó a hablar Elizabeth.- fue un total fracaso, apenas la empezaba a conocer, tan solo habían pasado unos días de que yo me había mudado con ella y me enteré de que se acercaba su cumpleaños, ella haría una fiesta pero yo quise darle una sorpresa, así que un día antes de su cumpleaños le compré un pastel y le puse unas velitas en su pastel, las prendí y me acerqué a ella cantándole las mañanitas. Quería hacer su precumpleaños, pero, terminó siendo un desastre.

En esos momentos adler empezó a reírse poco a poco y empezó a ponerle más atención a lo que contaba Elizabeth.

- Cuando llegué a ella, no había una cara de felicidad sino al contrario, se estaba enojando por lo que estaba haciendo, me quito el pastel, fue a la cocina, apagó las velas mojándolas con agua y empezó a enloquecer. Me gritaba que la odiaba para hacerle algo así, que porqué le estaba deseando mala suerte, que porqué lo había hecho y muchas cosas así y empezó a llorar. Yo le dije que solo quería celebrarle su cumpleaños pero que mañana le daría su regalo, que era una sorpresa, pero ella se enojaba cada vez más conmigo. Me dijo que eso no se hacía y que porqué le estaba deseando mala suerte, así que, le expliqué que eso se hacía en mi país y que era algo normal y lindo y que pensé que aquí también se hacía lo mismo, y que solo quería felicitarla antes de la fiesta. Ella se calmó un poco y me preguntó si de verdad eso se hacía en mi país, le dije que sí, entonces, ella me explicó que aquí se considera mala suerte decirle feliz cumpleaños antes del verdadero día, se controló más y dejó de llorar porque entendió que yo era nueva y que no sabía nada, le pedí perdón por no investigar antes de hacer las cosas y ella me perdonó pero siguió estresándose porque ahora sabía que le iría mal por mi culpa. Y yo empecé a sentirme tan mal porque en verdad no pensé que algo así la trastornaría. - Dejó de hablar y empezó a reírse recordando aquella vez.




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