Capítulo 5

Adelaida

Empaque las cosas necesarias para irme a Seattle. 

No se como se lo tomen mis padres, pero si ellos no me apoyan, tendré que irme yo sola. 

Presiento que recuperaré todos mis recuerdos estando en Seattle, así que ya tengo una excusa para que mis padres me apoyen. 

Al tener todo listo, me preparo para tener una conversación con mis padres. Aún no sé qué palabras decir al respecto, supongo que ellos no tienen ni idea de lo que he escrito en mi diario, así que de una manera u otra, pueden tomarme como una loca. 

Bajo las escaleras hacia donde está el salón, afortunadamente mis padre están ahí, viendo la televisión. 

Cuando me ven llegar, me recibe con una gran sonrisa. De verdad son muy carismáticos, así que dudo que no me apoyen. 

       — Mama, Papa, tengo algo que decirles — digo con total tranquilidad para que ellos no puedan preocuparse. 

        — Claro, hija. Te escuchamos. —

Me siento en alguno de los sogas que esta vacío y doy un gran suspiro. Ellos me miran igual, con mucha calma. Eso hace que aún más que me relaje. 

        — ¿Creen que puedan apoyarme para ir a Seattle? — me dirijo hacia mis padres, esperando su respuesta. 

Ellos se sorprenden ante mis palabras, creo que no se lo esperaban para nada. Se toman un poco de tiempo responder, pero al final lo hacen. 

        — ¿Seattle?, ¿Porque quieres ir a Seattle, Adela? — dice mi madre mirandome con un poco de confusión.  

— No se... Los mayores de mis recuerdos vienen de ahí—

       — ¿Porque?, no siquiera hemos salido de San Francisco, Adela. ¿Como es posible que tengas recuerdos en esa ciudad? — dice mi madre con aun más confusión. 

       — Creo que hay alguien que puede ayudarme, de verdad. Si me apoyan a ir a Seattle, les prometo que mis recuerdos volverán — sigo con un suspiro al acabar mis palabras. 

No se como se lo estén tomando realmente, pero al parace la cara de mi madre dice otra cosa. En cambio, la cara de mi padre era diferente, hasta que rompió el silencio. 

          — Yo te apoyaré con esto, Adela —

La cara de mi madre se dirige hacia el, al parace con un poco de ira — ¿Estas loco, Tom? No podemos dejar a nuestra hija irse a Seattle. — Mi padre solo niega con la cabeza y habla con su rostro en mi. 

           — Solo la llevaremos a Seattle, ella ya sabe cuidarse sola, Kat — 

La mirada de mi madre es un poco confusa, pues en ella se refleja un poco de ira y confusión. Pero después de unos segundos, ella reacciona y me mira. 

           — Espero que sea por tu bien, Adela —

Mi madre me dedica una sonrisa después de haber escuchado sus palabras. Yo solo asiento con la cabeza y les doy un fuerte abrazo. 

        — Te esperamos afuera, cariño. Prepara tus cosas — dice mi padre levantándose del sofá para dirigirse afuera, donde está el coche. 

Tal y como dice mi padre, subo las escaleras para llevar mi equipaje al coche. Nunca pensé que fuera así de fácil convencer a tus padres sobre irse a otra ciudad, pero claro, tal y como dice mi padre, ya se cuidarme sola y puedo sobrevivir en Seattle. 

Me dirigí al coche al bajar las escaleras. Coloco el equipaje en el maletero y subo al auto en la parte de atras. Me coloco mis airpods para escuchar un poco de música durante el trayecto ya que es algo largo. Solo me fijo por la ventanilla todo el paisaje por el que pasamos, y sin darme cuenta me quedo dormida viendo la grandiosa naturaleza. 

                — Crees que si fuera otra persona, ¿Podría enamorarte? — le digo a Logan acostandome a un lado de la cama. 

            — Por supuesto, eres una persona increíble que podría enamorar a cualquiera — sonrie dedicándome un pequeño beso en la punta de mi nariz. 

Despierto de ese sueño, o más bien de un recuerdo. Veo de cerca como empezamos a Seattle. Y en un abrir y cerrar de ojos, Seattle esta enfrente de mi. 

Estoy lista para encontrarte, Logan...