Adelaida
Nos quedamos viendo el amanecer, hasta que el cielo se quedara en su color normal.
Pasó aproximadamente 20 minutos para que eso pasara. Nos rodeaba un incómodo silencio entre Logan y yo después de observar que la razón por la que estamos aquí, sentados en la arena mientras vemos el cielo, se ha ido.
Hasta que el rompe el silencio
— Bueno, mi razón por la que estoy aquí, se ha esfumado. Es hora de irme —
— ¿Te vas a ir así?, ¿Como si nada? —
— No tengo nada más que hacer aquí, creo que lo mejor es irme. — dice levantándose de la arena mientras se deshace de la suciedad que cubre la parte trasera de su pantalón.
—¡No! — grito haciéndole saber que espere un poco más. — Bueno... No se, tal vez... Podríamos conocernos un poco mejor. — digo haciendo mi mayor esfuerzo para dar una sonrisa.
El solo se ríe ante lo que digo. Observo su sonrisa, se le marcan esos hermosos hoyuelos en sus mejillas, realmente es alguien atractivo.
—Ahora entiendo tu propósito al acosarme—
— No entiendo — digo haciéndome como la que no se, cuando obviamente se mi objetivo aquí.
—Bien, si tanto quieres que nos conozcamos, te invito a tomar un cafe— dice con una sonrisa amistosa en sus labios.
Lo sigo hasta la cafetería, estando detrás de él ya que me sentiría un poco incomoda teniéndolo a un lado de mi. El voltea a mirarme y nuevamente vuelve a enseñarme esa amable sonrisa.
Llegamos a la cafetería donde lo vi la vez pasada junto con sus amigos, solo que esta vez, solo estamos el y yo.
Al momento de entrar a la cafetería, algunos recuerdos inundan mi mente.
Logan y yo estamos sentados en una mesa junto a la ventana.
— Realmente no puedo creerlo — dice Logan mientras me observa con una sonrisa de felicidad directamente a los ojos.
— ¿Que cosa? —
— Que una chica como tú este enamorada de mi. Realmente soy muy afortunado— dice mientras extiende su mano sobre la mía, y le da un suave beso.
— Realmente te amo, Logan. Eres mi chico ideal y me enamore de ti siendo como eres — digo mientras le devuelvo una gran sonrisa.
Siempre que los recuerdos vienen a mi, son más razones para que Logan sepa cada vez más, quien soy. Y que estoy a punto de cumplir nuestra promesa.
Nos sentamos en unas de las mesas junto a la ventana, igual que aquel día.
Ambos pedimos café. Logan pide un café junto con un cupcake, yo lo pido solo.
—¿Te gusta esta cafetería? — pregunto mientras mi café se enfría un poco.
— Siempre me ha gustado, tiene un valor especial para mí — dice mientras mira a través de la ventana.
Yo solo asiento y vuelvo a observar mi café.
Terminamos nuestra comida con un completo silencio, me ofrezco a pagar mi parte, pero el se niega. Salimos de la cafeteria, y caminos hasta llegar al mismo edificio donde lo encontré.
— Supongo que aquí es donde nos separamos — dice mientras se vuelve a mi.
— Si, creo que si. No voy a seguirte hasta que entre a tu casa y sepa que llegaste bien. —
El ríe ante mi gesto, y solo niega con la cabeza.
— Nos vemos, chica misteriosa — dice con una sonrisa en sus labios.
¿Chica misteriosa? Hasta ahora me doy cuenta de que ni siquiera sabe mi nombre, así que grito mi nombre y el solo nuevamente sonríe, y desaparece a través de la puerta de roble.