Tabú

Prologo.

Prologo.

                       

Blagden

 

Era una tarde de lluvia, para muchas personas aquello era muy molesto, para el en cambio era un momento que de forma irónica le provocaba un sentimiento de libertad; y aunque estaba escurriendo en agua no le importaba, y la gente que se encontraba a resguardo del clima lo miraban con extrañeza por no protegerse.

Sus pasos sonaron contra un charco, lo único que paso por su mente era no enfermarse después de su aventura por la lluvia, sus ojos visualizaron por fin el lugar donde vivía, aquel lugar era considerado de baja categoría a diferencia de otros lugares, el no se quejaba ante eso, sus vecinos no eran tan molestos; abrió la puerta del edificio entrando por ella, se sorprendió cuando vio el pasillo del edificio sin las señoras del 3 y del 10 en su “platica diaria” obviamente el chisme del día; entrar en la boca de las mujeres era tan peligroso como encontrarte un extorsionador telefónico.

Comenzó a subir por las escaleras a su piso, en su caminar escucho la pelea de la pareja del 20; esa pareja terminaba y volvía constantemente, comenzaba a pensar que romperían un récord si lo querían; cuando llego al piso 3 esquivando en los escalones los juguetes de los niños del 25; algo peligroso en una noche de copas, lo bueno para el es que no consumía alcohol, consejo del día nunca mescles medicamentos controlados con alcohol.

Abrió por fin la puerta de su departamento entrando, dejo las llaves sobre la mesa, no podía escuchar ruido alguno así que camino a la sala comedor.

― ¿Mamá?

Espero a recibir alguna respuesta sin obtenerla, camino al pasillo de los dormitorios, entro al suyo con intención de cambiarse, era mejor hacerlo antes de que su madre regresara y le preguntara la razón del porque parecía un perro mojado y abandonado; se quejo un poco cuando saco los brazos de la chamarra, observo los vendajes de sus brazos, suspiro comenzando a quitar los vendajes, observo las heridas de sus brazos, una historia muy larga el contar el porqué de aquellas heridas.

Se acerco a la mesa de noche donde se podían observar nuevas vendas, tomaría un baño para después cubrirlas, el sonido de su celular llamo su atención lo llevo a su oído contestando.

― ¿Diga?

― ¿En dónde estás?

Preguntaron al otro lado de la línea lo que lo hizo suspirar al reconocer la voz masculina pero algo femenina.

― En mi casa.

― Pensé que ya vendrías Blagden

― Termine del trabajo Adham quieres dejarme respirar

― La risa al otro lado no se dejó esperar – Idiota eso lo dejaste de hacer hace un mes.

― Voy para allá, solo cállate

― Esta bien te espero donde siempre, recuerda que hoy hay oración.

―Lo se no tienes que recordármelo

El sonido del corte de llamada se escuchó, dejo el celular dirigiéndose a la puerta del baño; si no se daba prisa Adham lo molestaría por toda la tarde.

 

Adham.

 

Adham dejo Salir el humo del cigarro viendo pasar a la gente, rodo los ojos cuando estos lo miraban asustados, debía de admitirlo; su rostro siempre maquillado podía provocar escandalo entre los mas viejos, y la ropa negra que llevaba, así como los tatuajes daban la imagen de pandillero, pero a él solo le gustaba el maquillaje los tatuajes y los hombres que lo satisficieran

― Adham

El sonido de su nombre lo hizo salir de sus pensamientos mirando a Blagden, cuando conoció al chico por primera vez fue creer que ese era un apodo, grande fue su sorpresa cuando verifico que ese era su nombre real, comenzó a creer que la madre del chico tenia serios problemas, de su padre bueno él no podía decir nada, el hombre ya tenia su tiempo enterrado; aun para Adham, Blagden era un constante misterio un día había llegado al lugar donde se aglomeraban con el líder, algo que era extraño nadie lograba entrar al círculo tan fácil, pero ese chico parecía el consentido de Roberto, al principio todos pensaron que tenían una relación pero no era así; la mentalidad de Blagden era cambiante, tenía problemas psicológicos bastante fuertes que al final del día lo hicieron entender que aquello le parecía interesante a la vista de Roberto.

― Vaya la princesa salió del castillo

― Y la viuda negra va en busca de su nueva victima

― Bueno, que puedo decir Blagden soy único

― vámonos de una vez

Los pasos de ambos resonaron, mucha gente no disimulaba al verlos caminar, para los presentes eran dos delincuentes salidos de probatoria o algo por el estilo, entre mas se alejaban del centro de la ciudad, mas lejanos eran las voces y las personas, el cementerio pronto se pudo observar, para algunas personas un lugar lúgubre para otros un lugar en donde lo paranormal sobresalía.

Brincaron la reja sin problemas, tanto tiempo de hacer la misma rutina ya no era difícil brincarla o salir corriendo si la policía llegaba.

 

 

Blagden

 

 

Blagden miro a todos en el lugar en silencio, no hablaba demasiado ya que él prefería mantenerse al margen de cada uno de los presentes, no porque le diera miedo si no porque prefería la seguridad de los demás, Adham era al único que soportaba aparte de Roberto.

La reunión parecía lo mismo de siempre el solo se dedicaba a ver a los demás, las velas se encendieron, las oraciones al que la gente común llama “señor de las tinieblas “comenzaron a salir de los labios de cada uno de los presentes.

El sonido de una rama romperse llamo la atención de todos, al mirar se encontraron con la mirada de un grupo menor que el suyo en personas, de una vestimenta muy diferente, Roberto fue el primero en reaccionar colocándose al frente.

― ¿Qué hacen ustedes aquí? ― fue la pregunta que salió de Roberto.




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