El cielo resplandecía aquella vez, el Aroma frutal de algunos árboles se expandía por mis fosas nasales.
no había razón esa vez para que lloviera, o se oscureciera el cielo.
caminaba como cualquier otro día, solo deseando que la vida fuera buena, que lo que deseaba se cumpliera y entre esos deseos juro por Dios que no estaba toparme contigo.
Pues no sabía que serias un desastre natural, un desastre que creía que explotaría ante todos pero que solo implosiono en mí.
En ese momento era la tarde de un día de septiembre ¿como olvidarlo? Si ese día todo cambio, no solo fue una tarde en verano, simplemente fue tarde siempre…
Para ti cariño mío, que arrasaste con mis reglas, que hiciste temblar mis cadenas, pero que por algún motivo no cedieron por completo.
para mí, que no permití ceder, hoy solo puedo dedicarte esto. Y decirte que no solo era una tarde en verano, sino que fue muy tarde cuando lo comprendí.